El presente texto es la versión completa de aquel que se leyó en el seminario a cargo del psicoanalista Jean Allouch titulado: “Schreber teólogo, la injerencia divina” el 3 y 4 de noviembre del 2012 en la Ciudad de Querétaro Qro. México. se respetó casi en su totalidad la corrección de estilo de la psicoanalista Beatriz Aguad.
Exquisitez sublime, ejemplo perfecto de la irreductible condición humana a la simple tipificación categorial, Las Memorias del doctor jurista Daniel Paul Schreber, presidente de Sala (en retiro) del Tribunal Supremo de la Provincia de Dresde, son muestra de riqueza sin precedentes. Prueba fiel de ello es la casi infinita cantidad de escritos de toda índole que han surgido de sus Memorias, en su mayoría tratándolas como “el caso Schreber”, decepcionante resultado ante la multiplicidad de elementos que se pueden extraer de ellas. Freud, uno de los primeros en escribir un ensayo interpretativo sobre Schreber, en su artículo al que tituló “Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente”, se dio cuenta de lo sesgado de su interpretación ante el tesoro literario, político, social, histórico y teológico que tenía en sus manos. No se sintió cómodo con su ensayo. No soy quien lo afirma; es él mismo quien testimonia de esto. Dice: “no me siento muy satisfecho de él, pero corresponde a los demás juzgar. Deberé reservar otras partes de mis especulaciones sobre la paranoia para otro ensayo” (Freud en Calasso. 1991: 20). Poco tiempo después, el 18 de diciembre de 1910, le confiesa a Jung: “el ensayo es formalmente imperfecto, hecho fugazmente, no he tenido fuerzas para hacer más” (Freud en Calasso. 1991: 20).