En estos tiempos donde la existencia del ser humano pasa por la visibilidad de su vida, en redes sociales y otros medios virtuales, se desdibujan los límites de lo interno y lo externo, de lo privado y de lo público. Me pregunto: ¿dónde queda ubicado el cuerpo en este espacio donde ser “dependerá de la cantidad de ‘vistas y likes’” dentro de un perfil virtual? Asimismo, ¿quién dirige el tiempo de nuestras acciones cotidianas y corporales? Allí es donde aparece el mercado, que gobierna el tiempo y el espacio personal y social. Entonces, ¿qué pasa con nosotros en la búsqueda de hacer para mostrar, en lugar de hacer para ser?
¿Cuál es el camino para no quedar sometidos a la lógica del mercado y a la vez adecuar y ajustar los cambios que nos permitan hacer y evolucionar?