Las formas de conceptualizar los movimientos sociales latinoamericanos en la actualidad | Topía

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Titulo

Las formas de conceptualizar los movimientos sociales latinoamericanos en la actualidad

 

Presentación

En abril pasado, junto a James Petras, visitó nuestro país Henry Veltmeyer, menos conocido en Argentina que el sociólogo norteamericano, ambos vienen desarrollando una intensa militancia en el campo de la teoría y la práctica de los nuevos movimientos sociales latinoamericanos. En nuestro país han editado La dinámica social del Movimiento Sin Tierra (MST-Brasil): Diez hipótesis sobre el liderazgo campesino (Buenos Aires, Mario Hernandez Editor, 2001); "América Latina: capitalismo a fines de milenio" en Globalización, Imperialismo y Clase Social (Buenos Aires, Grupo Editorial Lumen, 2001), presentado en la última Feria del Libro por León Rozitchner; de reciente aparición, Argentina: entre la desintegración y la revolución (Buenos Aires, Ediciones La Maza, 2002) y Perspectiva Histórica del Control Obrero que forma parte del libro editado en forma conjunta por Topía y La Maza sobre las nuevas experiencias de fábricas ocupadas por sus trabajadores.

El presente artículo corresponde a la conferencia que diera en FLACSO, en oportunidad de su última visita. La misma fue desgrabada y corregida por Mario Hernandez, coordinador de la revista La Maza, con la autorización y supervisión del autor.

 

Henry Veltmeyer

En la actualidad, podemos identificar 3 perspectivas teóricas para analizar los movimientos, levantamientos, insurrecciones y conflictos sociales en América Latina.
a) La perspectiva postmodernista que ve los movimientos en forma no-estructural, postestructural, como práctica discursiva, con la base social no en términos de clase sino de fuerzas sociales muy heterogéneas y en el sector urbano. En cuanto a la política y las luchas de estas organizaciones de base urbana analiza en términos de una búsqueda o identidad político/social de lo que Toni Negri podría llamar contrapoder o John Holloway el no-poder, de otra forma de hacer la política, que en este último caso se funda en la experiencia del Zapatismo al que ve como el primer movimiento postmodernista en el mundo y en la historia. [no creo que sea sólo con base urbana, por lo menos en el caso de Holloway el zapatismo tiene base indígena-campesina].
Este enfoque tiene su inicio a mediados de los 80 en un concepto de la experiencia de un actor nuevo, social, construido por sí mismo, en base a una práctica discursiva en relación a una teoría de los nuevos movimientos. La teoría de esta práctica sigue la experiencia europea y luego es trasladada a América Latina. Se apoya en una nueva concepción de la relación entre conocimiento y poder que en el fondo viene del filósofo francés Michel Foucault y su análisis de esta relación.
Los movimientos que representan este enfoque teórico tienen su ascenso en los años 80 y declinan hacia fines de esa década en el sector urbano de las sociedades, con respuestas y situaciones muy diversas en las organizaciones de base comunitarias, que derivan de esta circulación.
Hay sociólogos mexicanos, colombianos y algunos historiadores de habla inglesa en América del Norte que nos transmiten estas concepciones con ópticas postmodernistas, postestructuralistas y postmarxistas.
Este enfoque ha resucitado recientemente en el análisis del movimiento de desocupados en la Argentina, con la adquisición de algunos conceptos nuevos o diferentes como el contrapoder, bajo la idea de que estos movimientos no buscan el poder, que están más allá de la vieja política de la búsqueda del poder. Según esta perspectiva no buscan poder sino formar un contrapoder. Esa es un poco la teoría con muchas variantes, líneas, conceptos y debates internos.

b) El segundo enfoque teórico es más bien estructuralista o marxista ya que el estructuralismo tiene muchas formas. Aunque la corriente marxista que dominó hasta los años 80 el análisis de los movimientos sociales ha desaparecido bastante, en la actualidad, hay esfuerzos por recuperar esta línea de análisis.
Es un enfoque teórico diferente. En esta línea de análisis, las fuerzas sociales son movilizadas bajo condiciones objetivas, estructurales, de pobreza, etc., y subjetivas, políticas, con su base en la clase trabajadora o los productores directos, como sería el caso de los campesinos. En los últimos 10 ó 15 años no hemos tenido un análisis sistémico de los cambios en la estructura interna de la clase obrera, pero este enfoque pretende hacerlo, entender la dinámica que tiene la clase trabajadora en su transición de antes de los 80 a las condiciones nuevas de mediados de los 80 y 90 cuando se traslada de la fábrica y la oficina a la calle. Trabajadores nuevos en condiciones que no tenemos que discutir porque ya las conocemos, que derivan de esta nueva estructura.
También en este enfoque el centro del análisis son los movimientos sociopolíticos con base en los campesinos y comunidades indígenas: el zapatismo, la CONAIE en Ecuador, el MST en Brasil, La Federación Nacional de Campesinos en Paraguay, los cocaleros, etc., aunque los más importantes, los que hicieron un esfuerzo más dinámico en movilizar fuerzas en contra del sistema son el MST, la CONAIE y en algún contexto el zapatismo. También las FARC, aunque merecen un análisis particular, ya que es la única organización que sobrevivió a la reacción de los 70/80. En los 50/60 y a comienzo de los 70, hubieron muchos movimientos de este tipo pero todos fueron destruidos, menos las FARC que no sólo ha sobrevivido sino que ha incrementado sus fuerzas y ha podido movilizarlas. Es un movimiento muy importante que también tiene la característica de tener base mayoritariamente campesina y también su liderazgo. Muchos otros movimientos que no han sobrevivido tenían un liderazgo más bien urbano, de clase media, estudiantil. Las FARC fue casi el único movimiento de este tipo que tuvo desde el comienzo un liderazgo y base social campesina. Podemos incluirlas como parte de estos movimientos sociopolíticos campesinos pero no podemos decir que sean nuevos porque sí hay aspectos nuevos en los otros movimientos, aunque no en el sentido que lo plantean los postmodernistas.
Más recientemente este mismo enfoque estructuralista, marxista, con la línea de un análisis de clase, se ha enfocado en lo que está pasando en la Argentina con el movimiento de trabajadores desocupados, con los piqueteros, que tiene cosas nuevas, novedosas, condiciones diferentes que aparentemente van en contra de muchas ideas anteriores de los sociólogos políticos sobre la clase trabajadora, no sólo en cuanto a su estructura sino a su política, porque es novedoso un movimiento que tiene su base en los desocupados, en lugar de trabajadores con una posición más central en la producción.
Los anteriores análisis estructuralistas daban un privilegio a esta clase, con una posición estratégica en la producción que junto a los pobladores pobbres urbanos eran vistos con capacidad política. Ahora, está comprobado que cometieron un error porque los trabajadores desocupados demostraron bastante capacidad de movilizar fuerzas y de construir nuevas tácticas bajo estrategias nuevas como la existencia de autonomía en relación a los partidos políticos. También el movimiento campesino tiene estas características ya que insiste en la autonomía en relación a la vieja política de los partidos tanto de izquierda como de derecha y en una política que se basa en la horizontalidad y lo que podríamos denominar la democracia directa con base en los barrios suburbanos, manejándose a través de asambleas.
Aquí tenemos un enfoque teórico muy diferente del anterior.

c) el tercer enfoque es el que podríamos llamar del desarrollo comunitario, de más democracia sin movimientos sociales. Existen varias formulaciones de este enfoque, la más reciente tiene la forma de una búsqueda de la sustentabilidad de los modos de vida con una política que se define en términos de varias estrategias de sustento que se orientan a ganar o emplear los espacios para actuar en contextos muy locales con una política pacífica en vez de enfrentamientos y que utiliza la institucionalidad del Estado y el mercado y sus mecanismos en la búsqueda de un mejor acceso a las fuerzas productivas de la sociedad o a la construcción de estas fuerzas productivas que son de 5 tipos: natural como la tierra, física que tiene que ver con la tecnología, financiera que tiene la forma de crédito, política y social. Hay varias estrategias de sustento que tienen que ver con estos 5 tipos de fuerzas porductivas.
La más interesante tiene que ver con la solución política porque las física, natural y financiera, tienen que ver con influir en la distribución de los recursos que están bajo el control del Estado. En esta área la cuestion es no hablar de reforma agraria sino de redistribución de la tierra con mecanismos de mercado como el Banco de tierras. Es la política que está impulsando el Banco Mundial en Brasil y otras partes.
En cuanto a lo político-social, es la idea de apoderarse de la distribución de los recursos en las comunidades pobres. El problema es cómo dar poder a las comunidades pobres sin enfrentar a las estructuras de poder económico-políticas dadas.
Hasta ahora no han construido una estrategia de sustento porque ya saben que dar poder a unos significa sacárselo a otros. Formulan la descentralización del gobierno y crear más participación y equidad para ampliar las bases sociales de la producción y que ésta dependa más de los productores. Es un modelo de base muy diferente, muy liberal, que ya dirigen un conjunto de empresas muy minoritario, aunque sólo un 15% de la totalidad tienen capacidad productiva para competir en el mercado y otro 35% de empresas medianas y pequeñas con capacidad hacia el mercado interno. El restante 50% de empresas formadas por sectores urbanos y campesinos, no tienen la suficiente capacidad productiva. Hay que incluir este sector aunque se trate de un modelo muy liberal.
La cuestión es como dar poder cuando la capacidad de tomar decisiones es en un nivel muy local, sin tocar la estructura de poder más amplia, la estructura de las decisiones, de la macropolítica que sigue en el centro. Esta es la fórmula: permitir que tomen decisiones sobre los proyectos y como orientar la inversión en el nivel local. Es una práctica de las ONGs que funciona como una extensión de poderes externos y de arriba, de la política imperialista, porque es parte de un plan estratégico del Banco Mundial. Las ONGs muchas veces se prestan a esta política sin saber lo que están haciendo, que es parte del trato de no tocar estructuras de poder e de no incidir en la política nacional limitándose a lo local. Ese es el intercambio.
El actor social, los recursos sociales, son centrales para este enfoque teórico, según el cual el recurso social que específicamente tienen los pobres adentro y entre sí es el capital social, éste tiene una gran potencialidad que no se reparte sino que se construye en base a formar redes. Construir una economía de la solidaridad en base a esos recursos sociales yendo más allá de los que posee la comunidad financiera. Los pobres tienen que construir, no recibir.
Este es el punto más débil y a la vez más fuerte de este enfoque teórico. Para todos los sociólogos que se dedican a esto, lo más importante es buscar estrategias de sustento relacionadas con los recursos de tipo social.

 

Conclusión

Según nuestro punto de vista, éstos serían los marcos teóricos, muy generales, dentro de los cuales casi todo el mundo piensa y actúa, con variantes. Los debates también se dan dentro de cada uno de estos marcos, a veces se cruzan, aunque no generalmente con los que siguen este último enfoque de desarrollo comunitario ya que están más bien aislados de la teoría y la práctica que siguen los sociólogos políticos que buscan entender las dinámicas de los movimientos sociales desde abajo. El enfoque de desarrollo comunitario tiene más que ver con el desarrollo desde adentro que desde abajo. Es entre los otros 2 enfoques -postmodernista y postestructuralista o de análisis de clase-, donde se dan los debates más fuertes y puntos de coincidencias y a resolver.
He notado un esfuerzo por dar una teoría de la práctica de los piqueteros, por ejemplo en el MTD de Solano, pero con un enfoque postmodernista, con conceptos nuevos como búsqueda de contrapoder o no-poder que para nosotros son muy erróneos porque no dejan descubrir las dinámicas de un movimiento, ni la dinámica que viene de la parte social de ese movimiento. Pero creo que es un área de debate que se va a abrir, particularmente aquí en la Argentina porque nos parece que es el lugar donde este enfoque teórico tiene más resonancia en relación a otras partes de América Latina. Bien puede ser que el movimiento piquetero o de trabajadores desocupados sea la base de un análisis con enfoques teóricos diversos.

 

Henry Veltmeyer
Profesor de Sociología y de Estudios del Desarrollo Internacional en la Universidad de Saint Mary's, Halifax, Nueva Escocia, Canadá. Autor de numerosos libros sobre la política económica de Canadá y América Latina, entre los que se encuentran Canadian Corporate Power (Toronto, Garamond Press, 1987); El Capital Global y las perspectivas de un desarrollo alternativo (Zacatecas, México, UAZ-UNESCO, 2000) y The Dynamics of Commmunity Development in Latin America (Hartford, Kumarian Press, 2001). Recientemente publicó junto a James Petras, Cardoso's Brazil (Petrópolis, Vozes, 2001) y Globalization Unmasked (Londres, Zed Books, 2001).
 

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Articulo publicado en
Noviembre / 2002