El horizonte narrativo pigliano. Apuntes sobre lo autobiográfico y el policial en la narrativa de Ricardo Piglia | Topía

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El horizonte narrativo pigliano. Apuntes sobre lo autobiográfico y el policial en la narrativa de Ricardo Piglia

 

La narrativa de Ricardo Piglia se encuentra configurada por una yuxtaposición de géneros donde los límites son particularmente muy difusos. Las novelas protagonizadas por Renzi revisten de una coherencia narrativa construida sobre diferentes discursos que logran a su vez una totalidad.

Existen, entonces, dos categorías que a simple vista se oponen, logran complementarse en la ficción de Ricardo Piglia y dan cuenta de los diferentes modos de narrar que él enseño habitualmente en sus seminarios universitarios. Lo público asociado a la multitud y referenciado en ese individuo que se desenvuelve en la ciudad moderna, clave para entender uno de los géneros predilectos de Piglia, el policial y que contrasta a su vez con lo privado, asociado a la intimidad referenciado en aquel sujeto que escribe o lee- como el mismo Kafka- solo ante cuatro paredes y que da cuenta del género autobiográfico- el diario, lo epistolar, etc.-.

Los límites entre realidad y ficción evidencian un relato autobiográfico que se diluye accionado por el motor de la imaginación cada vez más en la trama pigliana para dar lugar a otros géneros, discursos más complejos que muestran a un Renzi con preocupaciones propias, mutando su funcionalidad según el contexto y con una sensibilidad más que real.

Lo que se propone en estas páginas a partir es demostrar  a partir de un somero análisis cómo la narrativa (tomaremos  El Camino de Ida) de Ricardo Piglia es de carácter rizomatico, y esta construida a través de una red de relaciones donde la diferenciación entre  discursos, realidad y ficción y entre narrador y lector, resulta no una búsqueda infructuosa, sino la muestra de la habilidad de un autor para borrar con facilidad los límites mismos entre la ficción y nosotros.     

En su última novela lo que Piglia llama modos de narrar se hace más que evidente. El modo de narrar funciona como archivo, como modelo de relato, “la tensión entre materiales diferentes que conviven anudados por un centro que justamente es lo que hay que reconstruir”.

¿Cuáles son los materiales que se utilizan en El Camino de Ida?

La oposición central entre público y privado, la extranjeridad, la crítica como discurso yuxtapuesto y la reflexión política, son algunos de los elementos que pensamos analizar en las siguientes páginas.  

  

La Oposición entre Público-Privado la podemos transpolar a una relación simbiótica como la que tienen lo Autobiográfico[3] y el Género Policial. En ficciones como Respiración Artificial que se encuentran construidas como una novela epistolar, lo privado, lo autobiográfico conviven ahí también con el policial que funciona procedimentalmente como el desciframiento, la investigación o pregunta a responder que es desentrañar la identidad de Luciano Ossorio. En este ejemplo es Emilio Renzi aquel que escribe encerrado en una habitación como el tío Luciano Ossorio, configurado como  una  imagen de lo privado y lo autobiográfico.

En el Camino de Ida, sin embargo, la secuencia que prima es el registro negro. Quien esta en el centro es el otro Emilio Renzi, el que camina por New Jersey o New York describiendo lo que ve a su alrededor, la multitud como Marlowe, el detective de Chandler o Sam Spade, el detective de Hammet.

“Cuando me sentía muy encerrado me escapaba a Nueva York y pasaba un par de días en medio de la multitud de la ciudad, sin llamar a nadie, sin hacerme ver, visitando lugares anónimos y evitando el Central Park y los sitios muy abiertos”.

Aquí Piglia no solo da cuenta de lo espacial, sino también de un modo de vivir del gigante americano. Renzi mira las costumbres de los norteamericanos a través de la cotidianeidad de la televisión y los tradicionales espacios universitarios.   

 La voz de Emilio Renzi, en una primera persona, por lo tanto, es el elemento autobiográfico representado en su vida personal a partir de detalles nostálgicos y problemáticos como su divorcio en Buenos Aires, su enfermedad y su manera de escapar de esta situación de vacío a otro país.  

Piglia tiene una relación más que interesante con el policial, específicamente con el noir norteamericano. Difusor de Chandler y Hammet en Argentina—fue el primer editor en el país de ambos autores—  ha realizado un exhaustivo análisis de sus procedimientos en el ensayo y una transposición solvente a su propia ficción. Si bien Blanco Nocturno se puede considerar estrictamente un policial (el mejor ejemplo de Piglia), El camino de Ida utiliza el registro negro de manera original para analizar algunas de los temas que el autor trabaja en sus textos.

En la novela que seleccionamos Emilio Renzi como visiting professor en una universidad norteamericana se configura como el detective del policial. El policial, según Piglia, nace bajo el contexto de la lectura, los detectives son lectores, así Dupin, el detective de Allan Poe, donde nace el género, es un bibliófilo al igual Renzi.

Invitado para dar un seminario sobre los años de William Hudson en Argentina, Emilio Renzi nos dará una clase magistral del canon estadounidense a lo largo de la novela. Aquí todos los personajes comparten un mismo código, la literatura y a su vez reflejan un aspecto del canon mencionado. La novela, entonces,  pareciera ser un dialogo e interacción entre varios autores de la literatura universal. Tal es así que Piglia describe a Don D´amato, el chair del departamento donde enseña Renzi, como experto en Melvielle, Nina Andropova, la vecina rusa, como especialista en Tolstoi y Thomas Munk representaría la figura de Thoreau.

La casa de Don D´amato, sin ir más lejos, es un homenaje a Moby Dick  desde elementos como arpones y las colecciones personales de Melville hasta el tiburón blanco que encuentra en cautiverio en el sótano de la casa.   

Si hablamos de Emilio Renzi ¿No es Renzi en Estados Unidos, un espejo de Hudson en Argentina? Existe una coincidencia entre Hudson y Renzi. La inseguridad del idioma que tiene Renzi se puede ver comparar con la escritura de William Hudson en inglés, poco solvente que cuando no lograba expresar lo que pretendía hacía uso de su vocabulario español. 

Podemos agregar también que las propias intervenciones de los estudiantes durante las clases del seminario proyectan a su vez parte del registro teórico-crítico de Piglia.

Por lo tanto, la crítica funciona aquí como un elemento más, como un material más para componer la novela. Piglia profesor, Renzi profesor es un procedimiento más de una yuxtaposición de discursos.

 

El argumento central de la novela gira en torno a la relación de Emilio Renzi en Estados Unidos con Ida Brown.

Renzi se ve involucrado en una relación carnal con la profesora de la misma casa de estudios. Los encuentros secretos en un hotel entre ambos personajes bien podrían ser  parte de una escena de una novela de Chandler. La indiferencia pública de Ida Brown con Renzi resulta interesante pareciera ser porque no, esa indiferencia inicial de la blonda del noir con el protagonista de la ficción como ocurre en El cartero siempre llama dos veces. Ida Brown, por lo tanto, se configura como la femme fatale del policial norteamericano.

“Tenía un aspecto distinguido con su elegante blazer de pana, su boca pintada de rojo carmesí, su cuerpo esbelto y su aire mordaz y maligno”

Para Maria Negroni, la femme fatale de la novela negra norteamericana, se encuentra en el centro de la estructura de este género, para ser seducida por el detective quien se involucra con ella con la simple idea de desenmascararla:  

“Bienvenidos a esta nueva versión del monstruo femenino. Una vez más la viuda negra, con sus largos guantes de seda, su escote, su corsé, sus tobilleras (y demás arreos para manipular), transformada en maquina de matar”. El deseo, entonces, es una de las claves centrales de la novela negra norteamericana, El camino de Ida no esta exenta de ello.  

Una vez que en la novela ocurre la muerte de Ida, el motor de la trama se acelera, Renzi no quiere atrapar al asesino, sino entender porque murió la académica. Así contrata a un detective Parker para descifrar que es lo que ocurrió con Ida. Renzi es entrevistado por Parker, quién anota todo en una libreta todo lo referente al caso. Aquí es interesante porque las escenas donde la escritura tiene un eje central tanto como la lectura, son varias a lo largo de la trama.   

Las escenas que se suceden a continuación revisten de los elementos clásicos de un policial. El detective investiga por fuera de lo estatal. Mientras el mismo FBI interroga a Renzi, para corroborar todo lo que ya sabe. Aquí se deja, sin embargo, en evidencia el mundo vigilado en Estados Unidos, tema recurrente en la ciencia ficción norteamericana.

“Hay dos Estados Unidos, dijo Parker. Uno, visible, el país en el que soy ciudadano que vota, la republica democrática de los padres fundadores. Y otro subterráneo, con un poder central sin control, que liquida todo lo que pone en peligro la seguridad nacional. Con ese poder oculto él tenía que hacer sus negociaciones y colaborar para que no lo aplastaran como a u mosquito.”

Podemos ver entonces a un tradicional detective del noir negociando con Estado dejando en evidencia el pasaje a partir de aquí de una novela policial a un trhiller político.  El asesinato de Ida Brown podría estar conectado con una ola de atentados a diversos intelectuales del mundo académico. El caso de Ida se cierra, según las declaraciones de la policía.

La serie de atentados en los que Ida Brown parecía ser un objetivo se resuelve al aparecer el responsable: Thomas Munk, un exmatematico, profesor de la Universidad de Berkeley con intereses extremistas, antisistema y ecologistas que decide atacar a algunos de los que cree responsables de la situación actual del país. Emilio Renzi, logrará entrevistarse en prisión con él. El dialogo, aquí figura como un procedimiento clásico en Piglia, la conversación como material para componer la novela. Y el producto que deja entrever Piglia/Renzi del encuentro con Munk es una reflexión sobre la violencia política en Estados Unidos. La crisis en los colleges y  las universidades, respecto de la alienación de determinados estudiantes que provocan estos atentados se ven reflejados en este hecho que obliga a pensar no solo el sistema y la sociedad estadounidense sino hacia donde están apuntadas las doctrinas y políticas de seguridad nacional en el país. El hecho que se encuentra construido de manera sutil pero eficaz en la novela esta inspirado en unabomber, el  joven que décadas atrás complicó con sus cartas-bombas al FBI. La vida de Thomas Munk se corresponde, por lo tanto, a una reflexión, una alusión explicita a Walden, la vida en los bosques.    

El último de los materiales que analizaremos y que se usan para componer la novela es la extranjeridad. Este recurso se utiliza de diferentes maneras. Inicialmente es un profesor argentino que da clases en Estados Unidos. La emigración de Renzi a Estados Unidos, en esta oportunidad, es un caso de cosmopolitismo al igual que los últimos años que Piglia dio clases en Princeton. Anteriormente Piglia utilizó la posibilidad de dar clases fuera de Argentina como una suerte de exilio durante la última dictadura militar. Piglia militó políticamente en el comunismo maoísta durante los setenta. Lo importante a destacar, que este recurso o registro en El camino de Ida  produce un distanciamiento de la realidad estadounidense para pensarla críticamente. Uno de los interrogantes que Renzi plantea es el lugar que ocupan  las minorías en Estados Unidos, particularmente la latina, como ha declarado habitualmente en varias entrevistas. Arcadio Díaz Quiñones marcaba la relación de Ricardo Piglia con el mundo latino:

“Por otra parte, los años de Princeton le permitieron a Piglia ver de cerca zonas del mundo latino, sus formas de sociabilidad, y también el poder violento y abusivo que las rodea”.

Su preocupación por la falta de apertura del hispanismo académico ante la realidad de la tensión entre las definiciones nacionales como hispanic, latino, chicano, etc. a medida que el número de hablantes de español crecía en Estados Unidos se puede ver reflejada en las mismas preocupaciones de  Ida Brown en la novela:

“Una tarde, me acuerdo, ella estaba indignada porque se había creado un programa de Latino Studies dedicado a estudiar la salsa y las rancheras y los grafitis de los chicanos pero nadie se preocupaba por los que vivían ahí, como si lo que enseñabamos no tuviera una relación con el mundo real. Mis colegas disertan sobre Junot Díaz, dijo Ida, sobre las performance del grupo La Raza, pero cuando salen de clase, los Greasers o los Beaners son invisibles.”  

Existen dos personajes que podríamos analizar en relación con este material y que obedecen a dos realidades distintas. Por un lado, Nina, la vecina rusa que proviene de Francia, muestra una especie de autoexilio intelectual por estar en desacuerdo con los pensadores del mayo francés como Sastre. Funciona como un elemento que orienta a Renzi, luego del asesinato de Ida.

Y Menéndez, a quien Parker, el detective contratado por Renzi, se refiere como “el latino”. Él es el jefe de investigaciones especiales del FBI, el mejor de todos. Su madre norteamericana y su padre mexicano, “conoce ambos mundos”, sabe como cruzar la frontera. El personaje se había llegado a infiltrar en un cartel narco en Tijuana para desactivarlo. Su caso podría ser comparable a Touch of Evil, el clásico negro de Orson Welles, donde el protagonista con eje moral es un policía mexicano. 

Ambos personajes reflejan dos realidades distintas el cosmopolitismo europeo y las diásporas mexicanas a consecuencia de otro tipo de violencia política diferente a la planteada por Thomas Munk. 

 

A lo largo de El camino de Ida, lo que se puede ver es una tensión de materiales que se yuxtapone y da una continuidad coherente a la ficción pigliana. Emilio Renzi deambula de noche por la ciudad norteamericana, mirando que esta ocurriendo con las minorías extranjeras en un país muy diferente al de mitad del siglo XX. Con elementos clásicos del noir norteamericano y la narración como forma habitual en la novela de Piglia, las preocupaciones teóricas y críticas del autor fluyen en el dialogo. Este último como ejemplo de las formas habituales en Piglia, en las opiniones de Emilio Renzi, los alumnos de sus seminarios. La sucesión de diferentes, del drama académico, al policial y finalmente al thriller político atados de manera coherente nos hacen pensar en un mismo horizonte, una misma línea de acción y pensamiento donde la ficción y la no ficción ven borrados sus límites por el mismo arte de narrar y leer.    

 

Bibiliografía

 

BAJTÍN, M. (1979). Estética de la creación verbal. Buenos Aires: Siglo XXI.

BARTHES, R (1984). El susurro del lenguaje. Barcelona: Paidós.

LINK, D. (2002 [1992]. El juego de los cautos. Buenos Aires: La Marca Editora.

NEGRONI, M (2015). La noche tiene mil ojos. Buenos Aires: Caja Negra.

PIGLIA, R. (2013). El camino de Ida. Buenos Aires: Anagrama.

PIGLIA, R. (2014 [1986]). Crítica y Ficción. Buenos Aires: Debolsillo.

PIGLIA, R. (2015). La forma inicial. Buenos Aires: Eterna Cadencia.

PIGLIA, R. (2014 [2005]). El último lector. Buenos Aires: Debolsillo.

ROMERO, J. (2015). Las máquinas ficcionales de Ricardo Piglia. Buenos Aires: Corregidor.

 

 

Una primera versión de este trabajo fue presentado en el Congreso de Estudiantes de Letras organizado en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

Benjamín Alías es docente de la Carrera de Edición y de la Cátedra Libre de Edición y Proyecto Social Boris Spivakov, ambas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ha participado en proyectos de investigación con reconocimiento institucional en dicha casa de estudios. Ha presentado trabajos en jornadas de investigación específicas en las áreas de Edición, Diseño y Literatura. 

[3] Ricardo Piglia acaba de publicar el primer tomo de los diarios que lleva escribiendo durante décadas. Demostrando una vez la porosidad entre la ficción y la realidad, los cuadernos que acaba de transcribir llevan por nombre Los diarios de Emilio Renzi

 

benjam%C3%ADn.alias2 [at] gmail.com (benjamí)

Facultad de Filosofía y Letras-UBA

 
Articulo publicado en
Enero / 2016