En una época signada por el triunfo de un capitalismo que convierte a los sujetos en objetos de consumo, los niños y adolescentes adquieren un lugar de mucho peso, ya que cuando más salvaje es el mercado, más requiere de nuevos artilugios que sumen consumidores. Su consecuencia es convertir a los chicos en fuertes consumidores, como lo ratifican las miles de propagandas que se dirigen directamente a ellos, con el consiguiente efecto de pasivización que ejerce sobre su subjetividad.
De esta manera en la adolescencia, en el preciso momento en que necesitan cuestionar, criticar y confrontar, quedan devorados por la fascinación de poder acceder al grupo que pueda tener tal o cual jueguito, computadora o moto. Bajo esa misma lógica de que “hay que tenerlo”, se sienten “nadie” si no lo pueden comprar o no se los pueden dar.
En los últimos años pude conocer de cerca una experiencia que se realiza en la provincia de Río Negro. Esta comenzó en El Bolsón y constituye un camino opuesto a esta tendencia pasivizante.
Mónica Borile, una pediatra especialista en adolescentes, que se formó en una Residencia Médica en Buenos Aires y se trasladó a trabajar junto a su marido a El Bolsón, dio el puntapié inicial y sigue motorizando esta experiencia que paso a relatar.
Hace alrededor de 5 años, se realizó un relevamiento sobre la salud de los adolescentes, y se detectó que en el Paralelo 42: El Bolsón (Río Negro), El Hoyo-Lago Puelo-Epuyén (Chubut), se realizaban numerosas migraciones juveniles sin mayor preparación para los cambios laborales y culturales que las mismas provocaban. Se detectó un bajo índice de escolaridad o deserción escolar como factores asociados a embarazos adolescentes; pobreza con situaciones de abandono, maltrato, expulsión del hogar; presencia de alcoholismo; abuso sexual; pertenencia a grupos de pares orientados a la trasgresión, violencia o adicción a las drogas; junto a la carencia de redes de contención para los jóvenes.
Entonces se creó el “Proyecto Cable a Tierra”, un programa formado junto a jóvenes de entre 15 y 18 años, coordinado por la Dra. Mónica Borile desde el Instituto Médico de la Comunidad de El Bolsón. Los “cable a tierra” (nombre elegido de una canción de Fito Páez para los adolescentes que llevan adelante el proyecto) vienen logrando que los jóvenes se involucren en actividades comunitarias desarrollando sus propios puntos de vista con el apoyo de su grupo de pares, evitando así la desvalorización y el incremento de la vulnerabilidad e incorporándolos socialmente.
Lo particular de este proyecto es que son los mismos jóvenes los que se constituyen en protagonistas, a través de la realización de “talleres entre pares” con otros jóvenes, la convocatoria a participar en actividades recreativas (Casa de la Juventud, talleres de música, orientación vocacional, tutorías para el ingreso a la Universidad), difusión de acciones preventivas de salud por radio y televisión, y la conformación de redes de servicio voluntario comprometidas en la lucha por la igualdad de género, étnica, económica y social.
El Proyecto “Cable a Tierra” cuenta con:
1- Talleres para adolescentes embarazadas.
2- Un programa de capacitación conjunta de docentes de nivel medio y alumnos de Medicina, a partir del año 2004, en la Escuela de Medicina de la Universidad del Comahue. Este programa responde a la necesidad de abordar temas relacionados con la Salud Integral del Adolescente. El objetivo es promover la formación de profesionales éticos, creativos e innovadores, con capacidad para realizar docencia, investigación y gestión comunitaria, favoreciendo intervenciones orientadas a la promoción de la Salud Comunitaria.
3- Acciones de concientización comunitaria a través de talleres obligatorios para ciudadanos que inicien trámites para obtener el carné de conductor o que deban renovarlo.
4- Una labor sobre los grupos en riesgo juvenil, de manera conjunta con las familias, el Juez de Paz y la Policía de la localidad.
5- Acciones de sensibilización preventiva respecto al consumo de drogas desarrollando programas escolares.
6- Capacitación a otros equipos municipales para que la aplicación adquiera carácter provincial.
7- Se vienen realizando anualmente las “Ferias de proyectos juveniles”, a las cuales concurren cientos de escuelas u otras agrupaciones de jóvenes del Paralelo 42 trayendo propuestas de acciones comunitarias en pos de la salud integral de los adolescentes, un verdadero show de creatividad e ingenio de los chicos.
El arrasamiento de creatividad juvenil que originan hoy las políticas que privilegian el mercado determina que esta experiencia de Río Negro constituya un movimiento cultural que nada contra la corriente.
Susana Toporosi
Psicoanalista de niños y adolescentes
susana.toporosi [at] topia.com.ar