La filosofía y la psicología clásica han planteado el problema de la realidad en términos de conocimiento. Freud rompe con este criterio y presenta la relación del aparato psíquico con la realidad en términos de placer-displacer. En este sentido el principio de realidad no constituye un principio en sí mismo, sino un regulador del principio placer-displacer. Es decir, el principio de realidad transforma por renuncia de lo pulsional el principio de placer. Al imponerse el principio de realidad ya no se busca la satisfacción por caminos más rápidos, sino a través de rodeos, respetando las condiciones de la realidad externa e interna. Varias preguntas se imponen: ¿Cómo escapa el ser humano del apremio de la realidad, de la renuncia al placer inmediato? ¿Qué ocurre cuando “el mundo circundante objetivo” no facilita la satisfacción? La respuesta que podemos dar es que el ser humano se refugia en su mundo fantasmático.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra