La clínica hospitalaria con adolescentes nos enfrenta hoy con algunas consultas que hace años atrás no recibíamos. En el marco de una sociedad con enormes desigualdades y una cultura que ha criado y albergado en su seno multiplicidad de formas de sometimiento de la subjetividad al poder centralizador del mercado, han prosperado estas problemáticas. Este eje que el mercado ha instalado alrededor del consumo, que borra toda ética de solidaridad entre los sujetos, y que lleva a un individualismo a ultranza, ofrece una ilusión de pertinencia para los que tienen acceso al mayor consumo; y una experiencia de exclusión para quienes no pueden acceder al mismo. Hay así subjetividades que se constituyen bajo el modo de SER a partir de TENER cada vez más con el consiguiente miedo a ser despojadas; y otras subjetividades que se organizan a partir de haber sido despojadas y excluidas de TENER los objetos básicos que hacen a la dignidad de un sujeto, pero lejos de reclamar ese derecho, se inscriben en la lógica del poder asumiendo el sometimiento como un destino inapelable. Resulta interesante pensar las formaciones sintomáticas actuales a la luz de una cultura del sometimiento que florece en el capitalismo mundializado.