W.R. escribe en Alemania, 1932, Psicología de las masas del fascismo y en Maine, 1942, publica una nueva edición corregida con un prefacio donde dice que en Rusia se instauró el capitalismo de estado. Lo que hoy en día puede ser moneda corriente, en esos tiempos era una herejía. Su voz no tuvo lugar ni para las democracias ni para la URSS. Muertos León Trotski, Walter Benjamin y Antonio Gramsci, así como Sigmund Freud, Sandor Ferenczi y Sabina Spielrein ¿Qué oídos había en el mundo para escucharlo? Realiza una crítica de la investigación académica reaccionaria y, se puede decir sin desviarse de su razonamiento, que toda investigación académica es reaccionaria ya que separa “lo que es” de lo que “debe ser”, el conocimiento de la acción y contra ésta. Es que la academia se opone tanto al marxismo que intenta transformar y no explicar el mundo, como al psicoanálisis que es una experiencia y no una concepción del mundo.
1934 es un año clave para Europa. Se había consolidado el fascismo italiano, ya gobernaba Hitler en Alemania y en la URSS se desintegraba la revolución sexual, se restituía la familia, se consolidaba el estado, la iglesia recuperaba a las masas y se había prohibido el psicoanálisis, en consecuencia, se había instalado y consolidado el capitalismo de estado bajo el nombre personalista de Stalinismo. Si bien la propiedad dejó de ser individual, no pasó a ser común. En Asia se daba la expansión del imperialismo japonés. La voz de Reich estaba prohibida en el mundo.
El motor para que la sociedad suprima y el individuo reprima las pulsiones sexuales es la instancia del patriarcado