Abuso Sexual Infantil: La voz de los niños. Una experiencia solidaria ante un "fallo" de la justicia. | Topía

Top Menu

Titulo

Abuso Sexual Infantil: La voz de los niños. Una experiencia solidaria ante un "fallo" de la justicia.

 

A poco tiempo de cumplirse un año del fallo que absolviera a Fernando Melo Pacheco, profesor de educación física del colegio católico Nuestra Señora del Camino de la ciudad de Mar del Plata en la causa sobre abuso sexual gravemente ultrajante en forma continuada, abuso deshonesto y corrupción doblemente agravada sobre veintidós niños de cuatro y cinco años, hemos de recordar una pregunta. La de uno de los niños abusados que bien puede ser la de todos ellos. “¿Por qué los jueces no me creyeron?”. Luego del 27 de marzo sus palabras se hicieron eco en muchos de nosotros y una vez más decidimos no olvidar.
Mucho antes, en el año 2002 comenzaban las primeras denuncias hasta llegar a ser treinta y nueve. No todas llegarían a juicio. En una ciudad dormida, indiferente y atemorizada sólo podía reinar el silencio. Fuimos muy pocos quienes desde los escasos espacios con los que contábamos logramos articular dispositivos para comenzar a trabajar. Sin recibir el respaldo de las instituciones a las que pertenecíamos, en algunos casos, se comenzó por un dispositivo grupal que oficiara de espacio de contención y orientación para los padres de los niños y niñas abusados. Nada era suficiente en aquel momento de revelación y poco a poco nos encontramos con un abuso grupal y sistemático en un contexto educativo religioso. Se realizaron derivaciones para los niños y para aquellos padres que no contaban aún con un espacio de terapia.
A posteriori se conformó una Comisión de Abuso Sexual con la finalidad de instrumentar proyectos de prevención, investigar y trabajar con los casos que se iban presentando. Con muchas dificultades por la falta de recursos y seguramente por la dimensión del impacto que estábamos atravesando, se trabajó durante un año con psicólogos, psicopedagogos y abogados que voluntariamente se fueron acercando.
Si bien es verdad que luego de dos años resultó imposible lograr la conformación de una red sólida que permitiese la continuidad del trabajo realizado, veremos que algo de ese “hacer” inaugural comenzaría a gestar aquellas acciones posteriores al juicio, que a modo de catástrofe estallaría sobre los niños, los padres y la sociedad.
La red solidaria nace a partir del dolor, del silencio, del miedo, del vacío, de la desprotección. Pero también de la indignación. El 27 de marzo algunos padres, familiares y gente que acompañaba regresaron a su casa con la sensación de falta de justicia. Defraudados por el colegio en el que confiaron a sus hijos, defraudados en su fe, defraudados por la justicia. Las instituciones del Estado que deberían garantizar el acceso a derecho les dieron la espalda.
Lentamente se conformaría una red de acompañamiento y de trabajo con un grupo de padres, conformada por profesionales, artistas y actores sociales.
Desde una posición ético política, ligada al pensamiento de Alain Badiou “la política comienza cuando uno se propone no representar a las víctimas (…) sino ser fiel al acontecimiento donde las víctimas se pronuncian”. La idea de no representar ha sido, y lo sigue siendo, un acto de voluntad, de decisión.
Se realizan las primeras marchas desde la costa hacia la Catedral con la lectura posterior de una carta abierta a la comunidad que los padres realizaban, expresando en sus palabras sentimientos, análisis sociales y pedidos de solidaridad.
Comienza a llegar el apoyo desde diferentes profesionales, diversas instituciones, organismos de Derechos Humanos, entre otros. Y más tarde se acrecentaría incrementándose la fuerza de lo colectivo como respuesta a la hegemonía del poder que intenta aniquilar el nacimiento de lo subjetivo.
Se constituyó una red de profesionales que voluntariamente se ofrecieron para llevar a cabo tratamientos solidarios.
Paralelamente el grupo solidario participaría de diferentes espacios de difusión, de intercambio científico y de debate que en principio, sólo tienen lugar en Buenos Aires. El silencio en los ámbitos profesionales de Mar del Plata resultaba ser una constante. La advertencia que se hacía eco de un fallo disciplinador para quienes comprometidamente trabajaban día a día por los derechos de la infancia, se hacía oír. Algunos psicólogos comenzaron a dudar antes de elaborar un informe o de tomar un caso de ASI luego de las denuncias que realizaran los jueces a dos psicólogas que declararon en el juicio.
Las primeras intervenciones tienen lugar en la Jornada organizada por ASAPMI. Más tarde, tendría lugar el primer escrito realizado titulado “Los niños dicen la verdad”. Presentado en el Foro de Psicoanálisis y Género. En el mes de octubre, y gracias a la invitación del Dr. Alfredo Grande se presentó otro trabajo para la Jornada Crímenes de Lesa Sexualidad: cultura represora y sexualidad erotizante. Y finalmente, se participó en el Congreso de Salud Mental y Derechos Humanos.
La voz de lo niños comienza a ser escuchada. Luego de debatir con los padres decidimos realizar en nuestra ciudad el primer encuentro denominado Debate interdisciplinario, discursos y prácticas en Derecho y Salud Mental. Más de setenta personas escucharon, compartieron, se emocionaron y debatieron junto a los padres de los niños abusados con la presencia de los panelistas invitados. La inclusión de los padres en esta actividad ha sido para nosotros una afortunada decisión, coherente con nuestro sustento teórico e ideológico. Que entre otras cosas no concibe una praxis alejada de la realidad de los protagonistas y mucho menos de su inclusión como sujetos sociales.
Participamos en noviembre de la reunión del Colegio de Psicólogos en la que se logró impedir que se elevase a Tribunal de disciplina la denuncia de los jueces contra una colega testigo en el juicio, presentando los argumentos necesarios para evitar un nuevo acto de injusticia.
Desde nuestras diferentes disciplinas tenemos un objetivo en común que va más allá de nosotros mismos como individuos. Que entre otras cosas, será el de atravesar una experiencia ética, social y política.

Cecilia Piriz (Psicóloga)
María Cristina de los Reyes (Mg. Psicología Social, Socióloga)
Gabriel Di Lorenzo (Escritor)
Nicolas Regalbuto (Actor, bailarín)
Patricia Gordon (Psicóloga)
 

Temas: 
 

Articulo publicado en
Julio / 2007

Ultimas Revistas