La Salud Pública en la Argentina constituye uno de los terrenos más bastardeados y pisoteados por las políticas privatizadoras:
· Escasez y disminución de la calidad de insumos básicos y medicamentos, aparatos obsoletos y rotos.
· Edificios sin mantenimiento y en muchos casos con riesgos enormes.
· Aumento importante de la flexibilización laboral (en vez de nombramientos de planta, suplencias y módulos, intento de reducción de personal tratando de jubilar a la gente compulsivamente, evaluaciones de desempeño para poder realizar despidos, no renovación de contratos).
· Salarios bajos y bastante inferiores a los de otros gremios (en la Ciudad de Buenos Aires: administrativo salario de ingreso: 1.400$; profesional salario de ingreso: 2.800$; policía metropolitana salario de ingreso: 4.000$)
En síntesis, se trata de un modelo privatizador en el cual quienes lo gerencian consideran a la salud pública como un negocio en el que hay que reducir gastos y al paciente como un objeto-mercancía que debe costar menos.
La recuperación de lo público para el cuidado de la vida y la salud de la población más vulnerada, que es el sentido fundante de la salud pública, es posible por parte de los propios trabajadores de la salud, que son quienes están en condiciones de hacer un diagnóstico real de las necesidades. En ese sentido, vale la pena mencionar que en los últimos meses se ha producido un cambio interesante:
1) surgen movimientos que, no confiando más en los sindicatos tradicionales de la salud como parte del poder que es cómplice con la política privatizadora y destructora de lo público, se han autoconvocado y tomado en sus propias manos la lucha por sus condiciones laborales y por la calidad de atención
2) han buscado apoyo en la población que se atiende en el hospital público.
Ejemplos de ello son:
- La lucha de Autoconvocados de la Salud en Tucumán, en pelea contra el gobierno provincial de Alperovich. Los puntos que pedían eran: aumento salarial sin montos en negro, pase de planta transitoria a permanente, carrera sanitaria y reconocimiento de la insalubridad. El 70% del personal eran monotributistas. El gobierno aplicó descuentos masivos a los salarios de quienes luchaban. Junto al sindicato de la Fesprosa (Federación Sindical de Profesionales de la
Salud de la República Argentina), los autoconvocados denunciaron al gobierno frente a la Organización Internacional del Trabajo. Con la lucha, apoyada por movilizaciones multitudinarias de población general, consiguieron la reincorporación de los cesanteados y el aumento salarial.
- La lucha de Autoconvocados de Salud en Santiago del Estero: de los 8 mil trabajadores de la salud de la provincia, 5.600 se encuentran en situación de precarización laboral y 4 mil enfermeras, choferes, administrativos y técnicos cobran 660$ por mes; los profesionales 1.000$. El conflicto, que comenzó hace seis meses en demanda de mejoras salariales y laborales, incluyó marchas semanales y terminó gestándose una gran pueblada, con participación masiva. La presencia de Fesprosa también fue importante. Había 32 cesantes y 2 médicos sumariados acusados de la muerte de un paciente que padecía un cáncer y estaba terminal hacía tiempo, lo cual fue atribuido a las medidas. Gracias a la lucha se consiguió que por primera vez el gobierno recibiera a 13 delegados de Autoconvocados y se comprometió a revisar la política salarial y las condiciones laborales de profesionales y trabajadores.
- Hospital Larcade de San Miguel: el gobierno decidió trasladar a 14 profesionales, entre ellos 5 miembros de la comisión directiva de la Asociación de Profesionales, a otros lugares, luego de que el hospital fuera tomado en reclamo de deudas salariales y becas atrasadas. Luego los profesionales de la Asociación fueron cesanteados. Con la lucha se logró la reincorporación de los cesanteados.
- Centro de Salud Mental Ameghino, en la ciudad de Buenos Aires: gracias a la lucha sistemática de la Asociación de Profesionales, con el apoyo masivo del conjunto del centro de salud y la solidaridad externa, se reincorporó el director del centro que había sido arbitrariamente apartado por el gobierno de Macri.
- Crecimiento de las luchas en los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires, fortalecimiento de la Interhospitalaria, que reúne a asociaciones de profesionales y trabajadores de escalafón que se autoconvocan.
Las luchas, en las cuales los protagonistas se ubican como sujetos hacedores de su propio destino, desbordando a las direcciones de los sindicatos tradicionales y confluyendo con el conjunto de la población, desmarcándose de un individualismo mortífero para construir un proyecto colectivo, son también productoras de salud en sus propios actores, y constituyen el mejor método de prevención del burn-out (síndrome de desgaste del profesional).
Susana Toporosi
susana.toporosi [at] topia.com.ar