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Tallereando en La Habana

 
“En el largo camino hacia el cielo, la alegre artista, buscaba el amor”

Reflexiones a partir de un ciclo de talleres de escritura colectiva realizado en El Vedado, La Habana, en el mes de febrero de 2016.

Lo que presentamos a continuación es una reconstrucción –una entre varias posibles- de la experiencia realizada junto a la MSc. Nancy Rial en febrero pasado, en el marco de la Feria Internacional del Libro y con el aval del Centro de Orientación a la Población (COAP) de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.

La misma constó de cuatro talleres de escritura colectiva con mujeres, convocadas por tres organizaciones: Irreverencia Producciones y Red Social Haciendo Almas, las dos  de la sociedad civil, y Taller de Transformación Integral del Barrio Vedado-Malecón, subordinado a la Asamblea Municipal del Poder Popular del Municipio Plaza de la Revolución, que previamente habían aceptado la propuesta de conocernos a través de la tarea.

 

En este artículo les presentaremos algunos de los aprendizajes que obtuvimos de una experiencia que si bien se apoyó en la palabra espacializada, le puso énfasis a aspectos diversos de los literarios: los llamados talleres de escritura colectiva.

El dispositivo que propusimos se fundamenta en la Psicología Social pichoniana* y la Educación Popular *; por ello obtiene sus apoyaturas de la vivencia personal y la memoria singular, entendidas como signos de un contexto cultural. Desde esta emergencia transformada en palabra, intentamos desplegar nuevos sentidos, sostenidos desde la escucha y multiplicados por el efecto de caleidoscopio que proporciona el trabajo grupal: así que fue el proceso creador lo que se potenció, más que el producto concreto.

El diseño es sencillo: un espacio y tiempo destinado a esta actividad, textos  seleccionados según la temática y el perfil del grupo, papeles, fibras, tijeras, cola, etc. Es decir: un  taller, encuadre privilegiado de la metodología de la educación popular, coordinado desde la didáctica de emergentes que tomamos de la psicología social .

A esto sumamos el entender a la poesía -tomando la propuesta del  movimiento surrealista- como un acontecimiento capaz de provocar la ruptura de la cotidianeidad naturalizadora, como un decir dislocado que -en tanto tal- permite conectarse con los diferentes niveles del encuentro humano.

Esto es, que el énfasis de la tarea está colocado en el acto creador, entendido como producción colectiva, en el encuentro con la potencia que despierta la palabra dibujada, enunciada, más allá de la norma o la forma .

 

https://www.dvv-international.de/es/educacion-de-adultos-y-desarrollo/ed...

 

Sin dudas, el aprendizaje principal para  las implicadas en esta tarea se ubicó en el producir -intencionadamente- las condiciones que posibilitaran la emergencia de la ternura[1], es decir , crear un tiempo y espacio compartido, en donde  pueda devenir sin estereotipias, una resignificación de las vivencia o el sentido individual de la experiencia personal, para que  pueda ser enriquecida por una multiplicidad de miradas con “miramiento” (valga el juego de palabras) que habitaron ese espacio/tiempo de taller. Este efecto caleidoscopio promueve la posibilidad de visibilizarlas como producto de una historia vincular, pero también  en  el camino de un proyecto emancipatorio (si tenemos en cuenta la intencionalidad de quienes los coordinamos).

Podemos sintetizar en este punto que entendemos  la tarea de escribir como un proceso de creación en el afuera,  a partir de una serie de intentos de recreación del adentro fragmentado, en un proceso que, en su devenir, va reparando/se/nos en o de un recorrido vincular (o pasado) sin memoria (esto es, sin conciencia del proyecto que la significa).

Quizás este concepto de memoria venga a auxiliarnos también en el fundamento de la forma de trabajo elegida: el taller, ya que el mismo es uno de los encuadres más elegidos en la metodología de trabajo de la Educación popular, y esto no responde sólo a las constantes que se establecen, sino también, a la historia de su emergencia como modo de producción, dice Agustín Cano:

“Algunos de los principios presentes en el taller medieval, en el atelier, y en los astilleros, aportan a pensar algunos principios que sustentan al taller en la educación popular: la integración del trabajo manual con el trabajo intelectual, la reunión de personas trabajando en torno a una tarea común, la transformación colectiva de una situación, y la creación colectiva de una nueva forma o producto. En efecto, desde la concepción metodológica ya planteada, el taller constituye: a) un dispositivo de trabajo con y en grupos; y b) una metodología de trabajo educativo que buscará alcanzar objetivos pre-establecidos, organizando para ello la utilización de determinadas técnicas. “[2]

Todas esas señas de identidad fueron necesarias para escribir poesía en una trama de sostén.

 

Delirio es mi nombre: los textos emergentes

Los textos que nacieron en el centro de estos talleres, por sus condiciones de producción, tienen grandes pendientes en su forma; es por ello  que proponemos la poesía como puente de escritura , ya que la misma posee estilos  que facilitan la libre asociación, la dislocación de” frases hechas “, dando lugar a sospechar novedades de sentidos nacidos en el diálogo y la reescritura espontanea.

En general les propusimos para iniciar la actividad una modalidad de asociación: elegir una característica propia para presentarse, que se traduzca en una palabra, que a su vez comience con la inicial del nombre propio, tratando de articular tanto la búsqueda personal como el jugar con las palabras en concreto, incluso inventando sinónimos para la característica personal elegida: una búsqueda con otro se entrelazan y apuntalan, develando a la vez que encubriendo muchas veces, vicisitudes ligadas a la propia autovaloración.

Veamos un ejemplo:

“Mi nombre es Delirio, soy algo tímida, reboso de esperanzas e ilusiones que vienen y van en avión; no me gusta decir adiós, me crea inseguridad la espera. Sueño que mi sueño desvela: Delirio es mi nombre.¨

A partir de allí comenzamos a encadenar textos producidos, ligados al eje del género, apoyadas en la afirmación  de S. de Beauvoir* “una no nace mujer, se llega a serlo”, que perfectamente nos habilita a reflexionar sobre ese ir siendo en un contexto concreto, en este caso Cuba en el año 2016, y cuyas vicisitudes recogemos en formas de versos.

En la experiencia que trasmitimos, cabe señalar la redundancia de la palabra alivio y esperanza, como se ha visto más arriba, en el ejemplo citado y en otros que agregamos aquí, además de la metaforización de los caminos de sostén de la vida plagados de dificultades:

“La sensación de alegría que recibimos con asombro es que aún somos capaces de ver la vida con optimismo y esperanza. Haciendo almas, mujeres de las organizaciones ligadas a la red.”

 

“En el largo camino hacia el cielo, la alegre artista, buscaba el amor. No faltaron los obstáculos: el incesante llanto por su existir solo era aliviado por el trote de la yegua que también soñaba con encontrarse con su adorado cocodrilo.”

 H. Almas

 

                                “El Vedado Malecón con el taller literario

                                     Llena todos sus vacíos

                                              Revolucionándolo todo, logrando empatía y belleza

                                                                   Y alejando la tristeza.”

 

Así como la persistencia de modelos de lo esperado para ser mujer/es que podríamos señalar como conservadores, ligados a la maternidad, el sacrificio, la entrega, el cuidado de la retaguardia:

                    “El peso inmenso de que todo cae encima de mi , un reto a construir mi identidad  femenina de manera auténtica, constante, no prestada, sino a partir de nuestros deseos, independencia, estar centrados en nosotros para poder dar con humildad a los otros.” Grupo Vedado malecón

 

Nuestros apoyos también son poemas

Entendemos que en un contexto de enorme desarrollo tecnológico de los medios de comunicación a nivel mundial, en el capitalismo (para nada tardío, sino más bien, acelerado y acelerando-nos) ha trastocado las percepciones internas de “lo temporal” y “lo espacial”, insistir en proponer a la creación como un proceso de conexión con la asociación libre, la emergencia de lo inconsciente, y además, junto a otras, componiéndonos* en pensamientos nuevos, es una opción que podríamos definir tanto metodológica como ideológica.

Opción Metodológica, porque la ruptura de discursos hegemónicos que matrizan nuestra relación Mundo Interno (M.I)/Mundo Externo(M.E.) necesita de imágenes y constataciones tangibles de esas posibles rupturas y hendijas, para posibilitar una vivencia de su dialectización; esto es, a modo de ejemplo: nos propusimos romper textos, rearmar textos de compañeras, es decir -insistimos- tratamos de hacer palpable esa ruptura de lo dado, así como también visibles a las posibles conexiones insólitas pero no exentas de sentidos posibles, en lo que a palabras se refiere, cuando se recomponían textos nuevos con esos puntos de partida previos.

Opción Ideológica, en tanto opción por sostener la cualidad social de la producción de conocimientos y de los propios sujetos/as, por lo tanto también, la fantasía albergada en los pliegues  que se hace lugar por los caminos de la ¨libre” asociación, o asociación no concientemente normatizada, gracias a la suspensión del juicio crítico o calificador, tiene tanto la marca de lo hegemónico como la potencia de su antítesis, en lo emergente.

Y en el cruce entre ambas, colocamos la función y el desempeño del rol de coordinación de este dispositivo, ya que en este diseño ponemos luz no solo en lo temporo-espacial sino sobre todo en lo contratransferencial*, es decir, en la práctica misma de quien coordina, en su actitud psicosocial. Es en su discurso donde juega un papel específico el anudamiento de la escritura como tarea en el M.E. y la reescritura de los argumentos propios de la perdida, en el M.I., en el adentro.

 

La misma no ocurre solo por la técnica propuesta, sino por la habilitación de la emergencia de procesos de interacción eficaz que posibilita un modelo de coordinación del grupo centrado en la tarea, es decir, un “ estar ahí”, ofreciéndose como sostén para el advenimiento de lo maravilloso, desde lo actitudinal, es decir albergando el proceso de ida y venida , de metabolización de diversas escenas que sin llegar a espacializarse, son el entretejido de la trama grupal,mientras escribe y se reeescribe .

 

Detrás de la exquisitez de los cadáveres

“El mundo que pinto: No sé si lo invento, yo creo que más bien que es ese mundo, el que me inventó a mí” Leonora Carrington

Y al final de este recorrido, se reitera la interrogante y los esbozos de respuesta que seguramente quedarán en eso: ¿Para qué sirven estos talleres? ¿Cuál es su pertinencia, su aporte?

Lo que podemos afirmar a partir del tránsito por esta experiencia, es que confirma lo encontrado en otros escenarios y con otros grupos de mujeres: un clima de resonancias, de afectaciones, que desde el mundo interno y hacia la palabra, permitieron reflexionar sobre la construcción del “ir siendo”, estableciendo relación con lo personal y con el contexto, sin discursos previos o encubridores de esta tensión.

Encontramos la posibilidad de enlazar el llanto con el goce y el juego, en un espacio que dejaba instalada la posibilidad de asociaciones libres y de juego de imágenes, un encuadre que trató de no reproducir algunas de las condiciones de las tramas más instituidas y formalizadas.

La propuesta intentó -como decíamos al inicio- gestar dispositivos que sostuvieran, partiendo de lo conocido, la construcción de canales de gestación de nuevos procesos discursivos acerca del ser mujer, de las maneras de relación y construcción de la identidad, del tener y hacer uso de la propia voz. Parte de la tarea, sin duda, consiste en revisar Significados, desempolvando los Significantes, quizás también otra parte consista en crear algunos para  albergar esa novedad .

Seguramente el centro de los sujetos que pueden enunciarse como fragmentados/as, aislados/as, dentro de los telones cotidianos y las formas actuales de las relaciones sociales, puede acunar también en forma explícita o implícita, la búsqueda y la gestación de un nuevo enlazamiento social que asegure la continuidad de la vida, que es continuidad de lo social.

Siendo la poesía una vía de acercamiento a estructuras más inconscientes de aprendizaje, creemos que estos talleres, como espacio de trabajo, de producción, permiten ir indagando las tensiones que nos habitan mientras vamos siendo, reconociendo lo instituido que queremos conservar, y los instituyentes a proponer como nuevas posibilidades de ir siendo mujeres y hombres en un contexto particular.

 

MONTEVIDEO, AGOSTO DE 2016

 

[1] Tomamos esta conceptualización de la Ternura y la Crueldad emergentes de dispositivos sociales, de la obra de Fernando Ulloa; en especial, La novela psicoanalítica, dejamos un enlace donde ubicar lo central de su propuesta: http://www.psicomundo.com/foros/egp/crueldad.htm

 

[2] Cano, Agustin ; La metodología de taller en Educación popular: ReLMeCS, julio-diciembre 2012, vol. 2, nº 2, pp.22-52.

 

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Articulo publicado en
Diciembre / 2016