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¿Por qué hablar de la Realidad Psíquica?

 

Introducción

El propósito de este artículo es destacar la existencia e importancia de la realidad psíquica, como una manera de apostar a la subjetividad. Partiendo de una lectura freudiana, que nos permite abordar la idea de que hay tantas “realidades psíquicas” como personas en el mundo.

En este sentido, la propuesta es pensar una práctica, un modo de abordaje que nuclee a todos los agentes que intervienen en el ámbito de la Salud Mental, donde no se exceptúe esta realidad.

Término utilizado frecuentemente por Freud para designar lo que, en el psiquismo del sujeto, presenta una coherencia y una resistencia comparables a las de la realidad material; se trata fundamentalmente del deseo inconsciente y de las fantasías con él relacionadas

 

I - ¿Otra Realidad?

El término “realidad” es comúnmente utilizado, lo no tan común es detenernos a pensar si todos compartimos la misma realidad. Esta inquietud también nace en Freud, quién a partir del estudio de la histeria, logra comprender que, “sus histéricas” no le mentían. Que, en todo caso, se trataba de una “realidad otra”, no comparable a la realidad material, cuya implicancia estaba determinada por el valor que posee para los sujetos. De esta manera, el padre del psicoanálisis encuentra a la Realidad Psíquica como un legítimo material de trabajo.

Pero ¿qué es la Realidad Psíquica? Para responder este interrogante, recurrimos al diccionario de psicoanálisis, en el que hallamos algunos fragmentos que nos servirán para comenzar a definir este concepto. La primera acepción del mismo refiere: “Término utilizado frecuentemente por Freud para designar lo que, en el psiquismo del sujeto, presenta una coherencia y una resistencia comparables a las de la realidad material; se trata fundamentalmente del deseo inconsciente y de las fantasías con él relacionadas.”[1] Y más adelante: “Cuando Freud habla de realidad psíquica, no lo hace simplemente para designar el campo de la psicología, (…) sino lo que, para el sujeto, adquiere, en su psiquismo, valor de realidad.”[2]

Partiendo de estas definiciones, diremos que la Realidad Psíquica es un proceso inconsciente, cuya existencia no puede ser negada; por el contrario, es preciso afirmarla y defenderla. Y no sólo su existencia, sino también su valor; la importancia y la implicancia que tiene en la vida de un sujeto. Por lo que no podemos quitarle credibilidad en comparación con la Realidad Material. La misma, nos sirve como apoyo, un modo de apuntalamiento, a través de la cual pueden nacer y fluir los deseos y las fantasías, que le darán origen a la Realidad Psíquica. Una realidad que emergerá en cada individuo, de una manera auténtica. Siendo, en cada sujeto distinta; cargada de la propia subjetividad. Ambas concepciones son importantes, diferentes y complementarias.

El camino que tome la Realidad Psíquica es tan diverso, como diversos somos los sujetos

Siguiendo el camino del psicoanálisis, es dable señalar una frase de Freud, de su obra Lo Inconsciente y la conciencia. La realidad, donde retoma el concepto de los deseos inconscientes y establece relación con la Realidad Psíquica: “Y si estamos frente a los deseos inconscientes en su expresión última y más verdadera, es preciso recordar sin duda que también la realidad psíquica tiene más de una forma de existencia.”[3] Este fragmento, viene a reafirmar lo antes dicho; el camino que tome la Realidad Psíquica es tan diverso, como diversos somos los sujetos. Porque lo que va a determinar la lógica que ésta adopte, está en completa relación con el cómo. Cómo, cada sujeto vive y experimenta lo que la realidad material le proporciona. Los recursos psíquicos que tiene para sobrellevar las vicisitudes de la vida.

Una vez esclarecida la idea de que la Realidad Psíquica no existe de una única manera; cabe considerar, como se mencionó, la lectura que Lacan hace al respecto, donde realiza una primera distinción entre lo Real y la Realidad. Cuya concepción nos deja en claro que la “Realidad” se encuentra impregnada por el registro de lo imaginario[4] y, utiliza el término incognoscible para definir lo real; es decir, todo aquello a lo que no tenemos acceso a través de lo simbólico e imaginario. Pablo Cazau nos dirá en su texto Lo Real, lo Imaginario, lo Simbólico que, tanto la realidad exterior como la realidad interna, ejercerán la misma influencia en el psiquismo.

Como resultado, alcanzamos el por qué la Realidad Psíquica es única y diferente; porque se encuentra construida y determinada por el imaginario de cada individuo. Lo que la hace totalmente genuina.

Llegando a este punto, podemos decir: la realidad psíquica es la forma en que se construye cada sujeto, independientemente de su estructura. Esto nos permite reflexionar que, al momento de pensar y realizar intervenciones, lo importante no sería la realidad material en sí misma, sino el significado que ésta ha asumido en la historia de ese sujeto. Cómo, una misma experiencia, determinada por diversos factores, por ejemplo, el lenguaje, la cultura, la historia personal, el contexto social; puede asumir un significado distinto.

II - La Realidad Psíquica en el abordaje terapéutico

De modo que, no solo hablamos de una realidad psíquica personal y singular, sino de una forma de abordaje. De cómo podemos trabajar, para evitar que un sujeto se sienta o se encuentre determinado por nuestra subjetividad. Teniendo en cuenta que en la intervención no solo hay un sujeto, sino dos: uno en tratamiento y uno profesional; donde este último, está implicado, desde la Ética del Psicoanálisis, a “abstenerse de emitir juicios de valor, no emparentarla con la moral, ni apegarla a los ideales.”[5]

Es preciso señalar que, trabajar con la Realidad Psíquica, implica considerar el abordaje como un proceso dinámico, lo cual demandará tiempo; un tiempo que debe ser concedido y respetado. Partiendo de esta idea, proponemos tres instancias:

Conocer, es decir, prepararnos y nutrirnos de las teorías que brindan los diversos cuerpos teóricos. Pensar las diferentes propuestas y tenerlas en cuenta al momento de direccionar el tratamiento.

Escuchar, refiere a una escucha real del discurso del paciente, las palabras que utiliza, cómo las utiliza. No dar nada por sabido, interrogar qué es cada cosa para ese sujeto. Escuchar lo que dice y lo que calla. Saber la historia de esa persona, partiendo desde su lógica, intentando no ignorar los aspectos que hacen que ese sujeto sea quien es.

Y hablamos del actuar teniendo en cuenta todo lo antes mencionado. Fusionando las teorías generales, con la historia personal del sujeto. Construir un abordaje que mejor se adapte a su realidad, integrándolo, haciéndolo partícipe del tratamiento. Ya que, no sólo está dentro de la ética de nuestro trabajo respetar la subjetividad, sino que también es un derecho del individuo, como lo establece la Ley Nacional 26657, en su Capítulo IV: “Derecho a poder tomar decisiones relacionadas con su atención y su tratamiento dentro de sus posibilidades.”[6]

Desde esta perspectiva, consideramos que, desestimar el valor de la realidad psíquica, traería consigo consecuencias indeseables para los sujetos en el abordaje terapéutico. Encontramos en dicha conceptualización freudiana, el camino hacia la integración de los individuos, acorde a lo propuesto por la ley antes mencionada.

 

Conclusión

Conocer la complejidad y la diversidad que se hace evidente entre los sujetos, la forma en que cada uno concibe al mundo, pero más aún, en cómo éste nos atraviesa; puede ser una invitación a reflexionar la importancia del respeto. El respeto hacia el otro, hacia aquel que, aun siendo conocido, puede resultarnos tan ajeno.

Hablar de la Realidad Psíquica, nos ofrece la oportunidad de no ignorar la singularidad de las personas. De pensar en el otro, como alguien diferente, pero sin la carga negativa, que generalmente suele portar.

 

Johana Flores
johavflores [at] gmail.com

 

Sara Ramos
rsara07596 [at] gmail.com

Estudiantes de la Tecnicatura Universitaria en Acompañamiento Terapéutico.. Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales. Universidad Autónoma de Entre Ríos.

 

 

[3] Freud: “Lo Inconsciente y la Conciencia. La realidad.” Página: 598

[4] Cazau, Pablo: “Lo Real, lo Imaginario, lo Simbólico”

[5] Revista Borromeo. Alejandra Landoni “Algunas reflexiones sobre la ética en psicoanálisis”. N° 4-año 2013

[6] Ley Nacional de Salud Mental N° 26657, Capítulo IV, Articulo 7°, Inciso K

 

Bibliografía

-Cazau, Pablo: “Lo Real, lo Imaginario, lo Simbólico”.

-Diccionario de Psicoanálisis: https://agapepsicoanalitico.files.wordpress.com/2013/07/diccionario-de-psicoanalisis-laplanche-y-pontalis.pdf

-Freud: Tomo V: “Lo Inconsciente y la Conciencia. La realidad.” Editorial Amorrortu.

-Freud: Tomo XIV: “Lo Inconsciente.” 1915. Editorial Amorrortu.

-Landoni, Alejandra. “Algunas reflexiones sobre la ética en psicoanálisis”. Revista Borromeo n° 4-año 2013

-Ley Nacional de Salud Mental N° 26657, promulgada en Argentina en 2010.

-Miller, Jaques Alain: “Quehacer del psicoanalista. Recorrido de Lacan. Ocho Conferencias.” Editorial Manantial. Buenos Aires 1984.

 

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Articulo publicado en
Marzo / 2021