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Titulo

LA CONSTRUCCIÓN DE ESPACIOS GRUPALES EN INSTITUCIONES CERRADAS

 
Experiencias de expresión colectiva en situación de encierro
 Trabajo premiado en el Tercer Congreso de Salud Mental y Derechos Humanos realizado por la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo

EJE TEMÁTICO: Las grupalidades y sus dispositivos
Ciudad de Buenos Aires
octubre 2004


CONTEMPLO LA VENTANA
Y VEO QUE LA TARDE
SE LLEVA SU ULTIMO RAYO DE FUEGO.
LA NOCHE LOGRA ADUEÑARSE
DE ESTE INFIERNO FURIOSO
QUE PROMETIO ESCONDER BIEN
LA LLAVE DE ESTA OCULTA SOLEDAD
PARA MANTENERNOS CAUTIVOS,
ESCLAVOS DE ESTE TRAIDOR Y ASESINO SISTEMA,
QUE NOS LLEVA AL PRECIPICIO
DE LA VALIENTE MUERTE.
EN MI VIGILIA NOCTURNA
EL REMORDIMIENTO SE APODERA DE MI ALMA
Y SANGRAN MIS HERIDAS
QUITÁNDOME TODA ESPERANZA.
PERO EL VIVO DESEO
DE QUE UNA PALOMA ME TOME EN SUS BRAZOS
ES UN SUEÑO ANHELADO.
LA PODEROSA ESPADA HIZO EMERGER
RIOS DE SANGRE QUE HAN CUBIERTO TODO DE ESPESAS TINIEBLAS
Y ME HAN CONVERTIDO EN UN GUERRERO SIN CORAZON.

                                                                                        (David, 18 años)

Perteneciente al Tríptico HUELLAS, publicado en diciembre del 2003.-

INTRODUCCIÓN         

Las presentes reflexiones están enmarcadas en mi práctica profesional como Trabajadora Social del Instituto de Menores Manuel Belgrano, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, y dependiente del Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. Es una institución de máxima contención para jóvenes infractores, donde permanecen alojados aproximadamente 90 jóvenes, entre 16 y 20 años, con tiempos de encierro no menor a los seis meses. Se los denomina jóvenes en conflicto con la ley penal, todos ellos tienen causas penales y la mayoría tiene otros antecedentes delictivos, además de la causa actual.

     JUSTIFICACION

Parto de considerar la institucionalización de estos adolescentes como un grado extremo de exclusión y desapropiación de los social. Ellos allí están “literalmente” privados de su libertad y por períodos prolongados. Es una de las instancias más elocuentes que muestran su proceso de destitución social.

En este contexto, el presente trabajo pretende enunciar descriptivamente aquellos proyectos realizados por los jóvenes que se encuentran institucionalizados, quienes han participado de espacios grupales en los cuales la propuesta estuvo signada por recrear formas de expresión del lenguaje, que los distanciaran de lo habitual en el encierro.

Es decir favorecer la apertura de un espacio en el cual ellos puedan expresarse, pero que además signifique redimensionar la exclusión en posibilidades de inclusión social, mediante la difusión de sus experiencias.

De esta manera se han desarrollado talleres con una consigna clara, que pretendía direccionar las motivaciones de los jóvenes y concentrar su interés en el proceso pero con expectativas de mostrar los resultados, el producto obtenido como fruto de su labor grupal. Esta premisa fue necesaria en el inicio para contener las ansiedades y favorecer las producciones, y también para evitar incipientes frustraciones ante un trabajo no logrado en los tiempos determinados por ellos como válidos para tal construcción.

“Buscando una estrella fugaz” fue el nombre elegido por los jóvenes para la producción final del taller de cine, donde construyeron una historia, la actuaron y la musicalizaron. Fue la primer experiencia en este sentido, en el cual se rescata la parte expresiva y creativa de los jóvenes.

En este sentido, puede inferirse que la oferta de espacios grupales dentro del instituto, con objetivos definidos a partir de la producción colectiva implica ubicar a estos jóvenes no desde su conducta transgresora sino desde sus potencialidades y capacidades para llevar adelante tareas poco habituales para ellos.

Al taller de cine le siguieron el de poesía donde la producción final fue el tríptico  “Huellas”, con creaciones de los jóvenes (algunas incluidas en esta presentación) y que permitió su divulgación en el afuera.

Posteriormente se realizó el taller de pintura mural donde la producción final se denominó “Dos mundos diferentes” y se prevé su divulgación por revistas y espacios virtuales relacionados con los adolescentes. La misma fue realizada en una de las paredes interiores del edificio, lugar de acceso de jóvenes y de familiares de los jóvenes institucionalizados.

De esta manera, la dimensión grupal permite mirar terapéuticamente el desarrollo y la conformación del espacio desde los roles asignados y asumidos por cada uno de ellos. Esto es sumamente importante en especial si se toma en cuenta los conflictos de relación que los jóvenes presentan, y las dificultades en utilizar la palabra como mediación en ese conflicto. La violencia en los contextos analizados asume distintas formas, pero todas suponen una práctica situada en los bordes de la palabra.

ASPECTOS TEORICO METODOLOGICOS

Autores de la década del ochenta, provenientes del psicoanálisis, pero en su complejidad grupal e institucional, que discuten entre otras cuestiones la definición de grupo operativo de Pichon Riviere, la necesidad de otro tipo de intervención además de la individual en psicoanálisis, o el concepto de análisis institucional, articularon ciertas premisas en torno al dispositivo grupal.

En principio, la inclusión de la dimensión institucional en el análisis grupal, considerar el abordaje desde la apertura y la heterogeneidad, ponderar  la producción y la creación en detrimento de la estereotipia, evaluando el aporte singular de los integrantes. Además, particularizar la elaboración grupal como trabajo producido en los intersticios del deseo y de la producción, lo cual posibilitaría el análisis de la vida cotidiana en términos de los vínculos instaurados así como de las crisis o conflictos que surjan y que “deben ser tomados como dato revelador de una cierta verdad del grupo.”[1]

Estos elementos señalan varias diferencias en torno a las definiciones de grupo mas tradicionales y permiten considerar la experiencias relatadas en este texto como procesos grupales entendiendo a tales como el desarrollo de pluralidades en determinados dispositivos institucionales, instancia que es de particular importancia ya que, cabe recordar estamos hablando de instituciones cerradas.

Podríamos preguntarnos entonces si un grupo es un lugar de intercambio o un dispositivo institucional, lo que nos remite a una indiscutible elección por la segunda opción, aunque decisión apelable en un punto, lo que surja dentro del espacio propuesto puede trascender lo institucional y la percepción y el impacto en los jóvenes participantes queda en los márgenes del control institucional, por lo menos en las primeras experiencias. Este modelo instituyente establece brechas en las cuales trabajar y recrear otros objetivos de la internación.

La propuesta metodológica se basó en la conformación de grupos, con mezcla de expectativas e intereses, así como de los roles y funciones asignados y asumidos por estos jóvenes en sus sectores de convivencia. Se realizaron talleres intensivos, esto es lograr producciones en el corto plazo, que permitieran seguir avanzando en pos del objetivo general. Se trabajaba entre cuatro y seis horas, dos o tres días a la semana. A simple vista, puede considerarse como escaso para un abordaje intensivo, pero si nos ubicamos en la institución en la cual se realiza, donde todos los horarios están pautados y tienen una estructura muy rígida en su cumplimiento, el tiempo destinado a estos talleres significó para los jóvenes participantes un cambio abrupto y muy rico en la dinámica cotidiana establecida.

Un grupo es un sistema de relaciones entre sujetos, en un encuadre de tiempo y espacio determinado. Cuando varias personas se reúnen para formar un grupo, cada cual aporta sus conocimientos personales, sus habilidades, sus ideales y sus motivaciones. En él se integran las personas con todas esas imágenes previas, esas experiencias, con su propia identidad que se ha construido en muchas experiencias de relación con otras personas.

La interacción en otra modalidad a la habitual puede generar resistencias e inhibiciones que impidan en el inicio una expresión mas auténtica y autónoma de sus deseos y necesidades. En especial tomando en consideración las características personales de los jóvenes alojados en la institución y la impronta que marca su tránsito institucional (individualismo, vínculos desafectivizados, impulsividad, pactos secretos, acto antes que palabra, entre otros.)

Si hacemos un recorrido somero por el desarrollo del taller de pintura mural, podemos mencionar que los participantes iniciaron la actividad con dibujos individuales con escasa riqueza en cuanto a expresión de  sus sentimientos  y sus emociones, hasta lograr dibujos en los cuales expresaban su estado ánimo, sus sensaciones del acontecer cotidiano.

Posteriormente se comienza a integrar aquellas cuestiones similares en los dibujos, y a explicar lo que se quiso expresar en los mismos. Este proceso culmina en una composición general y única que mantiene el espíritu de creación colectiva, pero también rescata y valoriza la riqueza individual de quienes han protagonizado el suceso.

Si bien trabajando sobre el papel se llega rápido al objetivo de la composición única, puesto en practica presenta sus dificultades. Las inhibiciones, los actitudes pudorosas, las relaciones de poder entre ellos, obstaculizaron en un inicio el proceso del mural ya sobre la pared. El dibujo que tenían que hacer era sobre un preparado de pared de 4 metros por 3 metros. Así que los mas animados y sin tanta vergüenza inician la actividad para luego realizarla entre todos.

Enfocar la discusión sobre los asuntos, no sobre las personas, permite actuar, todos contra el problema y no unos contra otros. La inclusión y análisis de los aspectos negativos y positivos, la cooperación entre los miembros, la producción conjunta, facilitó la comunicación y el aprendizaje grupal y la expresión de la heterogeneidad y de la singularidad de los actores.

Por su parte, el taller de cine realizado propuso como experiencia la  construcción de una historia colectiva, retratada en diapositivas donde ellos mismos fueron actores de su propia producción.

Dentro del ámbito escolar se ha desarrollado el taller de poesía, espacio que le permitió a los jóvenes expresarse libremente en un formato recortado pero que descubre otra forma de expresión y de pensar el sentimiento y las emociones. Permite lograr en el joven cierto extrañamiento con su producción que preserva en el mensaje su propia exposición.

MUJER DE ORO TERNURA FLORECIDA,
TE SUEÑO, TE DESEO, LADRONA DE MI ILUSION.
MADAM, QUIERO TU AMOR
SE QUE JUEGO CON FUEGO
PERO SIGO A MI CORAZON.
TUS BESOS SE TRANSFORMAN EN ADICCION
Y EL QUE LOS PRUEBE CAERA RENDIDO A TU AMOR.
SOY ESCLAVO DE TU PASIÓN,
NO HAY SECRETOS PARA ESTAR MEJOR.

(Gaston, 18 años)

Perteneciente al Triptico HUELLAS, publicado en diciembre del 2003.-

PUERTAS, REJAS, CANDADOS Y PASADORES,
ENCERRADORES DE SENTIMIENTOS,
PRIVADORES DE LIBERTAD.
FRIOS, SIN SENSIBILIDAD.
SE CIERRAN, SE ABREN
PROVOCANDO LA INFELICIDAD.
SON LOS UNICOS QUE SABEN TU VERDAD
Y GUARDAN EL SECRETO,
SI REIS, SI LLORAS.
SON LOS UNICOS QUE TE VEN
CUANDO REZAS
Y PEDIS A DIOS
QUE TE UNA OPORTUNIDAD
PARA NO VOLVER A VERLOS MAS.
ALGUN DIA
ESTAS PUERTAS, REJAS, CANDADOS Y PASADORES
SE ABRIRAN
                             Y ESE DIA SOÑADO
                             NO LO OLVIDARE JAMAS.

                                                                            (Emanuel, 19 años)

Perteneciente al Triptico HUELLAS, publicado en diciembre del 2003.-

CONCLUSIONES

“La expulsión social produce un desexistente, un desaparecido de los escenarios públicos y de intercambio. El expulsado perdió visibilidad, nombre, palabra, es una “nula vida”, porque se trata de sujetos que han perdido su visibilidad en la vida pública, porque han entrado en el universo de la indiferencia, porque transitan por una sociedad que parece no esperar nada de ellos.”[2]

El sujeto privado de realizar formas múltiples de vida se convierte en nula vida, esto se evidencia cuando se produce un recorte de sus inscripciones socales, cuando sus posibilidades de ser y existir están predeterminadas y se limita la singularización de sus procesos de vida.

“Estar alfabetizado, ser ciudadano y tener trabajo nombraba a un sujeto anclado en un lazo social y filiado a una genealogía cultural. La impotencia instituyente habla entonces de la caída no solo de estos referentes o patrones de identidad sino de la propia autoridad simbólica, es decir, de discursos que interpelen, nombren, convoquen a los sujetos, les asignen un lugar en la trama social y los habiliten para la constitución de sus propios discursos.”[3]

Desde el instituto en cual desarrollo mi tarea profesional, consideramos que favorecer espacios de enunciación, de creación, de construcción, de mediatización de la palabra, habilita la interpelación de estos jóvenes desde otros discursos, desde otro rol del sujeto, desde otra ubicación en la vida social.

Los jóvenes han sido convocados a conformar estos ámbitos desde un lugar protagónico, con formas de expresión totalmente diferentes al lenguaje “tumbero” y a los modos de relación instaurados entre ellos, y afortunadamente muchos de ellos han descubierto que la escritura (en formato texto, cuento o poesía) o el dibujo (abstracto, expresionista, impresionista) eran formas de expresar sus emociones y que lograban producciones interesantes. Algunos de ellos tienen y piensan como posibilidad a su egreso continuar realizando estas experiencias.

Esto para nosotros es interpelar al sujeto en la búsqueda de un lugar en la trama social.


BIBLIOGRAFÍA                                                                 

-         BAREMBLIT, G (comp.)El inconsciente institucional, Ediciones Nuevomar, México, 1983.

-         DE BRASI, J, Nuevos conceptos para abordar lo grupal, (parte I y II) en Revista Margen, Revista de Trabajo Social, Nº 5 y 6, Año 3, 1994.

-         DUSCHATZKY, S, COREA, C, Chicos en banda, los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones, Paidos, Tramas Sociales, Bs As, 2002.

-         GEERTZ, C, Los usos de la diversidad, Ediciones Paidos, 1º edición, Barcelona, 1996.

-         PICHON RIVIERE, E, El proceso grupal, Ed. Nueva Visión, Buenos Aires.

-         SAMAJA, J, Epistemología y Metodología, Eu deba, Buenos Aires, 1993.

-         SCHUTZ, A, La construcción significativa del mundo social, Ediciones Paidos Básica,1º reimpresión, Barcelona, 1993.

-         WACQUANT, L, Parias urbanos, Ediciones Manantial, Buenos Aires, 2001.



[1] BAREMBLIT, G (comp.)El inconciente institucional, Ediciones Nuevomar, México, 1983

[2] DUSCHATZKY, S, COREA, C, Chicos en banda, los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones, Paidos, Tramas Sociales, Bs As, 2002.

[3] DUSCHATZKY, S, COREA, op cit.

 

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Articulo publicado en
Noviembre / 2004