Lo social funda Instituciones. La realidad las atraviesa. En la actualidad, en las escuelas su despliegue y efectos han aumentado en intensidad y dramatismo. La realidad hace más ruido poniendo serios límites y frenos al desarrollo de los contenidos académicos. Es desde aquí que van siendo cada vez más convocados los profesionales “psi” dentro de la Institución Educativa.
Se trata, en principio, de trabajar y abrir espacios desde lo institucional y lo grupal pero van en aumento las situaciones individuales que requieren una intervención profesional concreta , puntual. Es aquí donde se recorta un lugar de asistencia dentro de otro espacio; empiezan a jugarse fuertemente en la escuela pedidos de consulta, búsqueda de respuestas, urgencias y como consecuencia el armado y la implementación de una asistencia que poco tiene que ver con el trabajo clínico que se realiza en el consultorio y se pone más del lado de la Atención Primaria en Salud y el Trabajo Comunitario. Asistencia que pide muchas veces presencia concreta y no un movimiento de cintura tal de quedar patéticos en nuestro rol preguntandonos si corresponde o no determinada intervención.
Se trata también de facilitar espacios, situaciones, enlaces que permitan la comunicación y que algo pueda empezarse a hablar o encuentre ese primer lugar donde ser escuchado, porque lo que está pasando dentro de las escuelas es que hay muchas cosas que escuchar y personas que necesitan hablar allí.
Es importante no confundir prioridades, momentos. Trabajar como psicóloga en una escuela requiere un serio trabajo de diferenciación de situaciones para poder discriminar lo que vaya siendo más adecuado en cada caso en particular y entre la posibilidad de mediatización a la implementación de actos específicos, trabajar con diferentes propuestas como pueden ser la apertura de un espacio donde realizar una consulta cuando se quiera; el seguimiento; la creación de redes; la orientación; la derivación o el apelar a asistentes sociales, equipos especializados en Violencia Familiar, Sida o Drogas entre otros, para ampliar nuestra propia posibilidad de asistencia.
Hablo de discriminar para abrir paso a lo posible. Hablo de la ubicación con respecto al lugar donde se trabaja, en qué momento, con qué realidad, con quién.
Hablo de lo que se viene armando fuertemente: la escuela como lugar de prevención pero también de consulta a profesionales de la Salud Mental. Lugar de despliegue dramático de problemáticas personales. Hablo como profesional de la Salud Mental desempeñando este rol en este lugar escuela y de la apuesta a priorizar personas y padeceres. Para preguntar¿ A Ud. qué le parece? me quedan, entre otros, estos espacios de comunicación, intercambio y discusión.
Gabriela Beker
Psicóloga