El trabajo que se expone tiene como finalidad presentar el comienzo de las indagaciones del proyecto de investigación “Representaciones Sociales acerca del quehacer Profesional del Psicólogo: El caso de las Concurrencias de Salud Mental de la Ciudad Autónoma de Bs. As.”, enmarcado en la Beca Maestría UBACYT 2002.
¿Porqué el Psicólogo trabaja ad-honorem?, ¿Cuales son los determinantes históricos y cuáles las configuraciones del ámbito profesional que confluyen en la actual situación?, ¿Existe alguna relación de este hecho con la hegemonía del Psicoanálisis en la formación y práctica del Psicólogo?, ¿Cómo es la relación entre la formación y la inserción profesional? ¿Cómo es al inserción del Psicólogo en un Hospital Público? ¿Cómo se produce la institucionalización de un espacio como el de la Concurrencia?
Éstas son las algunas de las preguntas que iniciaron las indagaciones. La cuestión del trabajo ad-honorem, muy poco estudiada, atraviesa la inserción profesional del psicólogo prácticamente desde la constitución de la Carrera. Se considera esencial el análisis de esta temática en especial en tiempos actuales, donde la problemática del empleo en general y de los profesionales en particular está en aumento constante.
Por otro lado, si bien existen numerosas descripciones y relatos acerca de las Residencias [1] , no se encuentran escritos de la Concurrencia como “Sistema de Capacitación de Postgrado en Servicio”, aún cuando ésta modalidad de inserción profesional (entre otras diferencias importantes), capta el 28% de los Psicólogos que aspiran a insertarse oficialmente en el ámbito hospitalario, mientras que la Residencia solo el 2%.
El interés de la presente indagación tiene su correlato en los dos grandes objetivos que persigue (ver punto 1.1.1.), la Concurrencia y las Representaciones Sociales del Psicólogo Concurrente.
Por otro lado, existe una fuerte vinculación con las investigaciones en las cuales este proyecto se inserta. Así como en aquellas se analizan las Representaciones Sociales de los estudiantes de Psicología [2] , en este caso se plantea una continuación lógica, ya que permite avanzar en el análisis de las representaciones e imaginarios sociales, no ya de los ingresantes o estudiantes, sino de los psicólogos graduados. Se obtiene así, un rastreo del recorrido de la conformación y análisis de las Representaciones Sociales a lo largo de todo el proceso de un individuo, desde que elige ser psicólogo hasta que se inserta en un área específica. Precisamente se elige las concurrencias para observar como se plasma, en un particular tipo de práctica, la representación clínica hegemónica ya indagada en Ingresantes y la supuesta prevalencia de la misma en estudiantes.
La presente comunicación explora tres ejes de análisis que permiten realizar una introducción general a la propuesta de la investigación:
1. El análisis histórico de las primeras inserciones profesionales entendidas como la prehistoria de la Concurrencia;
2. la caracterización general del Examen de Residencia, instancia previa al inicio de las Concurrencias y Residencias en Salud Mental;
3. la exploración de las Representaciones Sociales de Psicólogos Ingresantes a la Concurrencia en relación con el trabajo ad-honorem.
1.1. El Proyecto. Objetivos, Metodología y estado de avance.
El proyecto de investigación en el cual este trabajo se inscribe desarrolla los siguientes objetivos generales y específicos:
Objetivo General N° 1
Explorar y caracterizar las Representaciones Sociales de los Psicólogos Concurrentes Acerca del Quehacer del Psicólogo (RSCQP).
Objetivos específicos
1.1. Indagar las RSCQP en Concurrentes de distinta antigüedad en el Sistema.
1.2. Comparar los componentes, significados, imágenes y contenidos fundamentales que tienen las RSCQP y las Representaciones en ingresantes, estudiantes y concurrentes de Psicología.
Objetivo General N° 2
Realizar un análisis y caracterización de la realidad actual de las concurrencias, detectando los niveles: a. Histórico-jurídicos, b. Socio-económicos, c. Institucionales, d. Subjetivos, e. sus interrelaciones.
Objetivos específicos
2.1. Analizar el nivel histórico-jurídico de las Concurrencias: Antecedentes, Reglamentaciones, Leyes.
2.2. Caracterizar el funcionamiento del Sistema de Salud Mental en el cual se inscriben las Concurrencias: Financiamiento, reformas.
2.3. Explorar el nivel Institucional: Análisis de características organizacionales, edilicias y funcionales de las concurrencias en un (1) Hospital General de Agudos, un (1) Hospital Monovalente, y un (1) Centro de Salud Mental.
2.4. Indagar el nivel Subjetivo: Grados de satisfacción, motivaciones, opiniones, experiencias, ventajas, desventajas de la experiencia del Concurrente.
La Investigación es de carácter exploratorio y descriptivo, con diseño cuali-cuantitativo.
Las unidades de análisis son los Psicólogos Concurrentes y el Sistema de Concurrencias inserto en el Sistema de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Fuentes de datos: Primarias: Concurrentes en Salud Mental. Estos datos son generados en terreno a través de las entrevistas, observación y cuestionarios.
Secundarias: Estadísticas. Características generales de las concurrencias. Revisión histórico-bibliográfica.
Muestra: Selección de Concurrentes de Salud Mental de la CBA elegidos basándose en criterios de accesibilidad en: un (1) Hospital General de Agudos, un (1) Hospital Monovalente y un (1) Centro de Salud Mental de la CBA. Total de la muestra: aproximadamente Setenta (70) Psicólogos Concurrentes de Salud Mental de la CBA.
Instrumentos: entrevistas en profundidad y semi-estructuradas, observación simple, cuestionarios auto-administrables, revisión bibliográfica y guías para análisis de documentos.
En la actualidad se está realizando el trabajo de recolección de datos en campo y rastreo bibliográfico.
Se han efectuado cuatro entrevistas en profundidad, tres a concurrentes de diferentes años en el sistema y una a la Coordinadora de Concurrencias de la Dirección de Capacitación y Desarrollo del Gobierno de la Ciudad.
Asimismo se realizaron 18 entrevistas breves a aspirantes a la Concurrencia 2002 donde, mediante cuatro preguntas cerradas, se indagó acerca de diversas temáticas relacionadas con la investigación. Junto con lo anterior, se confeccionó un cuestionario auto administrable que se encuentra en proceso de prueba y revisión.
A partir de los datos obtenidos y la bibliografía consultada, a continuación se expone una primera aproximación a las indagaciones propuestas.
Para analizar el quehacer de los psicólogos Concurrentes, se utiliza como marco teórico los desarrollos sobre Representación Social presentada por Jodelet (1986). Las Representaciones Sociales son modalidades de conocimiento práctico orientadas a la comunicación y para la comprensión del contexto social, material e ideativo. Son formas de conocimiento que se manifiestan como elementos cognitivos-imágenes conceptos, categorías, teorías pero que no se reducen jamás a los componentes cognitivos ya que conllevan componentes afectivos, culturales e histórico-sociales. Son socialmente elaboradas y contribuyen a la construcción de una realidad común que posibilita la comunicación. Las Representaciones Sociales son fenómenos que deben ser entendidos a partir de las funciones simbólicas e ideológicas a las que sirven como formadoras de comunicación donde circulan.
El concepto de Representaciones Sociales se propone como un posible instrumento para estudiar las complejas relaciones entre la formación del Psicólogo, el Psicoanálisis, la inserción profesional en el ámbito público y el imaginario social en torno al quehacer del Psicólogo, en especial, el Concurrente. Al ser la presente una investigación de carácter exploratorio y descriptivo, el análisis de las Representaciones Sociales se utiliza como una herramienta más para abordar los interrogantes propuestos.
Para indagar la Historia de las Concurrencias de Salud mental en función de la investigación formulada, es menester retrotraernos a los comienzos de las inserciones profesionales y, con ello, a la creación de la Carrera de Psicología y la Formación de los Psicólogos.
En general los autores coinciden [3] que en la reciente creada Carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires en 1957 (recordemos que la primera Carrera de Psicología se creó en Rosario en 1955), hay una fuerte impronta de la orientación clínica: “Entre las orientaciones profesionales, la clínica se impuso rápidamente, pasando a ser la más demandada por los alumnos [...] En la Argentina, este predominio vino de la mano de una rápida expansión del Psicoanálisis, que a mediados de la década del 60 se instaló como matriz teórica fundamental, sobre todo en las carreras de Buenos Aires, Rosario y La Plata.” (Courel y Talak, 2001: 33).
Entendiendo el espacio de las prácticas profesionales de los recientes graduados como una bisagra, como un lugar fundante en el presente que se articula con un pasado (la formación) y un futuro más o menos lejano, complejo y por construir representado por la identidad profesional, podemos analizar las primeras prácticas como un articulador histórico que nos permite comprender de manera más acabada la configuración actual de las inserciones profesionales.
Observamos que las primeras camadas de psicólogos graduados estaban inmersos en la constitución y construcción del campo, pero esto no era sin obstáculos: “Los psicólogos se integraron progresivamente en los Servicios de Psicopatología y Salud Mental en calidad de ‘aprendices’ y de investigadores por un lado y por el otro, ofreciendo una serie de competencias ligadas a la evaluación y al diagnóstico de la personalidad que les permitieron incorporarse al terreno de las psicoterapias de manera gradual y más o menos controvertida según los ámbitos de inserción [...] Las entrevistas a los primeros graduados de la carrera de Psicología en la UBA dan cuenta de la inserción temprana de los primeros graduados en tareas clínicas en ámbitos públicos –en general de manera gratuita- y en ámbitos privados a partir de la derivación de pacientes por los mismos psicoanalistas”. (Borinsky, 2002: 7. El subrayado es nuestro).
Si bien primaba el accionar clínico y la inserción hospitalaria, observamos que el interés por “lo social”, en sentido amplio, era parte intrínseca de las inserciones profesionales hasta los primeros años de los 70. El historiador Hugo Vezzetti resume lo dicho: “Esa extensión inicial del psicoanálisis (la creciente intersección con discursos de las ciencias sociales, la penetración en la carrera de Psicología de la UBA y la inclusión "integradora" en zonas del dispositivo hospitalario) se caracterizaba por una notoria vocación pública en la definición de los problemas y las estrategias de intervención” (Vezzetti, 1998).
Un apartado imprescindible para pensar los primeros trabajos de los psicólogos en sus comienzos y su relación con la inserción profesional actual (sobre todo en las Concurrencias), está dado por un dato que se desprende de las investigaciones de Litvinoff y Gomel (1975) y da cuenta de los grados de satisfacción con la tarea y en relación con lo económico.
En el primer caso, el 83% de los psicólogos dicen estar satisfechos con la tarea, mientras que el porcentaje de los satisfechos económicamente suman 48%. Con esta referencia, se desprende una primera hipótesis posible de trabajo: Existiría una preferencia a desempeñarse en el Área clínica trabajando ad-honorem, que actuar en otras áreas profesionales como psicólogo, de manera rentada.
Una lectura de la cantidad de inscriptos en la Concurrencias, la hegemonía de la clínica, la precaria inserción por parte de jóvenes profesionales en instituciones asistenciales privadas psicoanalíticas y las conclusiones preliminares de las entrevistas a los concurrentes, darían cuenta de la posibilidad de continuar avanzando en la exploración de la inferencia antedicha.
2.2. Antecedentes próximos y legales
Se observa que la rica historia de inserciones y aperturas al ámbito público, se quiebra de manera definitiva con la dictadura militar del 76. Los Servicios de Psicopatología son devastados y la Facultad de Psicología es intervenida; los tiempos de la dictadura representan el abroquelamiento en lo privado y la necesidad de resguardarse del afuera se plasma de manera palmaria en la multiplicación de los grupos de estudio psicoanalíticos (García, 1983).
En esta época, el Decreto N° 1499/977, publicado el 6 de mayo de 1977 en el Boletín Municipal N° 15.513, establece “el sistema de concurrencia honoraria a los hospitales municipales para los profesionales del arte de curar, médicos, bioquímicos y odontólogos en el carácter de perfeccionamiento de postgrado de sus respectivas carreras universitarias” (Digesto Municipal, 2002).
Si bien están excluidos los psicólogos en esta descripción, el decreto puede considerarse el primer antecedente de lo que serán las “Concurrencias del Equipo de Salud” nueve años después.
Pasada la dictadura y luego de mas de 20 años de luchar por un título habilitante para practicar la psicoterapia, de la mano de la Ley de Ejercicio Profesional de 1985 (N° 23.277), el psicólogo es habilitado legalmente para ejercer este “arte de curar” [4] .
Pero deberá esperar todavía un año más para que, llegada la Resolución 45/986, se legalicen finalmente las Concurrencias, y con ello cobre formalidad una situación que, de hecho, venía ocurriendo en los Servicios de Psicopatología desde hacía ya varios años.
El artículo N° 2 de la Resolución nombrada explicita: “las Concurrencias del Equipo de Salud constituyen un sistema honorario de capacitación profesional de postgrado a tiempo parcial desarrolladas bajo condiciones de programación y supervisión y con el objetivo de formar en el ámbito intra y extrahospitalario profesionales capacitados en beneficio de la comunidad” (Giorgi y Maggiani Comps., 2000: 5. El subrayado es nuestro) [5] .
Entonces, observamos a partir de las indagaciones, que los primeros psicólogos trabajaban gratis porque estaban configurando un nuevo campo, todo estaba por hacerse [6] . En cambio, los que salen a la luz con la democracia, luego de varios años de clandestinidad, inician una nueva oleada de apertura pero desde otro lugar; las marcas de la dictadura, los años de secretos grupos de estudio, los exilios de las figuras del pasado reciente, entre otros condicionantes, conforman otra Salud Mental que determinará una particular configuración de las relaciones Psicología-Psicoanálisis-Hospital-Formación-Comunidad.
Sobre este distintivo reordenamiento de fuerzas es que se instala la Concurrencia en Salud Mental.
Al plantear la indagación del examen de residencia, se puede observar una paradoja en relación con la Inserción del recién graduado en Salud Mental.
El examen de Residencia, las Concurrencias y las Residencias, pero en especial los dos primeros términos, no son tomados como objeto de análisis; sin embargo, la cantidad de profesionales que atraviesan las instancias citadas representan, como veremos en números, un altísimo porcentaje de las elecciones profesionales de recién graduado.
Consideramos que posicionados desde una perspectiva de formación de Recursos humanos en Salud e indagando la inserción profesional y el quehacer del psicólogo, es necesaria una mirada que intente aportar referencias para el análisis y revisión de un Sistema de Capacitación de Postgrado donde se inscriben cada año casi 1100 Psicólogos recientemente graduados.
En la Resolución 45/986 de la Secretaría de Salud Pública y Medio Ambiente, que establece el “Sistema Municipal de Concurrencias”, se puede reparar, en el Artículo 4° el establecimiento del examen: “Anualmente se llamará a concurso para cubrir plazas de Concurrentes, conforme las áreas, especialidades y cupos correspondientes a cada hospital [...]” (Digesto Municipal, 2002).
Previo a la legalización del examen, la forma de ingresar al ámbito hospitalario era mediante una entrevista de admisión que, generalmente, se realizaba con el Jefe del Servicio y algún profesional de Docencia y Capacitación del Hospital [7] .
Como vimos, en 1986, a partir del movimiento de la Dirección de Capacitación de la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, se formalizan las Concurrencias y con ellas el concurso que, mediante examen y junto con las Residencias, permite el acceso al Hospital.
En la actualidad, el Examen de Residencias y Concurrencias consta de 100 preguntas del tipo “Múltiple Choice” y cada psicólogo tiene dos horas para completar el cuestionario.
El análisis que se expone está referido al examen que tuvo lugar el 11 de abril de 2002, como todos los últimos años, en el Hospital de Clínicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires [8] .
Tabla 1
3.2.1.1.1.1.1.1 Generalidades del Examen de Residencia en Salud Mental año 2002 |
||||||
Especialidad |
Total Inscriptos |
Vacantes Concurrencias |
Vacantes Residencias |
% de ingresantes Concurrencia |
% de ingresantes Residencia |
N° de NO ingresantes |
Psicología Clínica |
1083 (84%) |
302 |
26 |
28% |
2% |
755 (70%) |
Salud Mental (Psiquiatría) |
208 (16%) |
163 |
26 |
78% |
13% |
19 (9%) |
TOTAL |
1291 (100%) |
465 |
52 |
- |
- |
774 |
El total de inscriptos para la especialidad Salud Mental fue de 1291 profesionales, de los cuales 1083 fueron Psicólogos (84%) y 208 Médicos (16%).
En los Psicólogos, los cargos abiertos para Residencia fueron 26 (entra el 2% de los profesionales), mientras que para las Concurrencias 302 (entra el 28%).
En el caso de los Médicos, la cantidad de puestos para Residencia eran los mismos, en este caso los que entran representan al 13% y para Concurrencias 189 (entra el 78%).
Esto significa que, por cada médico se presentaron más de cinco Psicólogos.
Las cifras de la cantidad de Psicólogos egresados nos aportan datos significativos para reflexionar acerca de la importancia de estos números.
Según estimaciones, entre los años 1993 y 1998, en todo el país, se graduaron 12.438 Psicólogos, tanto en Universidades Públicas como Privadas (Abramzón, 2001: 47).
Por año, entonces, se reciben alrededor de 2073 estudiantes. El 60% de ellos (1243) pertenecen a Universidades de la Ciudad de Buenos Aires; a su vez, el 70% de éstos, es decir 872 Psicólogos, son graduados en la UBA. En función del análisis y con la finalidad de rastrear la edad aproximada de los Psicólogos que dieron el examen, recurrimos a la información pública provista por la DIRCAP y observamos que la edad promedio ronda los 27 años [9] . Si cruzamos estas edades con las de los estudiantes de la Facultad de Psicología (Ibarra, 2002), podemos concluir que la edad aproximada de graduación es, en promedio, a partir de los 25 años [10] . Una posible inferencia de estos datos aproximados daría cuenta que, si la cantidad de Psicólogos recibidos en la UBA en 2 años es de alrededor de 1744, más de la mitad de ellos elige como inserción, por lo menos una vez, el examen de Residencia. Con los números citados deseamos remarcar la importancia de esta elección en la inserción profesional, su correspondencia con la hegemónica representación de la clínica como quehacer profesional del psicólogo y, por último, comenzar a repensar estas cifras desde una perspectiva real de formación y oferta de un Recurso Humano tan “caro” a la Salud como es el psicólogo. Como último dato observamos un detalle significativo en la diferencia existente entre los Médicos y Psicólogos. Si sumamos los profesionales que efectivamente entran, es decir, los Concurrentes más los Residentes, en el caso de los Médicos que eligen dar el examen y trabajar en el Hospital Público, sólo quedan afuera 19 personas (208 inscriptos menos 26+163). En el caso de los psicólogos, los que quedan afuera ascienden a 755.
Surgen algunos interrogantes... ¿Qué sucede con estos profesionales?, ¿Cómo será la inserción del psicólogo luego del examen?, ¿Cómo consigue su formación, su práctica?, ¿Cuál es la forma de plantear inserciones diferentes, creativas, originales?, ¿Es posible pensar otras inserciones que vayan más allá de la clínica?, ¿Cuánto hay de responsabilidad en la formación?
4. Los Psicólogos Ingresantes a la Concurrencia y el trabajo ad-honorem [11] .
Así como están poco investigadas las Concurrencias en general y el examen ya analizado, el Trabajo ad-honorem, una importante constante histórica en la inserción profesional del psicólogo, tampoco es fuente de análisis.
La intención de este apartado es observar cómo los recientes graduados y futuros concurrentes, se posicionan respecto al trabajo ad-honorem, sus sensaciones, opiniones, valoraciones. Para ello transcribiremos algunas citas textuales de las entrevistas realizadas.
4.1. Sobre las fuentes primarias
Las entrevistas que se presentan a continuación tuvieron lugar el día de la Adjudicación a Residencias y Concurrencias de Salud mental.
La elección de los entrevistados fue arbitraria. La intención fue realizar un sondeo de algunas temáticas a la mayor cantidad de Psicólogos posible y no realizar indagaciones extensas, por ello, a pesar de ser entrevistas semi-estructuradas, hubo abundantes y ricas problemáticas que surgieron y no pudieron ser trabajadas.
Se entrevistó a un total de 18 futuros Concurrentes, 15 mujeres, que representa un 83% del total y 3 varones. El promedio de edad de la muestra es de 26 años, siendo el mayor un varón de 32 y la menor una psicóloga recién graduada de 24. Se efectuaron 8 entrevistas individuales, 3 en parejas y una grupal con cuatro Psicólogos. No se pudo indagar acerca de con quién vive el profesional, pero a partir de algunas respuestas, se advierte que la mayoría de las mujeres entrevistadas vive con los padres o esposos y el sustento está garantizado por ellos.
4.2. Un acercamiento al análisis
Prácticamente todos los psicólogos y psicólogas que pudimos entrevistar, desean hacer la concurrencia por formación, experiencia, contactos; como una forma de insertarse laboralmente, para aprender o atender pacientes. En menor medida nombran la posibilidad de supervisión y participar de ateneos. La mayoría de los futuros concurrentes dice no creer poder o no querer terminar los cinco años que demanda la concurrencia.
Específicamente en relación con lo económico, una respuesta impacta frente a las demás: “[...] pero necesito urgente gestionar otro trabajo económico... que me rinda plata. Ahora la perspectiva es a la mañana dar la Concurrencia y a la tarde Mc Donals, Telemarketer, lo que sea...” (Mujer, 25 años). [12]
En relación con tema propuesto, la muestra obtenida no se presenta homogénea en su posicionamiento. Por un lado se ubican las que tienen clarísimo su objetivo: “Lo que yo quiero hacer, y por lo cual no agarraría otro cargo que no sea eso es clínica, a mí siempre me intereso el Psicoanálisis de adultos, no me voy a meter en familia, en niños ni nada por el estilo, voy a hacer así, adultos, clínica por eso me interesa muchísimo el Ameghino; que es un centro de Salud mental, no un hospital general, con una posición psicoanalítica bastante lacaniana, conocido por eso, ahí quiero ir yo”. (Mujer, 27 años)
Por otra parte se encuentran fuertes críticas, en especial provenientes de uno de los tres varones entrevistados: “Me jode, me jode mucho, me jode mucho digamos, a partir de que das el examen y comienza todo el proceso de averiguar puntaje, ranking, apelaciones, venir a... es todo un proceso de bronca, para alguien que se preparó” (Varón, 26 años).
Tampoco hay coincidencia frente a otro punto interesante de la discusión, la Concurrencia, ¿es un trabajo?
“Considero que es un trabajo, de todas maneras, aunque no haya retribución, lo que pasa es que se complica en algún punto sostenerlo como trabajo y al mismo tiempo porque no me parece que sea lo que yo me merezco digamos, me parece que por la formación y por todo el trabajo que yo estoy haciendo merecería cobrar por lo que hago, lógico...” (Mujer, 25 años).
Otra concurrente opina distinto: “[la concurrencia] me parece una explotación por parte del Estado y un abuso, pero dada la situación hoy en día es bastante complicado porque para entrar a una prepaga por ejemplo necesitas 5 años de experiencia y palanca [...] es difícil asociar la Concurrencia como un trabajo al no recibir remuneración” (Mujer, 26 años).
Pero en este tema, no todo es resignación o espera, aparecen también contradicciones: “Para mi trabajar significa cobrar por un trabajo, si no se termina haciendo asistencialismo o algo parecido, [...] la actividad que se desarrolla, o que yo aspiro a desarrollar me interesa porque quiero aprender... yo estoy en contradicción permanente... yo se que si... el sistema en el que yo me meto, en parte está, el sistema quiero decir, que hay tanta gente que labura sin cobrar, está porque hay tantos que nos metemos y lo sostenemos, esto es así...” (Varón, 26 años).
En una de las entrevistas a dos Psicólogas, en el diálogo aparecen puntos interesantes para retomar a partir de la participación y la visualización de ciertos aspectos de la representación del quehacer del psicólogo:
“Muchos servicios y muchas instituciones estatales se mantienen por gente que no cobra nada [...] si nadie lo haría, no existiría tanta gente que labure gratis... si nadie labura gratis, no sé... o no habría ningún Servicio... creo que nosotros como profesionales capaz que deberíamos, no sé, organizarnos de algún modo para valorarnos nuestro trabajo... [...] reunirnos y hablarlo, lo que pasa que cómo hacés... bah, yo no tengo así una cosa tan política, me parece que tiene que ser alguien con iniciativa y que quizás mucha gente se engancharía, pero yo no me siento con ganas de ponerme a organizar eso pero...” (Mujer, 24 años). “Si, pero además a los psicólogos nos cuesta ponernos en nuestro lugar y decir “nosotros cobramos”, y creo que es una de las pocas profesiones que laburan tanto tiempo sin ganar nada, y que además es como el único modo de insertarse laboralmente es empezar a trabajar sin cobrar, gratis...” (Mujer, 26 años).
Como señalábamos anteriormente, no hay un acuerdo general en relación con la totalidad de las temáticas indagadas; si bien en la mayoría se percibe un malestar en relación con el "no cobro", las valoraciones son muy diferentes: “A mi se me ocurre que el Estado nos dio la posibilidad de cursar la carrera ad-honorem también, entonces nosotros es como retribuir en cierta forma lo que uno usó y que uno transcurrió y también es a nivel formación te estás capacitando, así que me parece que desde todo punto de vista ganás, más allá de que obviamente sería bárbaro poder cobrar, pero si podes organizarte los horarios para trabajar y para poder cursar la Concurrencia... y bueno..” (Mujer, 28 años). Lo que llama la atención de esta cita es la clara diferencia que se hace entre trabajar, por un lado y cursar la Concurrencia por el otro, como si fuera una materia más.
A la altura actual de nuestro proceso investigativo y en relación con los objetivos presentados en el punto 1.1.1., se presentan las siguientes conclusiones.
En primera instancia, se puede colegir la determinación de las primeras inserciones profesionales para entender la configuración actual de las Concurrencias, sobre todo en relación con el trabajo ad-honorem.
Desde sus inicios, las inserciones profesionales derivaron hacia el ámbito clínico-psicoanalítico. Las primeras aperturas hacia “lo social” tuvieron como campo de aplicación el Hospital Público y fueron realizadas sobre la base de los múltiples intereses que la reciente profesión generaba.
Lentamente esta forma de inclusión hospitalaria forjada a partir de las relaciones con Jefes de Servicio u otros profesionales de la Planta Hospitalaria, fue haciendo presión a partir del buen desempeño de los recientes graduados. Con la llegada de la democracia y la posibilidad legal de realizar tratamientos psicoterapéuticos por parte de los psicólogos, en 1986 se instituyen las Concurrencias y el examen correspondiente.
A partir de lo expuesto en el análisis de las fuentes primarias, se observa la existencia de dos representaciones conviviendo en el imaginario del psicólogo Concurrente. Por un lado el añejo modelo del psicólogo egresado en las primeras camadas, donde la salida al ámbito público, en especial al Hospital, responde a la construcción de una identidad profesional forjada en la clínica como práctica casi exclusiva. La diferencia radical entre la actual representación y la pasada es el tinte apolítico visualizado en el presente. Por el otro, una representación fundada en la queja al sistema y, en su gran mayoría, sobre la base de la resignación. Salvo en escasos ejemplos, no existe posibilidad de visualizar alternativas en la inserción profesional. Tampoco, según esta representación, estarían dadas las condiciones para un cambio en relación con el Sistema Concurrencias en particular y las Políticas en Salud Mental en general.
“Ahora la perspectiva es a la mañana dar la Concurrencia y a la tarde Mc Donals, Telemarketer, lo que sea...”. En esta frase conceptos como Identidad, formación y trabajo profesional se entremezclan en el imaginario del Psicólogo Concurrente. Los profesionales en los 60 y 70 plantean al quehacer profesional como una mezcla de “popularidad matutina y prestigio vespertino” (Blas de Santos, 1997: 122) en relación con el Hospital y el Consultorio privado. Frente a esto, las indagaciones realizadas dan cuenta de una realidad muy diferente que demuestra la importancia de investigar acerca de la identidad profesional y la inserción de los recientes graduados.
En relación con la inserción profesional y las Concurrencias, cálculos estimativos muestran que anualmente, la mitad de los Psicólogos graduados en la UBA aplican al examen con la finalidad de ser Residentes. Observamos que solo el 2% logrará su cometido y que un bajo 28% puede aspirar a la Concurrencia. Entonces, el 70% de los inscriptos, 755 profesionales en el 2002, quedan fuera, excluidos de desempeñarse en la Clínica Hospitalaria donde no cobrarían por 5 años. Sin dudas esto abre interrogantes acerca de la identidad e inserción profesional y nos lleva a analizar la problemática del trabajo ad-honorem.
En general, observamos que las respuestas dadas por los entrevistados frente al empleo sin remuneración no son homogéneas; aunque pareciera haber algún tipo de malestar ligado a una crítica hacia lo político (el Estado, las Políticas en Salud Mental, etc.), desde el lugar de la profesión, se observa una prevalencia muy importante de la resignación de cobrar frente a las ganas de obtener experiencia y formación en la clínica, es decir que se obtendría mayor satisfacción desempeñándose ad-honorem en la clínica hospitalaria que trabajando en otras áreas de manera remunerada.
Esta representación del desempeño del Concurrente conlleva consecuencias importantes en la identidad y quehacer profesional del Psicólogo. Frente a la Representación Social del psicólogo = psicoanalista en diván, Scaglia et al. (2002b) se preguntan: “Un interrogante a develar es hasta qué punto esta representación sufre el proceso de ontologización y se transforma en la identidad del psicólogo, identidad a la que hay que “advenir” a fin de “ser””.
Lo dicho anteriormente pareciera demostrar que este “advenir a fin de ser” en pos de la identidad del psicólogo, en el caso de los Concurrentes, no solo sería el camino a seguir sino que imposibilitaría el acercamiento a otras áreas de incumbencia en general y en particular dentro de la concurrencia.
Abramzón, M. Et al. (2001): “Recursos Humanos en Salud en Argentina/2001”, Observatorio de Recursos Humanos en Salud, Representación OPS/OMS en Argentina, Buenos Aires, Organización Panamericana de la Salud.
Beraudi Luppi, A. et al. (2000-2001): “Editorial”, en Clepios, Una revista para Residentes de Salud Mental, Vol. VI, N° 4, Diciembre 2000/Febrero 2001, Buenos Aires, Editorial Polemos.
Borinsky, M. (2002): “Las primeras estrategias de inserción profesional de los psicólogos”, IX Jornadas de Investigación de la Facultad de Psicología, 29 y 39 de agosto de 2002, Facultad de Psicología, Buenos Aires.
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De Santos, B. (1997): “De la necesaria distinción entre orígenes y principios... o de cómo la cronología no hace historia”, en Clepios, Una Revista para Residentes de Salud Mental, N° III, Vol. 3, Buenos Aires, septiembre-noviembre.
Digesto Municipal de la Ciudad de Buenos Aires (2002): “Resolución SSP y MA N° 45/986”, Boletín Municipal 17.763, Publicada 15/4/1986, Buenos Aires. La copia del Digesto Municipal de la Ciudad de Buenos Aires utilizada para la presente investigación se obtuvo en la Dirección de Capacitación y Desarrollo, Secretaría de Salud, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cita en el Hospital Rivadavia.
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Giorgi, M. J. y Maggiani, A. Comps.: “Ingreso a residencias y Concurrencias 2001”, Cuadernillo informativo, Dirección de capacitación, Secretaría de Salud, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2000.
Gosende, E. (1993): Informe Final: Estudio de las estrategias de inserción profesional de los Psicólogos de la Universidad de Buenos Aires durante el primer año posterior a su egreso, Beca de Estudiante UBACYT, Dirección de Investigaciones, Facultad de Psicología, UBA, Buenos Aires. La copia de este trabajo utilizada para la presente investigación se obtuvo en la Biblioteca de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
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Harari, R. y Musso, E. (1970): “El psicólogo clínico en la Argentina”, en Revista Argentina de Psicología, Año I, N° 4, Buenos Aires, Editorial Galerna.
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Langleib, M. (1983): “Crónica de la Creación de la carrera de Psicología” en Revista Argentina de Psicología, Año XIV, N° 34, Julio, Buenos Aires, APBA.
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Scaglia, H. et al. (2002b): “Prevalencia de la representación profesional clínica del psicólogo en ingresantes y en estudiantes de la carrera de Psicología”, trabajo en proceso de evalución para el X Anuario de Investigaciones de la Facultad de Psicología de 2003, Facultad de Psicología, Buenos Aires, UBA. Circulación interna Cátedra Psicología Ciclo Básico Común.
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Vezzetti, H. (1998): “La Psicología y los psicólogos en la Argentina”, Diario Página 12, 15 de octubre, Buenos Aires.
[1] Ver revista Clepios, Una revista para Residentes de Salud Mental, Buenos Aires, Editorial Polemos.
[2] UBACYT U012 (2001): “Prevalencia de la representación profesional clínica en los ingresantes y en los estudiantes de la carrera de Psicología” y UBACYT AU18 (2000): “Representación del quehacer profesional del Psicólogo en estudiantes ingresantes a la Carrera de Psicología de la UBA” Ambos proyectos tienen como Director al Dr. Héctor Scaglia y se desarrollan en el Ciclo Básico Común, Departamento IV, Humanidades, Cátedra de Psicología.
[3] Sobre la formación del psicólogo y sus prácticas a lo largo de la historia existen numerosos trabajos, entre los cuales podemos citar Antman, 1997; Avelluto, 1984; Courel y Talak, 2001; García, 1984; Harari y Musso, 1970; Harari, 1984; Langleib, 1984; Litvinoff, 1970; Litvinoff y Gomel, 1975; Malfé, 1984; Rossi y Cols., 1995; Rossi, 1997; Vezzetti Comp., 1988; Vezzetti, 1998, 1985, 1996.
[4] Rossi, 1997, observa que en ese mismo año se elevó a rango de Facultad la Carrera de Psicología de la UBA y se aprobaron las incumbencias del Título de Licenciado en Psicología, incluyendo todas las áreas para las que esta capacitado el egresado.
[5] También se aclara que las Concurrencias se desarrollan en los trece (13) Hospitales Generales de Agudos y sus respectivas Áreas Programáticas (Centros de Salud Mental y Centros de salud y Acción Comunitaria) y diecinueve (19) Hospitales Especializados.
[6] Dos citas de Psicólogas graduadas en la década del 60’ explican lo referido y nos acercan a las indagaciones del punto 4 de este trabajo: 1. “Otra forma de participación fue la de pasar a ser docentes de aquellas materias que recién habíamos cursado (ad-honorem, por supuesto)” (Langleib, 1983: 13). 2. “Recuerdo que en 1962, aún no recibida, fui con una compañera a ver al Jefe de una Sala de Pediatría. Nos autorizó a trabajar dos horas, dos veces por semana; en 1965 formábamos un equipo de 15 psicólogos y médicos que atendía todos los días hasta las 18” (Cheja, 2002: 6).
[7] Datos obtenidos en entrevista realizada a la Coordinadora de las Concurrencias de la Dirección de Capacitación y Desarrollo de la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
[8] Los datos expuestos aquí corresponden al año 2002 y fueron extraídos de http://www.dircap.org.ar/. Página Web de la Dirección de Capacitación y Desarrollo, Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
[9] Para obtener los datos se ha realizado un promedio de los N° de DNI que figuran en las planillas de la Página web de la DIRCAP. Resulta igualmente significativo para la indagación, que la media obtenida en la muestra realizada al azar de 18 concurrentes en la adjudicación, haya arrojado la cifra de 26 años.
[10] Nos dice el Censo: “A partir de los 24 años la población de alumnos va disminuyendo hasta llegar a los 30 años que representa un 2.19% de la población total”. Al no contar con el dato exacto de promedio de edad de graduación, decidimos optar por los 25 años que, si bien no representa un dato preciso y estadístico, nos sirve para aproximarnos.
[11] En el Diccionario Enciclopédico Planeta observamos: Honor: (Lat. Honorem) Cualidad que impulsa al hombre a conducirse con arreglo de las más elevadas normas morales, para conservar su propia estimación y merecer la consideración y respeto ajeno. Honorario: Remuneración que reciben aquellas personas dedicadas a profesiones liberales (Tomo quinto, Editorial Planeta, Barcelona, 1984, Pág. 2492). No se puede realizar un pormenorizado análisis de los términos, pero es sugerente tenerlos en cuenta en función de algunas de las repuestas que veremos.
[12] Observamos que “la perspectiva” de inserción es muy diferente a la de los primeros psicólogos. Evidentemente es necesario realizar un análisis de la desocupación en general y la inserción de otras profesiones, pero no deja de llamar la atención, en relación con la formación de Recursos Humanos para la Salud la respuesta dada por la futura concurrente.