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LO LIGHT, LO DOMESTICADO Y LO BIZANTINO EN NUESTRO MUNDO PSI.

 

El presente trabajo apareció en el último número de la revista de México "Subjetividad y Cultura". Esta es una revista semestral cuyos directores son Mario Campuzano, Enrique Guinsberg y Miguel Matrajt. Direccion: Edificio 22 Depto. 904 Villa Olimpica - Delegacion Tlalpan 14020 Mexico DF Fax: (52-5) 659-7262 Correo Electronico: matrajt [at] planet.com.mx

gbje1567 [at] cueyatl.uam.mx

A los interesados les podemos enviar por correo electronico el contenido de todos los numeros aparecidos, que se pueden consultar tambien en http://members.xoom.com/roalve

 

Ya no se trata de un fantasma que recorre el mundo psi y psicoanalítico de nuestro tiempo sino de una absoluta y contundente realidad: el predominio y hegemonía de prácticas y marcos teórico-conceptuales claramente lights, domesticados y bizantinos. Por supuesto no se trata de nada extraño sino que en ello hay una evidente sincronía y correspondencia con el "espíritu de nuestro tiempo", que por supuesto no se limita al mundo psi sino se extiende a todas las disciplinas y saberes de las llamadas ciencias sociales e incluso a gran parte de las formas de vida presentes, posturas e intereses muy diferentes -sobre todo en el mundo intelectual y cultural- a los de hace sólo tres y cuatro décadas atrás 1

Es cierto que nunca las praxis psis y psicoanalíticas críticas, alternativas y/o cuestionantes -es decir no domesticadas- fueron dominantes, pero es conocido y evidente que hubo épocas en que tuvieron un importante peso, presencia y capacidad creativa. Precisamente cuando fueron parte de movilizaciones o "espíritus de épocas" de tal naturaleza dentro de los que surgían y se inscribían: casos de Reich y otros en el período de fuerte combatividad popular en algunos países de Europa, del movimiento de alternativas a la psiquiatría (más conocido como antipsiquiatría) en la época contestataria y rebelde de los ‘60 y comienzos de los ‘70, del surgimiento de Plataforma y diferentes grupos psis en América Latina en el final de la misma época por causas similares y por el incremento de luchas entendidas como revolucionarias, etc. Y así como se desarrollaron en tales momentos de auge de rebeldías o de proyectos revolucionarios, también se redujeron o desaparecieron con las derrotas o aminoración del peso de tales perspectivas. Y no hay dudas de que los momentos presentes no son precisamente de auge de proyectos de cambio, sino todo lo contrario: predominio mundial del neoliberalismo económico con su correlato en las prácticas políticas, hegemonía de múltiples variantes de posturas genéricamente conocidas como posmodernas en el campo intelectual-cultural, crisis y decadencia de proyectos rebeldes y revolucionarios o alternativos, crecimiento de posturas conservadoras clásicas o "aggiornadas" de la nueva derecha 2 , crisis de paradigmas y de utopías en todos los terrenos, etc.

En tal contexto también ha cambiado rotundamente el rol o papel del intelectual, que de fiscal o crítico (desde moderado a absoluto, pero crítico), hoy predominantemente -con notorias e importantes excepciones-, ha perdido tal condición para adecuarse, e incluso defender, a las leyes (implícitas o explícitas) de la competencia, rendimiento, adecuación, etc. de una economía de mercado 3 que no respeta, acepta ni le interesan las críticas y cuestionamientos de fondo por parte de quienes viven bajo su cobijo y subsidios (estatales o privados). Nunca como ahora ha predominado tanto el pensamiento "unidimensional" tal cómo lúcidamente lo describió Marcuse 4, sea por tal disminución de crítica cuestionante, como porque una mayoría de la que hay (y se difunde) -como se verá más adelante- se ubica en los terrenos esterilizantes, deshistorizados e inocuos del peor de los discursos "posmodernos" de moda. El panorama es entonces tan desolador como lo señala el siguiente comentario:

 

En toda época de transición entre una fase que se ha desplomado y otra que se ha impuesto pero cuyas formas y consecuencias no están claras debido a la polvareda no asentada del derrumbe siempre ha zozobrado la razón y los intelectuales, demasiado integrados en el viejo establishment y demasiado funcionales para el mismo, se suicidan física o culturalmente, se llaman a silencio o se refugian en el oportunismo para tratar de mimetizarse [...] Nuestro tiempo no es una excepción a esa regla [...] La deserción de los intelectuales que se niegan a tratar de entender las transformaciones sociales, económicas, culturales, institucionales y abandonan sin lucha viejas trincheras va unida con el intento de otros de ofrecer un perfil bajo y de aparecer sumisos para reconquistar, como sector o casta particular, un puesto en las clases gobernantes que estas no les reconocen y que los pueblos les niegan 5.

 

Aunque en realidad esto último debería ser matizado y visto de otra manera: más allá de la verdad que el autor señala sobre el cada vez menor peso de los intelectuales frente al cada vez mayor de los medios de difusión masiva, los sectores del poder múltiples veces los reconocen, los cooptan e incluso los estimulan cuando les son favorables o cuando sus críticas no les molestan o son poco eficientes para producir movilizaciones o cambios serios, críticas que en definitiva son utilizadas para mostrar la existencia de supuestas formas democráticas de las que se jacta el actual modelo hegemónico.

En este contexto no puede sorprender, todo lo contrario, las características actuales del mundo psi y psicoanalítico, su acrítica adecuación a los tiempos e incluso -como una de sus consecuencias- su incapacidad para comprender lo que pasa por diferentes razones que más adelante se mencionarán. En este sentido es para preguntarse si no puede aplicarse a nuestro campo una afirmación que su autor aplicó en otro momento (y que continúa válida) a otra disciplina: "Nunca antes se había llegado a una ciencia social tan irrelevante y pedestre: Por supuesto esta sociología acaba por no explicar nada" 6, Puede parecer algo exagerado, pero una atenta observación y lectura de la gran mayoría de los materiales que se publican indica que no es así, o al menos no lo es tanto, al no abordar los principales problemas de nuestro tiempo -priorizando otros aspectos- o viéndolos con marginación de sus causas productoras.

Es obvio que las tres características señaladas -light, domesticación y bizantinismo- las más de las veces se vinculan y entremezclan entre sí. Casi por definición la primera incluye a las otras dos, y los vínculos entre la seguna y tercera son tan evidentes como necesarios.

 

 

EL CRECIMIENTO DE LO LIGHT

El mundo light siempre ha existido, pero nunca alcanzó las magnitudes presentes en un desarrollo que permite ver su imparable crecimiento a niveles todavía mayores. Ahora todo tiende a ser leve y liviano, pero ya no visto como criticable o superficial sino como valioso, digno y necesario, como un avance de lo moderno que permite estar y vivir mejor o con menos problemas. Lo light aparece en todo, y muchas veces con títulos y anuncios que lo destacan: en alimentos y bebidas, en literatura (los llamados best-sellers, pero no en los títulos que alcanzan gran difusión y tienen calidad, sino en la hecha intencionalmente con tal fin, absolutamente dominante en publicaciones periódicas), en la también absolutamente dominante programación radial, televisiva y cinematográfica 7, etc.

Y por supuesto que lo light también siempre existió en el mundo psi e incluso -aunque de por sí es una contradicción- en el psicoanálisis, más que en sí mismo en múltiples simplicaciones y vulgarizaciones que se hicieron de él, de las cuales el llamado "análisis transaccional" ha sido uno de los más difundidos. Es demasiado conocida la casi infinita variante de técnicas psicoterapéuticas y psicocorporales que han existido siempre, algunas con supuestos enfoques teóricos y otras meramente pragmáticas, que proponen resultados valiosos en tiempos cortos y sin grandes esfuerzos económicos y mentales: un simple y no completo listado -al final de este apartado se ejemplificarán algunas de las actuales- llenaría no sólo muchas páginas sino hasta un grueso libro. No pocas se apoyan en lo ya indicado: la que consideran como excesiva duración de las terapias en general y las analíticas en particular y su costo, la búsqueda de éstas de no simple eliminación de síntomas sino de modificación de su causas, la no seguridad de resultados, etc., mientras que, consideran, la gente quiere efectos concretos, rápidos y con el menor esfuerzo posible, no importando por tanto la validez de los marcos teóricos -aunque muchas piensan que la tienen- sino los "resultados" y el supuesto mayor bienestar posterior de los que se someten a ellas. Incuestionablemente algunos son argumentos de peso -y no todos desdeñables, aunque lo que ofrecen pueda ser dudoso, discutible, una estafa o cuestión de fe-, lo que explica el nivel cuantitativo que alcanzaron y tienen. Claro, está implícito en la última frase, no puede olvidarse como marcos teórico-prácticos más serios -en particular el psicoanálisis- han favorecido tal desarrollo por sus tendencias elitistas, entre ellas la desvalorización de psicoterapias que no sean el "oro puro" del análisis ortodoxamente considerado, negando con esto al propio Freud de una época muy precisa 8.

Está claro que, junto a esto, la proliferación de las psicoterapias light se apoya en formas de vida de la cultura de nuestro tiempo: la señalada búsqueda de liviandad, el hedonismo epidérmico, la vida del "aquí y ahora" de seducciones inmediatas sin mucha importancia por el futuro, el sumergirse en sensaciones sensoriales, la velocidad y rapidez con que se encara todo, etc., características que Lipovetzky considera prototípicas de la condición posmoderna, que hace que

 

Ahora ya todas las esferas están progresivamente anexionadas por un proceso de personalización multifome. En el orden psicoterapéutico, han aparecido nuevas técnicas (análisis transaccional, grito primario, bioenergía) que aumentan aún más la personalización psicoanalítica considerada demasiado "intelectualista"; se da prioridad a los tratamientos rápidos, a las terapias "humanistas" de grupo, a la liberación directa del sentimiento de las emociones, de las energías corporales: la seducción impregna todos los polos, del software al desahogo primitivo 9 

 

Esta nueva realidad ha creado tanto situaciones psico(pato)lógicas tal vez no nuevas pero diferentes, en magnitud y presentaciones, a las anteriores, como acercamientos psicoterapéuticos distintos, lo que ha modificado notoriamente la situación de los profesionales de este campo (sobre todo en lugares donde el psicoanálisis era preponderante), tal como lo reconoce un estudioso del problema:

 

Como cabría haber esperado, estas condiciones [de la realidad actual] que debilitaron el campo de las psicoterapias racionales, y especialmente el psicoanálisis, durante los últimos años se acompañaron del surgimiento de todo un sector nuevo de terapias mucho mejor adaptadas para responder y encubrir los padecimientos encerrados en las nuevas demandas. Terapias de la conducta, guestálticas, de familia, bioenergéticas, terapias sexuales, flores de Bach, control mental, etc., etc., se mostraron más aptas para atenuar la soledad, la inseguridad en los vínculos afectivos, los miedos a la realidad, etc. Este desarrollo es congruente con el crecimiento de los grupos llamados de autoayuda, que muestran una mística especial, en general centrados en algún líder, en los que se comparten afinidad de problemas de la vida, ya que no síntomas o enfermedades (no existen grupos de obsesivos, histéricos, depresivos, etc., sino grupos de solos y solas, de padres separados, de desocupados, de gordos, alcoholistas, fumadores, etc). Estos grupos, que instauran una solidaridad especial a partir de la identidad de un rasgo, se proponen suplir la sociabilidad y comprensión que se piensa (en general con razón) no existe en la vida social actual 10.

 

Según G. Baremblitt , algunos textos panorámicos calculan entre 250 y 500 el número de estas corrientes (auto)consideradas terapéuticas, algunas de ellas "en múltiples variantes son bastante conocidas, como por ejemplo "Potencial Humano", "Bioenergética", "Terapias Guestálticas", "Psicologías Transpersonales y Holísticas", "Hipnosis", "Neurolingüistica", "Sistemas de Relajación", a las que pueden sumarse una gama muy amplia de planteos orientalistas o místico-religiosos presentados como psicoterapéuticos o de encuentro con dimensiones valiosas de la personalidad, y también "ciertas ‘tecnologías’ tales como las terapias por Cristales, por Colores, por ‘Biorresonancia’, por ‘Pirámides’, ‘Florales’ y demás por el estilo" 11.

Baremblitt ofrece una interesante explicación de las causas de tal proliferación y de los objetivos de esas corrientes:

 

Lo que resulta cierto, en un análisis demasiado esquemático de esos exotismos-tecnicismos, es que, sea cual sea la argumentación con la que definen y operan su eficacia, las mismas comprenden algunos "dones", casi siempre presentes, de aquello que cierta sociología, llamaba "bienes de salvación".

En una "época" en la que los territorios, estratos, instituciones, organizaciones, "ideologías" y creencias tradicionales, clásicas, románticas y, como destacamos, hasta las modernas), están en plena disolución, estas propuestas proveen, (particularmente cuando afirman no hacerlo):

1) Doctrinas, teorías, mitologías, en suma, valores, que adjudican explicación, sentido, jerarquías y direcciones al caos general o sectorialmente emergente y a la anomia que lo acompaña.

2) Experiencias intensas, habitualmente placenteras, o cuando dolorosas, "purificantes", de relación con "la mente", "el cuerpo", "la acción", "los otros", "los sistemas simbólicos" y "la naturaleza".

3) Ritualísticas y ceremoniales, que "ordenan" los espacios y tiempos de la cotidianidad, tanto cuando está prosaicamente rutinizada, como cuando se ha desarticulado más allá de lo soportable... pero que también recuperan ámbitos para lo "sagrado", tanto más cuando este gestiona lo "milagroso", que parece ser la única salida posible.

4) Identidades, códigos, afiliaciones, alianzas y pertenencias a "algo", sea formas más o menos artificiales y concretas de la "socialidad", (la "gente" del "grupo de bio-energética"), o más o menos sectarias y abstractas ("los lacanianos").

5) Métodos para despertar y cultivar supuestas "potencialidades", derivables en el sentido de las metas propuestas explícita o implícitamente por los valores de las doctrinas. Estos procedimientos, a veces no terapéuticos sino "preventivos" (terapias para normales), que pueden hasta tener componentes de auto-análisis y auto-gestión, generalmente están dirigidos a los objetivos propios del individualismo, es decir, al desarrollo de la capacidad competitiva, a la auto-suficiencia, a la desculpabilización, al auto-control adaptacionista y exitista, etc. 12 .

 

En una línea similar no puede dejar de mencionarse el desarrollo paralelo de una cada vez más amplia bibliografía de "autoayuda", de "crecimiento personal" y de "superación" que inunda librerías, puestos de revistas y supermercados junto con los esotéricos, místicos, ocultistas, etc. Su éxito es tal que, según un editor, el alto posicionamiento de su empresa se debe a libros que "ofrecen impulso, orientación y un poco de fe", por lo que apuestan a "títulos sencillos, prácticos y que dan algo al lector a cambio de su dinero, una ayuda espiritual o algo que les refuerce el ánimo" 13.

Claro que en esta proliferación incide también otro aspecto de la realidad actual, distinto pero prototípico del modelo neoliberal. El abandono del llamado "Estado de bienestar" ha cambiado los sistemas de atención de la salud al privatizar todo lo que se pueda en este campo, con la búsqueda cada vez más brutal de ganancia a corto plazo (característica básica del "capitalismo salvaje"), lo que significa un fuerte ataque a todo tratamiento psicoterapéutico más o menos largo y su reemplazo por otros rápidos, que en muchos casos son los psiquiátricos tradicionales y en particular farmacológicos con apoyo en el alto desarrollo que ha tenido estos medicamentos y el sentido de su uso (en particular algunos como los tranquilizantes). Sobre esto puede verse un amplio y valioso análisis en un trabajo de Miguel Matrajt ya publicado en esta revista 14.

Por todo lo visto es evidente como, en mayor o menor grado pero siempre, estas propuestas categóricamente se inscriben dentro de lo que en el próximo apartado se verá como prácticas teóricas y/o prácticas de tipo domesticadas, es decir acríticas respecto a las condiciones culturales, económicas, sociales y políticas productoras de las situaciones que pretenden modificar. Estas condiciones nunca son tocadas, ni siquiera mencionadas, limitándose tales "psicoterapias" a los aspectos concretos y limitados de las esferas específicas a las que se abocan, aunque no son pocos los casos en los que ellas se convierten, pocas veces de manera explícita y casi siempre implícitamente, en ámbitos cuasi-religiosos o ideológicos que ofrecen una nueva visión del hombre, la sociedad, el mundo.

Por eso es válida la consideración de Baremblitt de que ellas están destinadas "a administrar los efectos de la anormalidad, la vulnerabilidad, el desvío, la desagregación, la desinserción, la marginalización, la clandestinidad, la reclusión y hasta la eliminación... que el Sistema dominante induce a contingentes cada vez mayores de la población mundial", pero es muy discutible su afirmación de que casi todas tienen "vocaciones y elementos originales de ‘resistencia’ (en el buen sentido político del término), de invención, de ‘creatividad’ y de replanteo de la vida, en sus aspectos más significativos" 15. Tal vez algunas sí respecto a algunos de esos aspectos, pero difícilmente en cuanto ‘resistencia’ en el sentido apuntado, salvo cuando se trate de posturas que de hecho impliquen enfrentamientos, aunque no sean concientes, a formas de vida o costumbres hegemónicas o tradicionales del marco social. Pero, como podrá verse en los proximos ejemplos, ninguna de ellas entra en tal posibilidad, más bien todo lo contrario, y de hecho exculpa, aunque sea por simple omisión, al marco social de toda responsabilidad, funcionando como tal autor señalaba en el punto quinto de lo transcripto ("generalmente están dirigidos a los objetivos propios del individualismo, es decir, al desarrollo de la capacidad competitiva, a la auto-suficiencia, a la desculpabilización, al auto-control adaptacionista y exitista, etc.").

En otros casos su propuesta es muy clara al servicio y en la defensa de los intereses de la actual dominación moderna, como ocurre en la llamada Iglesia de la Cientología, más conocida como Dianética, propagada y difundida por Lafayette Ronald Hubbard, tendencia que mezcla una postura mística junto con propuestas operativas que implican una terapia de cambio de los hombres, cambio que es el que buscan sus múltiples adeptos en el mundo entero, base de su éxito, desarrollo y permanencia. Como escribe Paul Ariès,

 

El "triunfo" de la Cientología revela algunas tendencias marcadas de la modernidad mercantil, y es ahí donde esta se convierte en un interesante objeto de estudio. Culto a la técnica, mística de la institución: la Iglesia de la Cientología considera que el problema del hombre es el hombre mismo. Habrá que "liberarlo" entonces de sus imperfecciones de sus dependencias, de sus debilidades... en fin, de su misma humanidad. Para rehabilitar a la humanidad, la Cientología pretende substituir al hombre por las tec, técnicas consideradas como potencialmente liberadoras. Existen tec para pensar, para comunicar, para vender, para las relaciones de pareja, etc. 16.

 

Por supuesto las propuestas light, e incluso algunas que pretenden tener alguna base de cientificidad, buscan hacerse conocer y conseguir seguidores o adeptos en publicaciones para un público general. En México puede verse una muestra de sus expresiones en la revista semanal "Tiempo Libre", dedicada a informar sobre espectáculos, cine, teatro, música, ciencia y técnica, cursos, etc., donde también aparecen anuncios originados en instituciones y practicantes de estas propuestas. De una rápida observación hecha desde agosto de 1998 hasta marzo del 2000 se citan sólo algunas de ellas que muestran las características señaladas: no faltan por supuesto las ultra-rápidas y casi mágicas del tipo Paz interior. Recupera armonía en la primera sesión. Terapias holísticas. Liberación: estrés, angustia, insomnio, nervios. Autoestima, relajación profunda. Tratamos todo. Excelentes resultados", de psicoterapia subliminal y terapias para baja estima, etc, pero otras abarcan prácticamente todos los ámbitos posibles a través de diplomados, cursos, enseñanza para formación psicoterapéutica (algunas con aprobación de la Secretaría de Educación Pública), o simplemente conferencias para el logro de resultados ofrecidos a través de llamados a solución de los problemas de los posibles clientes:

 

· ¿Buscas verdaderamente algo diferente? Ven y encuentra ese ser desconocido que eres tú. Diplomado en Desarrollo Humano. No requiere ningún nivel académico.

· Maestrías y Diplomados en Psicología Clínica en Terapia Racional Emotiva, (con base en el Albert Ellis Institute de Nueva York.); en Terapias Alternativas (certificado SEP) como anatomofisiología, reflexología,acupuntura, flores de Bach, magnetoterapia, neurotecnología y enfermedades psicosomáticas; en hipnotismo clínico y terapéutico (diploma SEP) para hipnodoncia, psicoterapia, sexualidad, regresiones, adicciones, fenómenos paranormales; el Centro Gestalt, con la consigna Para ser más Uno y no uno más, ofrece Maestría en Psicoterapia Gestalt y Licenciatura en Psicología Humanista, pero también cursos de "yoga para la vida" y de "hipnosis para terapeutas" (como tiempo atrás lo hizo con PNL); en Desarrollo humano y Orientador en Desarrollo Integral y Neurolingüistica (En Desarrollo Humano buscamos el crecimiento, no el perfeccionismo y la aceptación de la condición humana. La comunicación eficaz es fundamental en el proceso de desarrollo y así evitaremos estar "tan enfermos como nuestros secretos"); Diplomado de Masaje Holístico, para generar la máxima liberación de tensión física, mental, emocional y espiritual; Diplomado en Análisis Existencial y Logoterapia, curso para Orientador Existencial y de Sentido de vida; Entrenamiento en Psicoterapia Corporal Integrativa (3 años); y muchos más.

· El denominado Centro de Creatividad y Desarrollo de la Conciencia ofrece desde drenaje linfático hasta shiatsu (equilibrio energético de origen japonés), alineación de centros de energía (chakras) equilibrio y armonización mente-cuerpo-espíritu, y también bioenergética, aromaterapia, masajes de relajación y terapéuticos, fotografía como método de introspección, curso intensivo de Chi Kung, sueños y arquetipos, y Los poderes de la mente y la vida después de la muerte (parapsicología, percepción extransensorial, psicoquinesis, etc).

· Un instituto de Dianética ofrece su curso Como ser feliz y sobrevivir en el intento; en un importante hotel se realiza la conferencia "Amor mío tócame", resaltando que El éxito integral depende 100% de su éxito familiar; otra es acerca del sueño permanente en que vive la humanidad y las posibilidades del individuo para despertar con base en el Sistema de conocimiento seguidos por Gurdjieff, Ouspensky, etc.

· El campo neurolingüistico ofrece múltiples opciones: Neurodesarrollo Holístico: cursos de Programación Neurolingüistica ¿Cuantas veces has tenido la oportunidad de alcanzar el éxito y lo has dejado ir? Imagina que el resto de tu vida se enriquecerá personal y profesionalmente); "Aprende a manejar la programación neurolingüistica. La ciencia que está cambiando la forma de hacer: negocios, terapia, educación, deportes, mercadotecnia y mucho más"; "Diseñarás un futuro mejor; mejorarás tu autoestima. Eliminarás angustias, tensiones, fobias y alergias. Aprenderás un sistema de comunicación que te permitirá lograr lo que siempre has soñado; rebasarás tus propios límites usando al máximo tus capacidades... Y tendrás el éxito en la palma de tu mano".

· Otros dentro de una vasta gama: Autoestima y perdón. Eleva tu autoestima liberándote de culpas, resentimientos e inseguridades a través del perdón. Aprende aceptarte, respetarte y autoafirmarte. Descubre los obstáculos que tú mismo te impones inconcientemente. Curso teórico y práctico de 3 meses y meditación guiada; otro: Cúrese por relaciones humanas (conócete a tí mismo). Objetivos: Conocerse a sí mismo y a los demás, desarrollarnos con alegría en la vida, el poder del pensamiento positivo...

· El Centro de Creatividad, Terapia y Desarrollo Integral pregunta, ¿Deseas conocerte más?, ser libre de tu vida, encontrar alternativas a tus problemas, mejorar la autoestima y la comunicación con los otros, y ofrece a través del Pathwork, un camino espiritual y de desarrollo personal para la transformación del ser.

· Autoconocimiento dinámico. Ven y aprende a ser auténtico desde lo que eres y no desde lo que dicen que eres es la propuesta de Nueva Acrópolis.

· ¿Insatisfecho con tu vida? ¿Te pasa lo mismo una y otra vez y no sabes como remediarlo? Seminario de autocorrección ¡Resuélvelo ya!.

· Otras diferentes propuestas son: Reencontrando mi niño interior; Desarrollo Transpersonal a través de musicosofía, Yoga y meditación Kundalini; en una extraña mezcla masaje un anuncio ofrece jimmo, reiki, radiestesia, aikido, chikung, taichi, psicodrama, yoga, ritmos caribeños... cocina internacional y Terapias individuales; Psicoterapìa espiritual que Trabaja junto con tu yo superior.

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Se podría seguir casi hasta el infinito, pero lo citado es una clara muestra de un universo que constantemente se amplia, que responde a las necesidades apuntadas y con contenidos light evidentes.

 

 

DE LA PESTE A LA DOMESTICACION

Sobre esto algunos comentarios aparecieron en un artículo anterior, donde afirmaba que "en la producción analítica presente es muy extraño encontrar referencias a la realidad del hombre actual, y esto hace que la absoluta mayoría de su práctica se mantenga en los cauces tradicionales desde hace muchas décadas, o sea con sentido acrítico y adaptativo" 17, aunque se diferenciaba entre las posturas clásicas de las instituciones oficiales y ortodoxas, con las de los grupos externos a ellas (lacanianos y quienes en otras épocas tuvieron posiciones con importante contenido social). Indicaba también que el psicoanálisis hacía mucho tiempo que había perdido el carácter de peste señalado por Freud, para convertirse en una praxis que desde hace mucho tiempo sólo incomoda a algunos sectores fundamentalistas religiosos o ideológicos, convirtiéndose en uno de los principales caminos seguidos y adoptados por la "modernidad".

No es el caso ni de repetir ni de historiar aquí tal camino, bastando sólo recordar los rechazos mayoritarios no sólo a las ideas sino incluso a los intentos y propuestas de Reich y de quienes lo acompañaron (el primero fue expulsado de la asociación psicoanalítica), la vergonzosa postura (incluyendo a Freud) de aceptar las limitaciones que el nazismo impuso a la práctica psicoanalítica 18, el posterior conservadorismo de la mayoría absoluta de la institución analítica con su consecuente negación de toda vinculación de los procesos históricos y culturales concretos sobre la psico(pato)logía, la clara postura adoptacionista tomada por la corriente dominante del psicoanálisis del Yo, las críticas que la llamada "antipsiquiatría" formuló al psicoanálisis por todo ello, similares críticas de integrantes del campo analítico que por las mismas causas se retiraron de las instituciones oficiales durante las décadas de los 60 y los 70, etc. Por supuesto -es casi ocioso decirlo- postura parecida o incluso mucho peor ha sido (y es) la de la casi totalidad, con muy escasas excepciones, de las escuelas y técnicas del campo psi en general, donde en algunos casos -y no sólo en el conductismo- hasta de manera casi manifiesta se reconoce, e incluso produce orgullo y entusiasmo, tal actitud acrítica y adaptativa.

Por todo lo que ya hay dicho y escrito sobre el tema, también es ocioso reiterar una vez más los sentidos, contenidos y formas de tal asepsia hacia las influencias de las realidades histórico-sociales-culturales sobre el psiquismo, que obviamente se extiende y proyecta a la práctica clínica en general 19. Asepsia que surge sea por el "olvido", "negación", "desconocimiento" o "desvalorización" de claros y categóricos trabajos de Freud al respecto -sus mal llamadas "obras sociales", en particular El malestar en la cultura, que se ven poco, tardíamente o como aspecto poco importante en no pocas instituciones analíticas-, por no quererse conocer planteos alternativos y diferentes del mismo campo psicoanalítico, porque algunas de sus escuelas (la kleiniana entre ellas) ofrecen muy poco espacio para tales influencias, etc. 20.

Otra vertiente de este mismo camino es el seguido por lo que podrían verse como sus variantes modernizadoras, hoy seguramente más peligrosas por su carácter más dinámico y por la confusión que crean al parecer más acordes con nuestros tiempos e incluso por también hacer algunas críticas a las instituciones tradicionales más o menos similares a las anteriores. Si la que puede definirse como versión "ortodoxa" nunca negará la importancia de los factores socio-culturales sobre el psiquismo pero los neutraliza al no considerarlos realmente o psicologizarlos 21, mucho más ocurre en este caso al ser más categóricos en tal reconocimiento pero con similar neutralización al que agregan otras que producen un discurso que aparentemente toca y abarca tal problemática pero en definitiva equívoco porque no lo hace o nunca lo concreta al quedar en apariencias y juegos que, y ese es uno de sus peligros, resulta atractivo y del gusto de quienes quieren escuchar eso y ser parte del mismo juego de apariencias y típicas de estas posturas de una (pseudo y post)modernidad.

La referencia al posmodernismo por supuesto no es casual sino muy intencional: si el psicoanálisis es uno de los productos de la modernidad y su desarrollo se da dentro de esta, sus variantes actuales autodefinidas como "renovadoras" (y analistas sin pertenencia organizativa) que actúan fuera de las instituciones tradicionales, recogen y asumen -a veces sin conciencia de ello, cosa que puede parecer extraña en un psicoanalista pero que es muy común, en particular sobre los significados ideológicos y culturales de su praxis- en posturas "posmodernas". Más allá de lo que ésta sea y sus sentidos polisémicos, sus significados afectan a la cultura en general, y el psicoanálisis no es (ni puede ser) una excepción. Incluso hay muchas razones para pensar que el desarrollo de las ideas de Lacan (y por supuesto más aún del "lacanismo") y de las corrientes francesas de moda son las versiones "posmodernas" del psicoanálisis: crítica a la modernidad en lo referente a las promesas de la razón y del progreso, incremento del desencanto de todo y ante todo, preminencia de lo individual y subjetivo frente a lo social y colectivo, rechazo de la historia como posible progreso y liberación, reivindicación y defensa del libre y múltiple pensar frente a una razón uniforme y universal, ultravaloración del discurso, caída de los metarrelatos, etc.

Mucho de eso es o puede ser válido -¿cómo, por ejemplo, no defender la libertad de pensamiento cuando son conocidas las consecuencias de todas las posturas dogmáticas (las psicoanalíticas incluídas)?-, pero también debe verse a donde llevan esas posiciones y qué postulan en su lugar. Y el resultado es tan triste como lamentable, como puede verse en la muy amplia bibliografía que se ha producido y produce en esa perspectiva: vuelo en la galaxia sin aterrizar casi nunca en ningún lugar concreto, discursos tan complejos como vacíos, ausencia de toda referencia histórica y social específica aunque se diga hacerlo, preeminencia del discurso florido sin mayor contenido, análisis esencialmente subjetivos sin base de apoyo que lo justifique, desencanto absoluto y negación de aunque sea mínimas salidas, etc. O, como escribe Sokal,

 

la fascinación por los discursos oscuros, el relativismo epistémico unido a un escepticismo generalizado respecto de la ciencia moderna, el interés excesivo por las creencias subjetivas independientemente de su veracidad o falsedad, y el énfasis en el discurso y el lenguaje, en oposición a los hechos a que aluden, o, peor aún, el rechazo de la idea misma de la existencia de unos hechos a los que es posdible referirse 22

 

 

 

Claro que puede decirse que el posmodernismo es, o puede ser, otra cosa. Y puede serlo al menos teóricamente y a veces lo es pero, como se dijo correctamente ante otra situación, en general y dentro del campo psicoanalítico este es la versión "posmoderna" realmente existente y dominante. Y terminan en lo que plantea un filósofo y analista lúcido, aunque exagerando un poco lo que señala en la frase que subraya:

 

Estamos ante una colección de verdades a medias pervertidas en estratagemas de evasión. El valor del "posmodernismo" como teoría es que refleja servilmente y entonces fielmente las tendencias dominantes. Su miseria es que suministran sólo una simple racionalización detrás de una apología que se quiere sofisticada y que no es sino la expresión del conformismo y de la banalidad. Se regocijan con las charlatanerías a la moda sobre el "pluralismo" y el "respeto a la diferencia", empalma la glorificación del eclecticismo, el recubrimiento de la esterilidad, la generalización del principio de "no importa qué?" que Feyerabend ha oportunamente planteado en otro dominio. Sin duda la conformidad, la esterilidad y la banalidad, el no importa qué, son los trazos característicos del período. El "posmodernismo", la ideología que lo decora con una una "completamente solemne justificación", presenta el caso más reciente de intelectuales que abandonan su función crítica y adhieren con entusiasmo a lo que está allí, simplemente porque está allí.

[...] La evanescencia del conflicto social y político en la esfera "real" encuentra su contrapartida apropiada en los campos intelectual y artístico con la evanescencia del espíritu intelectual crítico auténtico [...] El período presente es, así, bien definible como la retirada general en el conformismo. Conformismo que se encuentra típicamenrte materializados cuando centenas de millones de teleespectadores sobre toda la superficie del globo absorben cotidianamente las mismas banalidades, pero también cuando los "teóricos" van repitiendo que no se puede "quebrar la clausura de la metafísica greco-occidental".

 

Quién plantea esto no es otro que Castoriadis 23, muy citado incluso por quienes están dentro de lo que él critica, quién comprende claramente cómo esas posturas de hecho hacen el juego -por decir lo menos y no que coinciden-, con los planteos neoliberales hegemónicos en el mundo y no pocas veces le sirven como coartada ideológica. En este sentido es muy recomendable la lectura de un texto de un conocido intelectual (que hace poco fue Secretario General de la Presidencia de Chile) que no duda en considerar al posmodernismo como contraparte del que llama "capitalismo posindustrial" 24, aunque otros son menos categóricos pero ven clara la vinculación: observan que lo posmoderno no es sinónimo de neoconservador al tratarse de dos fenómenos diferentes, pero entienden que "muchos rasgos posmodernos resultan funcionales a las políticas de dominación" al ayudar a la debilidad de la sociedad civil y a la capacidad de resistencia 25. En similar perspectiva Hopenhayn señala las conexiones entre las críticas posmodernas y el proyecto de hegemonía cultural neoliberal: a) la exaltación de la diversidad redunda en la exaltación del mercado, donde la desregulación es el correlato práctico de la multidiversidad; b) la crítica de las vanguardias se traduce en una crítica de la política (salvo que esta esté a favor de la desregulación) y de cualquier planificación e intervención estatal; c) no habiendo una dinámica emancipadora que corra por debajo de los acontecimientos, nada permite cuestionar la sociedad de consumo, el derroche, la alienación del trabajo, etc; d) la crítica de las ideologías se capitaliza en crítica al marxismo y otras posturas humanistas y socialistas, y la crítica a las utopías se vuelca sobre las igualitarias o que busquen mecanismos redistributivos; e) la crítica de la integración modernizadora transforma la heterogeneidad estructural en una muestra de la diversidad 26.

Junto a esto es muy importante recordar lo que destaca Sánchez Vazquez: "El posmodernismo desplaza la atención de la acción a la contemplación de lo político y a lo estético" 27; y lo que escribe Zemelman: "Este tipo de análisis expresa una carencia de utopías que traduce un cierto derrotismo político, escepticismo cultural o conformidad psicológica" 28, así como:

 

En muchos países se aprecia la existencia de una intelectualidad cansada, derrotista, que incluso llega a perder la noción del futuro, pero que a la vez es capaz de impulsar refinados trabajos exegéticos a partir de análisis descontextualizados, prolongación de una nueva forma de eurocentrismo, con el consiguiente abandono de la urgente tarea de dar cuenta de realidades emergentes que no se ha llegado a comprender de manera cabal [...] Esta perspectiva se traduce en una falta de perspectiva que lleva al inmovilismo 29.

 

Quienes conozcan el mundo cultural general de las ciencias sociales y de la cultura de nuestro tiempo, no sólo del psicoanálisis pero también de éste, ¿no reconocen cómo todo lo citado se proyecta en su discurso dominante?, ¿no ven como instituciones y universidades que otrora fueran conocidas como difusoras de posturas donde su discurso tenía importantes connotaciones de lo psíquico con lo social, ahora lo abandonan en la realidad (tal vez no en las palabras) para convertirse al código "de moda", eliminando de hecho en artículos y publicaciones todo contenido vinculado a "problemáticas anteriores" (las que, por supuesto, no han perdido su vigencia?, ¿no observan también como sus difusores prácticamente nunca salen del "discurso" para intervenir aunque sea mínimamente en acciones del mundo social o político, ni siquiera en simples firmas de apoyo a importantes demandas de la llamada sociedad civil, lo que no puede dejar de producir impacto en los alumnos receptores de tales posturas por lo que le muestran que es importante y qué no y por "su carácter desmovilizador y despolitizador"? 30.

Vemos entonces que las diferencias que plantean estas corrientes y/o intelectuales frente al psicoanálisis ortodoxo pueden ser más o menos amplias (o no tanto) en el campo teórico específico del psiquismo, pero se convierten en mínimas o nulas en cuanto al carácter domesticado de ambas por su gran coincidencia en un claro alejamiento de involucración y de implicación con las problemáticas específicas de nuestro tiempo concreto.

Muchas son las maneras en que esto se realiza pero las más seguidas son tres: ver todo desde una perspectiva estructural, el hacerlo desde el análisis del discurso, y la utilización de las premisas posmodernistas de los estudios relativistas y subjetivos, maneras que muchas veces se combinan entre sí. La primera es simple, y muy esquemáticamente puede plantearse así: siempre e inevitablemente habrá malestar en la cultura por ser un fenómeno estructural y estructurante, o la vigencia y características del Edipo son universales, o "el sujeto del que habla el psicoanálisis está estructurado alrededor de una falta", o... Se pueden agregar muchísimos más aspectos que son o pueden ser reales pero que, y esto es lo que generalmente no se dice ni se hace, también deben ser concretados al historizarse en cada realidad precisa y concreta. Es cierto que quienes lo plantean no siempre lo hacen de manera tan simplista (aunque también lo es que sí lo hacen la gran mayoría de sus seguidores) sino con la complejidad con que plantean todo, pero consecuencia de tal hecho es que produce una idea de imposibilidad de cambios importantes y significativos, lo que las más de las veces conduce al derrotismo y a la inacción: como la idea cristiana del pecado original, hace que todo se vea como un camino irreversible de condena sin salida, o de salidas muy limitadas. Claro que siempre habrá malestar en la cultura, pero ¿todos ellos son iguales e iguales para todos en todos los tiempos y lugares? De no ser así, como indudablemente no lo es ¿no es pertinente y necesario que los analistas en particular y los psis en general estudien cada malestar cultural concreto y las causas que lo producen? Y si se lo hace, caso de la preeminencia de la histeria en época de Freud ¿por qué no se lo hace para la situación presente y no sólo para un pasado que no implica riesgos ni problemas con el statu-quo vigente? Puede decirse que esta crítica es exagerada, ¿pero acaso la tremenda pobreza y práctica inexistencia de escritos, generales o específicos, de los efectos del actual modelo neoliberal, y señalando esta causalidad sobre la psico(pato)logía no es una prueba categórica e irrefutable de lo indicado? 31.

Otra forma de realizarlo es desterritorializando y deshistorizando los aspectos teóricos que se estudian, es decir viéndolos también de manera general pero no concretándolos a cada situación específica, es decir aterrizándolos de manera que la abstracción general que es una teoría sea vista y sentida como pertinente para quienes la estudian y viven. Así es que la obra de Foucault, y se trata sólo de un ejemplo, muchas veces (¿tal vez la mayoría?) se la ve nada más que en lo escrito por el autor, olvidando no sólo que lo importante sería ver cómo se produce en el mundo preciso donde se la estudia, sino también que el autor siempre se caracterizó por definirse con precisión y sin temores ante los acontecimientos que vivía (su postura por la independencia de Argelia fue uno de los casos), algo muy diferente a la mayoría de sus seguidores actuales. De esta manera toda obra se neutraliza y pierde gran parte de su valor cuestionador, crítico e incluso "subversivo" 32. Y ya que se menciona a Foucault es importante señalar otra trampa que se hace al desvirtuar su obra con idéntica significación: cuando con base en aceptar lo valioso de su idea de que lo "político" está presente en todo y no sólo en lo claro y manifiesto de tal término en su acepción general, se ve tal situación en prácticamente todo y por ello ¡olvidando nada menos que tales aspectos políticos claros y manifiestos!: importa la micropolítica y por ensalmo la política desaparece.

En cuanto al discurso vale reiterar lo escrito en una nota anterior:

 

Por supuesto que con esta crítica no se niega la importancia del lenguaje y del análisis de la escritura, sino todo lo contrario: así como sin duda alguna fue negativo el olvido o desvalorización por largo tiempo de su incidencia en la estructuración del psiquismo, en la psico(pato)logía y en todo lo que se quiera, y valiosa su recuperación, ¿acaso no es pertinente pensar que ahora, en algunos casos, no sólo se lo absolutiza e incluso se lo sacraliza y convierte casi, aunque sin decirlo así, en hecho dominante y unicausal, que a la vez sirve para tapar, negar u olvidar otros importantes e incluso fundamentales factores que inciden en el psiquismo?

¿Valdrá para estos casos el siguiente interesante señalamiento?: "Una y otra vez, los escritores y críticos posestructuralistas norteamericanos [por supuesto no sólo ellos] (...) excluyen a la vida, la realidad, la historia y la sociedad de la obra de arte y de su recepción, y construyen una nueva autonomía, basada sobre la prístina noción de textualidad, un nuevo arte por el arte, que parece el único posible después del fracaso del compromiso. La perspectiva de que el sujeto se constituye en el lenguaje y de que nada existe fuera del texto, privilegia a la estética y a la lingüistica..." 33. En estos caso vale el comentario de un colega que cree que se trata de "un discurso encerrado en sí mismo y en el escritorio" (aquí sería en el consultorio) 34.

 

Por el contrario, muchos autores no casualmente refuerzan la idea de que "las formas simbólicas se insertan también en contextos sociales e históricos de diversos tipos" y que "la hermenéutica nos recuerda que los sujetos que en parte constituyen el mundo social se insertan siempre en tradiciones históricas" 35. O dicho aún más claramente, "adentrarnos en el terreno del discurso implica no dejar de lado el contexto social que lo surca, pues no existen elaboraciones discursivas ahistóricas ni mucho menos neutrales" 36. Claro, parece algo de Perogrullo y nadie lo negará, ¿pero acaso en múltiples casos no se hace lo contrario, cayéndose en la delectación por una especie de juegos donde se rumian los detalles más minuciosos con prescindencia de todo contexto, o en otros escribiéndose sesudos textos semióticos para demostrar lo obvio? ¿No es acaso conocida una especie de fascinación por el lenguaje, máxime cuando una de las premisas básicas del pensamiento lacaniano es vulgarizada por muchos de sus seguidores y casi convertida en verdad religiosa? 37 .

Por supuesto quienes caen en esto no son precisamente originales sino simples imitadores -no sólo en esto sino en todos sus gustos teóricos- de las "modas" intelectuales provenientes, no exclusivamente pero sí de manera dominante, de la cultura francesa, que no pocas veces transladan mecánicamente a culturas diferentes (en distintas etapas el existencialismo, el estructuralismo, Foucault, Barthes...; hoy estos últimos, diferentes versiones lacanianas o lacanistas, Derrida, el postmodernismo... ; y sin duda alguna mañana será/n otra/s de similar origen), y que, más allá del valor que puedan tener y que por supuesto hay que conocer y utilizar, muchas veces sirven como coartada para no ver los problemas concretos del aquí y ahora 38. Se cae entonces en el señalado juego con la escritura, la también señalada deleitosa rumiación con las palabras y los "conceptos", la ausencia de todo lo que no ande alrededor de ellas. Juegos verbales que saturan todos los textos y cumplen la función de exorcisar lo real que nunca aparece: si todo discurso no sólo es un discurso en el mundo, sino también sobre el mundo, en esos textos tal mundo no sólo se limita a un campo estrechamente cerrado sino también "negando/olvidando" las múltiples situaciones históricas y políticas que lo afectan 39. Y, como fuera indicada precedentemente, se forma una especie de "círculo perverso": se habla y escribe aquello que otros desean escuchar para así evitar cualquier compromiso o creyendo ser partes de un cuestionamiento real por sólo escuchar.

El tercer aspecto indicado se encuentra íntimamente vinculado a todo lo anterior. En efecto, frente a la muy posmoderna "crisis de los metarrelatos" -o "descomposición de los grandes Relatos" en palabras precisas de Lyotard 40-, surge la propuesta de que no hay verdades absolutas y deben abrirse los campos del pensamiento y escucharse todo prácticamente sin limitaciones, lo que a su vez permite una apertura a los planteos subjetivos de todo tipo. ¿Cómo cuestionar y no apoyar algo tan fundamental, máxime cuando es algo que siempre debería haber existido pero que se resalta como reacción a la sacralización de algunas teorías predominantes en el último siglo pese a que éste se enorgullecía de la vigencia de su racionalidad?; ¿cómo incluso no reconocer la importancia del reconocimiento de diversidades antes negadas o minusvalorizadas (caso del género, la sexualidad, etc)?

Pero, como tantas veces ocurre, es muy fácil el paso a todo tipo de excesos y, en este caso, de igualaciones forzadas, que ha llegado a que el "conocimiento" actual en ciencias sociales se asemeje a la irónica letra de un muy famoso tango 41, donde por tanto todo es válido y permitido sin muchas veces importar la justificación de lo que se dice y/o hace. Tal vinculación entre relativismo y planteos subjetivos ha permitido, posibilitado e incluso "legalizado" desde obras e ideas valiosas o al menos interesantes hasta la más absoluta y cruda charlatanería, pero lamentable aunque inexorablemente esto último ha prevalecido respecto a lo primero: es claramente perceptible una tendencia, hoy vigorosa y multipresente, de tal seducción por el lenguaje y sus juegos con él, muchas veces -las más- priorizando tales usos sobre los contenidos, haciendo creer (por supuesto no a todos) que ellos encierran "profundidades" y "sutilezas" no siempre, o pocas veces, existentes (como ocurría en esa excelente película Un jardinero con suerte), o mediante la apelación a las frases de fuerte efecto pero con similar vaciedad. Algo así como lo que Lipovetzky definió, en otro sentido, como la era del vacío (pero recubierto de formas y apariencias).O de quien escribe que "crean en el proceso de recepción un ambiente en el cual unos adeptos hablan a otros adeptos; es un lenguaje para los pocos sabios, para los discípulos de un círculo, para los que forman parte de este proceso, para los que están a la escucha piadosamente [y] los gurús hablan a los que ya han sido convertidos"42.

¡Cuánto de todo esto se observa en textos, conferencias y cursos hoy predominantes! ¡Cuánto de lo que se ve es parte de algo que surge de la teoría del discurso, para convertirse en simple "discurso" a secas (en el sentido peyorativo de los similares términos mexicano "rollo" y argentino "guitarreo")! Y que también muchas veces es leído o escuchado con un verdadero arrobo casi hipnótico pese a que se diga poco o nada, o se inventen cosas "sacadas de la manga" gracias a una capacidad altamente imaginativa y de seducción, más aún si se apoya en un importante nivel de conocimiento y de fuentes bibliográficas, lo que hace creer en su validez o en la capacidad de quien lo hace de "ver lo que otros no ven", quienes incluso utilizan un "terrorismo intelectual" de desprecio a quienes no entran en el juego con base en la una idea de "superioridad" que muchas veces poseen quienes consideran tener la verdad por "estar de moda". Esto puede hacerse, y se hace, con cualquier tema en un momento donde, ante tales desplantes imaginativos es posible hasta "extrañar" -¡a que extremos hemos caído!- esa innecesaria multiplicidad de estadísticas de que hace gala el funcionalismo norteamericano, generalmente poco útiles -no siempre, hay excepciones- para una comprensión de lo que se estudia, pero al menos indicativas de alguna base de investigación 43.

Ante tales situaciones, ¿cómo no compartir las afirmaciones de Sokal y de Brincman cuando ven en tales especulaciones que "lo que se presenta como ‘ciencia’ [aunque en estos casos no se pretende esto sino otra cosa, que igualmente consideran válido y valioso] es un cóctel de confusiones monumentales y fantasías delirantes", o "un bloque de logorrea [que] hasta donde alcanzamos a ver no significa absolutamente nada", y destacando la "enome diferencia entre los discursos que son de difícil acceso por la propia naturaleza del tema tratado y aquellos en que la oscuridad deliberada de la prosa oculta cuidadosamente la vacuidad o la banalidad"? 44.

 

 

UN BIZANTISMO TAMBIEN HEGEMONICO

Luego de todo lo expuesto tal vez sea innecesario decir algo respecto al también bizantinismo hegemónico en nuestro mundo psi, ya evidente en lo anterior. Con tal término siempre se definen preocupaciones similares a la de los tiempos de Bizancio: el interés por el sexo de los ángeles mientras las preocupaciones vitales del momento los tenían sin cuidado (el sitio y posterior caída de Constantinopla), algo así como, otra vez, "ver profundidades que otros no ven" sin darse cuenta que se produce un terremoto en la superficie donde se vive.

Nuevamente una somera visión de publicaciones, coloquios, etc. de nuestro campo de estudio muestra claramente su presencia dominante, tanto en las versiones "ortodoxas" como "posmodernas": quién quiera corroborarlo podría hacerlo a través de una mínima investigación del universo de lo que se ha realizado en los últimos años. No hace falta tal trabajo: puede hacerse a simple vista con la condición, claro, de querer y saber ver. Pero sí es precisa una pequeña pero fundamental aclaración: con tal afirmación de manera alguna se niega ni el valor, ni la necesidad, ni la importancia del estudio y de la investigación de todos, sin excepción, los aspectos y problemas del campo psi, por pequeños que puedan ser. Sólo que no puede dejar de llamar la atención la mayoritaria y a veces absoluta preferencia por tales problemáticas, lo que tampoco sería siempre grave si: 1) al menos se reconociera la existencia de problemáticas centrales de nuestro tiempo que requieren estudio e investigación; 2) si tales preferencias se colocaran en el contexto de significaciones mayores y que le dan sentido y explicación a los que se estudia.

Por supuesto que todos los que trabajamos en nuestro campo estamos interesados en infinidad de problemas que son importantes para nuestra práctica cotidiana, por ejemplo aspectos técnicos vinculados a la clínica: sería absurdo esperar a conocer de manera completa la incidencia del modelo neoliberal sobre la subjetividad para recien entonces comenzar a estudiar vínculos transferenciales o contratransferenciales, características de los cuadros psicosomáticos, especificidades concretas de nuevas predominancias psicopatológicas, etc.

En la redacción de esta revista muchas veces se presentan situaciones de este tipo: ¿qué hacer con un artículo que es valioso, interesante u original pero que no pasa de ser técnico sobre un aspecto muy específico de la clínica individual o grupal?, ¿debe ser rechazado por no partir de lo "general socio-cultural-histórico" antes de llegar a lo particular específico? Los lectores constantes de esta publicación saben que no es así: es sabido que tal conocimiento general no brinda las herramientas teórico-técnicas para tal práctica cotidiana, herramientas que no pueden nunca dejarse de lado en nombre de tal supuesto conocimiento general 45; pero también sabemos que en muchos casos -y así se lo sugerimos a algunos autores-, el artículo se enriquece y tiene un valor mucho mayor cuando el problema analizado por lo menos parte del contexto donde adquiere una significación más amplia. Así como un médico no cura el cólera con sus conocimiento de sanitarista o de especialista en salud pública que le explican que tal enfermedad surge de la pobreza, sino con su saber acerca de diagnósticos, medicamentos, etc., el profesional psi -y más los psicoanalistas de acuerdo a nuestra concepción de tal corpus teórico- también requiere de tales saberes específicos, pero, a diferencia de los médicos del ejemplo, la propia noción del conflicto implica muchas veces un conocimiento del ámbito general en que se produce: el contexto general socio-histórico, las características de la familia de la época y del marco social concreto, las vicisitudes de los cambios que se producen y su impacto en la subjetividad, etc. Es cierto: un cuadro depresivo de un sujeto determinado puede responder a múltiples causas personales, pero ¿cómo entender el gran incremento de la depresión de esta época sin buscar las causas que hacen que sea la "enfermedad predominante" del fin de milenio, y que tal vez también intervengan en ese sujeto determinado? Podrían darse ejemplos al infinito y, de hecho, para todas las situaciones cuando se entiende que cada sujeto surge, está inserto y atravesado en un marco cultural del que no se puede prescindir.

FINAL

¿Podrá superarse lo anteriormende señalado? Una forma simple de responderlo sería diciendo que si ello es producto del "espíritu dominante de nuestro tiempo", un cambio se producirá cuando tales condiciones se modifiquen y permitan la recuperación del espíritu crítico de los profesionales e intelectuales hoy perdido en un grado tan alto como nunca lo estuvo en todo el siglo. Y precisamente cuando las condiciones en que vive y se desarrolla el mundo más requiere de un pensamiento crítico en serio, no el de los discursos y apariencias o del que se recluye en los cubículos académicos o en los consultorios profesionales marginándose de toda vinculación con la realidad. Pero ello significará, indefectiblemente, un replanteo de marcos teóricos y formas de pensar, incluyendo el abandono de todo lo cuestionado en este trabajo, la recuperación de lo valioso de los marcos teóricos precedentes, la búsqueda de nuevos caminos, etc. No es posible predecir si ocurrirá, cuando, ni como, pero hasta ahora hay un retraso considerable en relación al de algunos movimientos (Seattle, Washington ante la reunión del FMI en abril del 2000, etc.) que intentan ejercer la crítica para promover cambios ante una realidad que los requiere cada vez más.

Mientras tanto es fundamental mantener tal espíritu crítico en los pocos espacios que lo permiten, lo que implica el permanente cuestionamiento a las mentalidades light, domesticadas y bizantinas hoy dominantes.

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  • Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

1 Un panorama general sobre las diferencias entre esas ápocas y la actual en mi ensayo "Proyectos, subjetividades e imaginarios de los 60 a los 90 en Latinoamérica", revista Argumentos, UAM-Xochimilco, México, Nº 32-33, 1999.

2 Como señala lúcidamente Ignacio Ramonet, "el espacio del conformismo, del conservadurismo, corresponde hoy a la socialdemocracia; ella es ahora la derecha moderna: ha aceptado, por vacuidad teórica y por oportunismo, la misión histórica de dar carta de ciudadanía al neoliberalismo" (RAMONET, I., "Social conformismo", en Le Monde Diplomatique, México, Nº 22, abril-mayo 1999, p. 1). En esta línea se ubican desde la "tercera vía" de Blair y el "laborismo" inglés -teorizada por Anthony Giddens- hasta las posturas de Lagos en Chile y otras variantes socialdemócratas y centro-izquierdistas.

3 Un desarrollo mayor de estas características y sus efectos -en general y sobre la subjetividad- en otros artículos anteriores. En especial en "El psicoanálisis y el malestar en la cultura neoliberal", revista Subjetividad y Cultura, México, Nº 3, 1994 (reproducido en la 2ª ed. del libro Normalidad, conflicto psíquico, control social, Plaza y Valdés, México, 1996); y en "Los retos de la psicología al umbral del milenio. Globalización, economía de mercado y sujeto psíquico", en revista Estudios sobre Psicosis y RetardoMental, Grupo Teseo de AMERPI, México, Nº 4, 1999.

4 MARCUSE, Herbert, El hombre unidimensional, Origen/Planeta, México, 1985.

5 ALMEYRA, Guillermo, "Los intelectuales en el huracán", en diario La Jornada, México, 5 de marzo 2000, p. 58.

6 CAREAGA, Gabriel, Mitos y fantasías de la clase media en México, Cuadernos de Joaquín Mortiz, México, 4ª ed., 1976, p. 16.

7 Es interesante ver como los mecanizados empleados de las cadenas de cine de modelo norteamericano hoy preponderantes en México entregan y reciben las entradas terminando con la frase "Que se diviertan", única función que conciben que tiene el cine, o sea pasar livianamente un rato (y que obviamente cumple -para eso está hecha- la absoluta mayoría de la producción hollywoodense predominante en las pantallas). Más allá de que el cine de calidad y/o de arte puede provocar otros efectos (sin negar que la diversión es útil y válida), tal frase se convierte en absurda y trágica cuando, por ejemplo, se concurre a ver una película de Spielberg de la serie sobre el holocausto y los campos de concentración nazis.

8 Que escribió en 1918 en un congreso psicoanalítica en la Hungría del muy breve gobierno de izquierda de Bela Kun: "Querría considerar una situación que pertenece al futuro y a muchos de ustedes les parecerá fantástica; sin embargo, merece, a mi criterio, que uno se prepare mentalmente para ella. Ustedes saben que nuestra eficacia terapéutica no es muy grande. Sólo constituimos un puñado de personas, y cada uno de nosotros, aun con empeñosa labor, no puede consagrarse en un año más que a un corto número de enfermos. Con relación a la inmensa miseria neurótica que existe en el mundo y acaso no es necesaria, lo que podemos renovar es ínfimo desde el punto de vista cuantitativo. Además, las condiciones de nuestra existencia nos restringen a los estratos superiores y pudientes de nuestra sociedad, que suelen escoger sus propios médicos y en esta elección se apartan del psicoanálisis llevados por toda clase de prejuicios. Por el momento nada podemos hacer en favor de las vastas clases populares cuyo sufrimiento neurótico es enormemente más grave.

Ahora supongamos que una organización cualquiera nos permitiese multiplicar nuestro número hasta el punto de poder tratar grandes masas de hombres. Por otro lado, puede preverse que alguna vez la conciencia moral de la sociedad despertará y le recordará que el pobre no tiene menores derechos a la terapia anímica que los que ya se le acuerdan en materia de cirugía básica. Y que las neurosis no constituyen menor amenaza para la salud popular que la tuberculosis, y por tanto, lo mismo que a esta, no se las puede dejar libradas al impotente cuidado del individuo perteneciente a las filas del pueblo. Se crearán entonces sanatorios o lugares de consulta a los que se asignarán médicos de formación psicoanalítica, quienes, aplicando el análiis, volverán más capaces de resistencia y más productivos a hombres que de otro modo se entregarán a la bebida, a mujeres que qorren peligro de caer quebrantadas bajo la carga de las privaciones, a niños a quienes sólo les aguarda la opción entre el empobrecimiento o la neurosis. Estos tratamientos serán gratuitos

[...] Cuando suceda, se nos planteará la tarea de adecuar nuestra técnica a las nuevas condiciones [...] Y también es muy probable que en la aplicación de nuestra terapia a las masas nos veamos precisados a alear el oro puro del análisis con el cobre de la sugestión directa, y quizás el influjo hipnótico vuelva a hallar cabida, como ha ocurrido en el tratamiento de los neuróticos de guerra" (FREUD, S., "Nuevos caminos de la terapia analítica", en el 5º Congreso Psicoanalítico Internacional en 1918 en Budapest). También es cierto que muchas cosas cambiaron desde ese momento: hoy los psicoanalistas y terapeutas de esta escuela ya no son pocos (a veces son demasiados), y se han desarrollado algunas tendencias en el sentido propuesto por Freud como las clínicas populares de Reich en la Alemania de fines de los '20, buenas asistencias hospitalarias en algunos países (entre ellos en Argentina), terapias grupales y breves de orientación analítica, etc.

9 LIPOVETSKY, Gilles, La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo, Anagrama, Barcelona, 3ª ed. 1998, p. 21 y 23.

10 GALENDE, Emiliano, De un horizonte incierto. Psicoanálisis y Salud Mental en la sociedad actual, Paidós, 1997, p. 43. Seguramente es en Argentina donde más puede verse tal crecimiento: en un país donde el desarrollo psicoanalítico -en sus múltiples variantes, aunque siempre con predominio de las "modas" del momento- era absoluto y casi monopólico, después de la dictadura que termina en 1983 pero sobre todo con la llegada de la "modernidad" neoliberal menemista, florecen muchas otras corrientes antes inexistentes o casi imperceptibles, que incluso publican revistas y periódicos (gestáltica, sistémica, de psicología social) y múltiples otras más claramente light o con pretensiones teóricas (psicocorporales, hipnóticas, de sensibilización, etc).

11 BAREMBLITT, Gregorio, "Por una nueva clínica para el poliverso 'Psy'", en el libro de Autores Varios, SaúdeLoucura. A clínica como ela é, Editora Hucitec, Sao Paulo, 1997, p. 15-16.

12 Idem, p. 18.

13 Palabras de Salvador Gorostieta, de Editorial Diana, en CASTRO, José A. Y otros, "Los libros más vendidos del 96 según las casas editoriales...", revista Proceso, México, Nº 1053, 5 de enero 1997, p. 62. En un anuncio publicitario aparecido en el diario La Jornada (México, 8 de noviembre de 1998, p. 7) esa editorial señala entre sus novedades 7 de los 15 libros publicitados que se ubican en tal perspectiva, entre ellos. Los nuevos caminos de la libertad de L. Brito Crabtree ("Método científico que da sentido a la vida mediante el autoconocimiento y cuidado del ser humano"), Dale tiempo al amor de D. Dinkmeyer y J. Carlson ("Ejercicios basados en firmes principios terapéuticos para realizar cambios positivos en su relación marital"), La timidez de E. Dumont ("En estas páginas usted encontrará la manera de actuar sin timidez y enfrentar la vida con entusiasmo"), Tu Feng Shui personal de M. L. Kam Chuen ("Ciencia china que nos ayuda a lograr el equilibrio perfecto entre el ambiente y nuestro yo interno"), y ¿Por qué tengo miedo decirte quién soy de J. Powell ("Reflexiones sobre la comunicación interpersonal que le ayudarán a incrementar su autoestima").

14 MATRAJT, Miguel, "La corriente hegemónica en salud mental", revista Subjetividad y Cultura, México, Nº 4, 1995.

15 BAREMBLITT, ob.cit., p. 19.

16 ARIES, P., "La Cientología contra la República", en Le Monde Diplomatique, México, Nº 23, mayo-junio 1999, p. 18. El mismo autor señala: "La Cientología profana lo que generalmente se considera sagrado (el hombre, el vínculo social), y sacraliza en cambio lo profano (el dinero, la técnica, el mercado) [...] Lo nocivo de la Cientología no reside anto en esta adulteración sino en sucapacidad para reforzar una visión social 'moderna'. Se trata de hacer más habilidosa a la gente 'hábil', de standarizar las actividades y normar a las personas. Así, la Cientología explica que la fatiga en el trabajo obedece a problemas personales. Propone las tec a fin de 'evitar las prácticas irracionales como las huelgas que perturban la producción o el buen rendimiento social en la empresa'"

17 El psicoanálisis y el malestar en el cultura neoliberal, ob. cit., p. 20.

18 Sobre ésto, escasamente conocido por el silencio que las instituciones analíticas tuvieron al respecto, véase el artículo de HAJER, Doris, "Psicoanálisis y nazismo", revista Tramas, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México, Nº 11, 1997. La de hecho complicidad con sistemas represivos también se mostró durante las dictaduras latinoamericanas de los '70, y en el silencio por muchísimos años ante la denuncia de que un psicoanalista fue torturador durante la dictadura brasileña (ambos casos fueron señalados en diversos números anteriores de Subjetividad y Cultura)

19 Una crítica a tal postura y el planteamiento de una diferente en mi ensayo "Desde la lectura de El malestar en la cultura: los psicoanálisis ¿entre la peste y la domesticación?", en Imagen Psicoanalítica, Asociación Mexicana de Psicoterapia Psicoanalítica, México, Nº 9, 1997.

20 Como ocurre a menudo, uno cree ser original al utilizar un término -psicoanálisis domesticado en este caso- y luego se comprueba que no es así. En efecto, al menos Fromm lo usó mucho antes y con parecido sentido, escribiendo entre otras cosas, luego de hacer mención al "peligro de una función reaccionaria del psicoanálisis": "La domesticación del psicoanálisis y su transformación de teoría radical en teoría de ajuste para una sociedad liberal, mal pudo haberse evitado, no sólo porque sus practicantes procedían de las clases medias burguesas sino porque también pertenecían a las mismas los pacientes. Lo que la mayoría de estos deseaban no era convertirse en más humanos, más libres y más independientes -lo cual hubiera incluido la mentalidad crítica y revolucionaria-, sino no sufrir más que el común de los miembros de su clase" (FROMM, Erich, Grandezas y limitaciones del pensamiento de Freud, Siglo XXI, México, 1979, p. 163). Es conocido que es imposible recordar todo lo que se lee, lo que no significa que no queden huellas, que es lo que debe haber ocurrido en este caso.

21 Un claro ejemplo de esto puede verse en los trabajos presentados en el Symposium El malestar en nuestra cultura que realizó la Asociación Psicoanalítica Argentina en 1986 (edición en mimeo), en una relativa apertura que fue producto de la feroz dictadura y por la presión de algunos analistas que tomaron cierta conciencia de lo ocurrido (sobre esto ver mi comentario al libro de J.Puget y R.Kaës, Violencia de Estado y psicoanálisis, en Nº 2 de esta revista Subjetividad y Cultura, 1992, p. 79): una gran mayoría de los artículos de analistas institucionalizados se ubicaban en esta postura, contrastando con los que realmente analizaban problemas reales y concretos.

22 SOKAL, Alan, y BRICMONT, Jean, Imposturas intelectuales, Paidós, Barcelona, 1999, p. 202. Un análisis mayor de esta obra en "Libro polémico" de este mismo número de Subjetividad y Cultura

23 CASTORIADIS, Cornelius, "Contra el posmodernismo. El reino del conformismo generalizado", en revista Zona Erógena, Buenos Aires, Nº 15, 1993, p. 9. La revista presenta ese texto como un adelanto del artículo que iba a aparecer en el libro El mundo fragmentado.

24 BRÜNNER, José Joaquín, Globalización cultural y posmodernidad, Fondo de Cultura Económica, Santiago de Chile, 1998.

25 FOLLARI, Roberto, Posmodernidad, filosofía y crisis política, Rei Argentina/Instituto de Estudios y Acción Social/Aique Grupo Editor, Buenos Aires, 1993, p. 79.

26 HOPENHAIM, Martín, "El debate postmoderno y la dimensión cultural del desarrollo", en Relaciones, Montevideo, Nº 76, 1990, p. 11 a 14. El texto luego analiza con más detalle las relaciones y diferencias, lo que por razones de espacio es imposible transcribir aquí.

27 SANCHEZ VAZQUEZ, Adolfo, "Posmodernidad, posmodernismo y socialismo", en El cielo por asalto, Buenos Aires, Año I Nº 3, verano 1991-92, p. 42.

28 ZEMELMAN, Hugo, "Chile 1990-99, ¿un proceso democrático inmóvil?, en revista Memoria, México, Nº 132, p. 35.

29 ZEMELMAN, H., Problemas antropológicos y utópicos del conocimiento, El Colegio de México, México, 1996, p. 25 y 26.

30 JIMENEZ CABRERA, Edgar, "El modelo neoliberal en América Latina", revista Sociológica, UAM-Azcapotzalco, México, Año 7 Nº 19, 1992, p. 56. Sobre un caso concreto ver mi artículo "La carrera de Psicología de la UAM-X: apuntes para un necesario debate", en BERRUECOS, Luis (ed), La construcción permanente del sistema modular, UAM-X, México, 1997). Un panorama muy parecido puede verse en las características generales de los estudios e investigaciones en comunicación hoy dominantes en América Latina, sobre lo que estoy preparando un ensayo. Sobre esto también Sokal y Bricmont son claros y valga su larga cita, aunque generalizan la idea de posmodernismo como si fuese un marco único y compacto: "El posmodernismo tiene tres efectos principales: una pérdida lastimosa de tiempo en las ciencias humanas, una confusión cultural que favorece el oscurantismo y un debilitamiento de la izquierda política [...] Por último, para todos los que nos identificamos con la izquierda política, el posmodernismo tiene especiales consecuencias negativas. En primer lugar, el enfoque extremo en el lenguaje y el elitismo vinculado al uso de una jerga pretenciosa contribuyen a encerrar a los intelectuales en debates estériles y a aislarlos de los movimientos sociales que tienen lugar fuera de su torre de marfil. Cuando a los estudiantes progresistas que llegan a los campus norteamericano [obviamente también a los latinoamericanos] se les enseña que lo más radical -incluso políticamente- es adoptar un actitud de escepticismo integral y sumergirse por completo en el análisis textual, se les hace malgastar una energía que podrían dedicar fructíferamente a la actividad investigadora y organizativa [...] Si todo discurso no es más que un 'relato' o una 'narración' y si ninguno es más objetivo o más verdadero que otro, entonces no queda otro remedio que admitir las teorías económicas más reaccionarias y los peores prejuicios racistas y sexistas como 'igualmente válidos', al menos como descripciones o análisis del mundo real (suponiendo que se admita la existencia de éste). Obviamente, el relativismo es un fundamento extremadamente débil para erigir una crítica al orden social establecido" (ob. cit., p. 223 y 226).

31 Como ya tantas veces ha ocurrido -lo que parece no preocupar a analistas y psis de campo domesticado- la mayor parte de lo existente proviene de sociólogos, antropólogos, filósofos, etc. En este mismo sentido ¿es necesario recordar una vez más la pobreza de estudios psis sobre las características del mexicano, el argentino, etc, y de sus familias? Vale aquí recordar una de las ideas valiosas y recuperables de la obra de Fromm, la de filtro social, mecanismo por el cual se realiza la no concientización de las formas de represión que crea cada marco social, es decir formas "de inconsciencia social que es necesaria para el funcionamiento y la supervivencia de esa sociedad" (FROMM, E. "Conciencia y sociedad industrial", en el libro de vario autores La sociedad industrial contemporánea, Siglo XXI, México, 15ª ed., 1987, p. 7.

32 Sobre esto se puede decir lo mismo que fue dicho en un comentario crítico sobre una revista: podrían hacerse aquí, en Francia, en Argentina o en Afganistán y en Chechenia; así pierden todo valor, quedando sólo su valor genérico. Ver GUINSBERG, E., "Afirmaciones e interrogantes espectrales", revista Subjetividad y Cultura, México, Nº 9, 1997, p. 67-70.

33 HUYSEEN, Andreas, "Guía del posmodernismo", en CASULLO, Nicolás (comp), El debate modernidad posmodernidad, Ediciones El Cielo por Asalto, Buenos Aires, 5ª ed., 1995, p. 298.

34 GUINSBERG, E., "Afirmaciones e interrogantes espectrales", ob. cit., p. 67-70. Todo lo planteado en esta crítica bibliográfica podría agregarse a este artículo.

35 THOMPSON, John B., Ideología y cultura moderna, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México, 1993, p. 299 y 303.

36 BONILLA VELEZ, Jorge, Violencia, medios y comunicación, Trillas/FELAFACS, México, 1995, p. 88

37 Sobre estas "conversiones religiosas", del psicoanálisis y muchas otras teorías, véase mi artículo "Las 'religiones laicas' de nuestro tiempo", revista Subjetividad y Cultura, México, Nº 6, 1996. Al respecto es interesante otra observación de Sokal y Bricmont, luego de señalar que "el aspecto más asombroso de Lacan y de sus discípulos es, sin duda, la actitud que mantienen respecto a la ciencia, pricilegiando hasta el extremo la 'teoría' (es decir, en realidad, el formalismo y los juegos de palabras) en detrimento de la observación y de la experiencia": "Los escritos de Lacan adquirieron, con el tiempo, un carácter cada vez más críptico -característica común de muchos textos sagrados-, combinando los juegos de palabras y la sintaxis fracturada, y sirviendo de base para la exégesis reverente de sus discípulos. Es, pues, legítimo preguntarse si no estamos, al fin y al cabo, en presencia de una nueva religión" (ob. cit., p. 51).

38 Como es conocido, en las situaciones extremas es donde muchas cosas se ven con mayor nitidez. En otro lugar señalé cómo la "moda" lacaniana (agrego ahora la teoría del discurso) sirvieron, y adquirieron un fuerte cuerpo en América Latina, para reemplazar las posturas intelectuales fuertemente ideologizadas de un momento que se consideraba revolucionario.

39 Terry Eagleton lo define claramente, aunque lo que señala no se limita a la izquierda: "Nos encontramos ahora confrontados con la situación levemente farsesca de una izquierda cultural que mantiene un silencio indiferente o vergonzante sobre ese poder que es el color invisible de la vida cotidiana, que determina nuestra existencia -a veces así, literalmente- en casi cualquier lugar, que decide en gran medida el destino de las naciones y los sanguinarios conflictos entre ellas [...] Por su ostentosa apertura hacia el Otro, el posmodernismo puede ser tan exclusivista y censor como las ortodoxias a las que se opone. Se puede hablar larho y tendido de la cultura humana pero no de la naturaleza humana; de género, pero no de clase; de cuerpo, pero no de biología; de jouissance [goce], pero no de justicia; de poscolonialismo, pero no de la pequeña burguesía. Es una heterodoxia evidentemente ortodoxa que, como forma imaginaria de identidad, necesita sus cucos y sus espantapájaros para seguir en el negocio [...] El poder del capital es ahora tan terriblemente familiar, tan sublimemente omnipotente y omnipresente que incluso varios sectores de la izquierda han logrado naturalizarlo, tomándolo por garantizado como una estructura tan inconmovible que es como si apenas tuvieran coraje para hablar de él". Es por eso que, muy irónicamente, escribe que "tal vez en este aspecto Poncio Pilatos haya sido el primer posmderno" (EAGLETON, T., Las ilusiones del posmodernismo, Paidós, Buenos Aires, 1997, p. 46, 47, 51 y 71.

40 LYOTARD, Jean-François, La condición postmoderna, Planeta-Agostini, Barcelona, 1993, p. 42.

41 Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, / ignorante, sabio, "chorro", generoso o estafador, / todo es igual, nada es mejor, / lo mismo un burro que un gran profesor, / no hay "aplazaos", ni escalafón, / los inmorales no han igualao. "Cambalache" de Enrique Santos Discépolo, creado en 1932 como descripción de la corrupción y el "fraude patriótico" fomentados por el regimen militar que derrocó al gobierno democrático de Irigoyen en 1930.

42 BECKER, Jörg, "El pensamiento posmoderno", en revista Telos, Fundesco, Madrid, Nº 38, 1994, p. 20. En este sentido el libro de Sokal y Bricman -véase "Libro polémico" de este número de la revista- muestran cómo, sobre todo los grandes "gurús" intelectuales, puede decir cualquier cosa, falsa o sin fundamento, que es automáticamente creída por sus adeptos. Y nuestra realidad está también llena de "pequeños gurús

43 Al escribirse que puede hacerse con todo, por simple asociación recuerdo lo planteado muchas veces en comentarios de películas de cine, terreno fértil para todo tipo de desarrollos imaginativos sobre todo cuando se trata de obras complejas como las de Bergman: "Así 'sesudos' críticos analizaban, por ejemplo el simbolismo del número de un tanque de guerra (y sus posibles combinaciones al sumar o restar sus dígitos, multiplicarlos, etc.), cuando ese número simplemente era el que tenía en el inventario de la fuerza armada que lo prestó. Claro ejemplo ejemplo al respecto es el de quién 'explicó' en un debate el simbolismo que había encontrado al ver en todas las películas de un mismo director la presencia de botellas de una marca de champagne, a lo que el director respondió, estupefacto, que ello se debía al simple hecho de que eran las únicas botellas que había en la utilería del estudio cinemátografico" (GUINSBERG, E., "Soledad y angustia en Fresas silvestres de Ingmar Bergman", revista Subjetividad y Cultura, México, Nº 8, 1997, p. 97). Por supuesto estos excesos no se limitan al uso de símbolos sino alcanzan niveles de sofisticación mayores con apoyo en marcos teóricos, intertextualidad, etc.

44 SOKAL y BRINCMAN, ob. cit., p. 169, 174 y 205. Vinculado a esto también apuntan que muchas personas "se han enojado ante la arrogancia y la vacía verborrea del discurso posmoderno y ante el espectáculo de una comunidad intelectual en la que todo el mundo repite frases que nadie entiende" (p. 222). Tal vez algo exagerado, pero sin duda real.

45 Muchas veces el humor es más gráfico que muchas explicaciones. Uno de ellos, que posiblemente no sea real pero que merecería serlo, dice que un camarada de Lenin le dice a éste, cuando ya estaba muy enfermo y cercano a la muerte, que le traería un nuevo médico que era un buen camarada, a lo que Lenin habría respondido que lo que necesitaba era un buen médico, no un buen camarada.

 

 
Articulo publicado en
Septiembre / 2009