Tres borrachos sentados en un café hablan de mujeres. Quinientos profesionales parados sobre la tarima científica de un congreso hablan de mujeres. La ideología patriarcal es la misma. Nos comprenden. Nos ayudan. Nos critican . Nos contienen. Nos protegen. Inventan medicamentos para suavizar nuestros males. Nos imaginan.
En los últimos días navegan por la red dos artículos . Uno de Clarín por Analia Roffo dice: NESTOR SISELES, GINECÓLOGO "La sociedad tiene aún temor de hablar de menopausia" . El segundo producido por Rosa Rojas :Menopausia: los riesgos del uso prolongado de la terapia de reemplazo hormonal .
Una vez más la cultura patriarcal se pone diferentes trajes y vestidos Y se repite la víctima . La mujer. Esta vez con el tema más tabú . Menopausia. Tan tabú que no lo aborda el sexismo ni con el chiste baratito . Sólo es comentado por dudosos libros de autoayuda ( a qué nos quieren ayudar?) o por la aséptica ciencia . El tabú y el espanto que provoca es tan intenso que se le quita vitalidad intentando transformarla en una serie de síntomas a ocultar.
Diez años pretendidamente invisibles en la vida de la mujer. Disimulados.
En las últimas décadas la ciencia patriarcal empezó a ocuparse del tema . Para seguir invisivilizándolo . Que se transiten los 10 años “sin que nadie se de cuenta”. Escondiendo síntomas. Pobres y mínimas manifestaciones de algunas atrevidas.
La ciencia patriarcal empezó a escribir y a hacer congresos.
Para el 2005 se proyecta en Buenos Aires el Congreso Internacional de Menopausia. Los científicos del mundo vendrán a conocer gauchos, comer carne y hablar de mujeres “en esa etapa”. Intercambiarán fórmulas y casuística. Exhaustivos relatos mostrarán estadísticas . Cuántas mujeres mueren por no tomar hormonas de reemplazo y cuántas contraen cáncer o trombosis por tomarlas. Conspicuas ginecólogas rebosantes de cultura patriarcal también presentarán sus casos. Hace 40 años eran denominadas “la doctorcita” . En la guardia se hablaba de su culo. Hoy la llaman “la vieja” . Y en la guardia aseguran que su mal humor es “ya sabés por qué”.
A pesar de lo que se dice en los congresos la menopáusica disfruta. Celebra que el nido se empieza a vaciar. El patriarcado inventó el síndrome del nido vacío para impulsarla al sufrimiento . Creyó comprender su estado de ánimo . Pero ella padece del nido demasiado lleno. Hijos y a veces nietos que no se van nunca de casa. O se van pero regresan.
En el congreso tal vez difundan una gran noticia científica . Las mujeres ya no mueren a los 50 años. Se termina su capacidad reproductiva y sobreviven a ello. No era tan dramático. No era terminal . Tal vez se difunda enlazada con otra buena noticia : el proyecto reproductivo no es el único de la mujer. Tiene unos cuantos más.
El Presidente del Congreso Internacional de Menopausia habla de muchas cosas con la periodista. No deja ningún lugar común sin mencionar . Desde responsabilizar a las mujeres conductoras de televisión del silencio, pasa por las pérdidas afectivas y la menor lubricación vaginal. Hasta me parece leer entre líneas un reforzamiento del esquema del los borrachos del café : somos todas locas y siempre locas . La caída y la suba de los valores hormonales son propiciadores de cambios psicológicos. SIEMPRE. Adolescencia, menstruaciones , embarazo , puerperio y menopausia son el subeybaja hormonal que le da soporte a la ciencia para repetir lo mismo que los borrachos : somos todas locas.
Mientras tanto, Rosa Rojas nos cuenta que los inventos de laboratorio para tenernos a raya pueden ser peligrosos. La congénere no nos habla de menopausia. Nos habla de terapias. No cuenta que nos sentimos más libres . Que por primera vez nos vestimos como se nos canta. Tenemos sexo sin riesgo de embarazo. Redondeces en la cintura. Pantuflas y batas envolventes. Un cuerpo para estrenar. Cabeza más sabia y serena. Una nueva disposición para el amor. Se olvida de mencionar todo esto , ocupada por las terapias de reemplazo hormonal. Y Néstor Siseles además de referirse al mito del nido vacío , señala otros : que se pierden los afectos y se pierde la menstruación . Terrible fiesta hacemos las mujeres cuando sin decir adiós se va. El duelo por el nido vacío y por la menstruación perdida son dos de los MITOS CIENTIFICOS más reveladores. Porque la mujer menopáusica tiene el mandato de abochornarse (bochornos, sofocos) y de sufrir depresión. Abochornamiento y depresión son opuestos a orgullo menopáusico y alegría liberadora. Cuando cumple el mandato ratifica que la función reproductiva es su centro vital. La pérdida de la menstruación es sinónimo de ostracismo afectivo y social.
Resistirse a los mandatos es seguir construyendo proyectos por fuera de la reproducción , la maternidad y el abuelazgo. Rechazar la dicotomía entre un cuerpo joven que reproduce y un cuerpo viejo que sufre y muere.
El Dr. Siseles señala que en las revistas llamadas femeninas hay poca información sobre menopausia. Como si el tema espantara a las lectoras, infiere. Agregando que sin embargo la mujer está ávida de información sobre “cómo cuidarse”.
La menopausia espanta. Claro que espanta. Entiendo que el propio ginecólogo esta dándonos la clave: lo que espanta es precisamente el trato médico que se le da. Cómo cuidarse. Cómo superarla. Cómo evitar los síntomas.
El patriarcado parado sobre la tarima de la ciencia dispara con lenguaje progre y didáctico las mismas sentencias enfermígenas de siempre. La base patriarcal e la misma . La ideología también . Sólo las doctorcitas y los jóvenes médicos de antaño cambiaron . Hoy son menopáusicas ginecólogas y andropáusicos ginecólogos que nos liberan de los síntomas.
Diana Coblier
Psicoanalista. Programadora Neuro Linguística
Presidenta de la fundación Tehuelche
dianacoblier [at] hotmail.com