El 4 de octubre falleció Eduardo “Tato” Pavlovsky a los 81 años. Uno de los referentes más importantes de nuestra cultura. Fue médico, psicoanalista, psicodramatista, actor, escritor, dramaturgo. En estos ámbitos encontró su forma de expresión y creatividad que, como afirmaba, “siempre fueron un estímulo para seguir luchando contra la injusticia.”
Pavlovsky luego de recibirse de médico empezó su formación como psicoanalista en la APA. Casi al mismo tiempo comenzó su formación y práctica como grupalista y psicodramatista. Fue pionero en trabajos grupales con niños y adolescentes y creador del Psicodrama Psicoanalítico. A la vez comenzó su trayectoria como actor y autor de teatro. Estas dos pasiones se mantuvieron a lo largo de su vida. Su compromiso político llevó a que fuera parte del grupo Plataforma, que renunció a la APA en 1971. También a que fuera perseguido durante la última dictadura cívico militar, teniendo que exiliarse en España. Volvió a la Argentina a principios de los 80, donde prosiguió su vasta producción en distintos ámbitos.
Entre sus obras teatrales se destacan El señor Galíndez (1973), Telarañas (1977), Potestad (1985), Paso de dos (1990), Rojos Globos Rojos (1994) y Variaciones Meyerhold (2005). Asimismo, su vasta producción teórica y ensayística incluye textos como Psicoterapia de grupos con niños y adolescentes (1967) y La voz del cuerpo (2003). Y en coautoría, Psicodrama Psicoanalítico en Grupos (1970), Las escenas temidas del coordinador de grupos (1975) y La multiplicación dramática (1989), entre otros.
Tuvimos la satisfacción de contar con su colaboración en nuestra revista desde los primeros números. También de publicar Resistir Cholo. Cultura y política en el capitalismo en nuestra editorial. Vamos a extrañar su inventiva y capacidad cuestionadora; así como su energía pasional con la que se relacionaba con los otros. Sin embargo, seguirá estando presente en nuestra memoria y, a través de sus obras, en las de las próximas generaciones.