Cuando los tratos que recibe la locura llevan a su judialización esta mostrando las fallas de una organización sanitaria. Investigando una decena de historias trágicas que ocurrieron en Río Negro el autor nos alerta sobre los peligros de realizar una desmanicomialización sin construir los espacios alternativos que esas mismas leyes proponen. Por ello sostiene: “La afirmación que la Salud Mental es trágica no debe entenderse como destino. Trágica Salud Mental es un oxímoron, una paradoja. Es paradójico que se continúen formulando leyes que afirman que el tratamiento en Salud Mental debe respetar los Derechos Humanos, que el trato debe ser digno, que no se debe humillar ni violentar, que no se debe secuestrar, encarcelar ni tratar penalmente a quienes padecen sufrimiento mental. Una y otra vez, negro sobre blanco se escribe esto, para volver a vulnerar derechos y proponer nuevas leyes.”

De allí que con este texto Sans construye una denuncia y aporta las herramientas teóricas y clínicas para “promover un movimiento político que, haciendo proyecto en las organizaciones, concrete otros tratos de locura. Tomando la desmanicomialización para realizar la tarea que muestre no solo que el manicomio puede cerrarse, sino que para ello se debe operar sobre lo manicomial. El manicomio es un síntoma del proceso de manicomialización; desmanicomializar no concluye con la denuncia, se debe trabajar para qué cese la ´encerrona trágica´, restablecer el lugar de tercero que es Ley. Otros tratos se pueden instituir, tratos según el arte, tratamientos; tratos dignos, respeto por la identidad humana, cuidado y apoyo en los procesos de crisis y cambio.”