Este libro se propone dar cuenta de cómo es el abordaje domiciliario en salud mental a partir del trabajo en un equipo interdisciplinario. La autora es miembro del “Programa de Asistencia Domiciliaria Psiquiátrica-Psicológica Programada en Situaciones de Crisis” (AdoP-AdoPi) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde su creación en 2003.

A partir de dicha tarea se rompe con una lógica hospitalocéntrica, en el camino hacia un modelo de Salud Mental Comunitaria. Esto permite el abordaje de las situaciones de personas confinadas en sus casas con diversas problemáticas, lo que lleva a preguntarse por las formas de soledad y aislamiento englobadas en las diversas formas del encierro. A partir de un sólido marco teórico y diversos casos clínicos se demuestra cómo otra forma de trabajo en Salud Mental es posible.

Marcelo Percia en el prólogo dice:

“¿Atender a alguien en el lugar en el que vive?

¿Preguntarse si corresponde llevar algo para comer con el mate? ¿Sentarse junto a una mesa frente a una pared manchada de humedad? ¿Seguir con un dedo las geometrías de un mantel de hule? ¿Respirar olores de encierro, silencio, soledad? ¿Asistir al lento transcurrir de minutos iluminados por una lamparita fría y desnuda? ¿Visitar domicilios pobrezas y desamparos?

¿Estar oyentes de pocas palabras que atesoran bocas resecas o de hemorragias hablantes que aturden?

La clínica de este libro más que admitir su práctica bajo las ideas de encuadre, realiza sus senderos como acuerdos de intereses o diplomacias que propician estados posibles para la acción de la palabra con cada paciente.

Claudia López Mosteiro relata diferentes acciones que interrogan cómo pensar fuera de la tensión que vuelve a encerrar en la disyuntiva: cuidar o abandonar.”