Atravesamientos en Psicología, Educación y Derechos Humanos
Nuestro propósito inicial fue escribir algunas líneas que estuvieran dedicadas al papel de la educación en la formación de conciencias ciudadanas que hagan del culto a la tolerancia por las diferencias con los Otros, una filosofía o forma de vida, a la vez que una práctica del que-hacer cotidiano en la sociedad. Al respecto nada mejor que recordar las palabras de Dostoiewski "...no es encerrando al vecino como se convence uno del buen sentido propio". Obviamente que después de lo que acabamos de citar, nuestras páginas no van a ser ideológicamente asépticas ni van a dejar de estar teñidas de simpatías políticas. Simplemente creemos que debemos decir nuestro discurso desde la ética de la responsabilidad en contraposición al de la ética de la convicción que tan acertadamente describiera Max Weber. Estamos convencidos que después de largas meditaciones y de bastante tiempo viviendo en este Tercer Mundo alienado por su incapacidad de reconocer su falsa conciencia que lo mantiene dependiente y con la ilusión de ser un Estado del Primer Mundo, resulta un acto de responsabilidad (y también de locura) proponer alternativas de filosofía y praxis educativas que -si bien no son absolutamente originales ni innovadoras-, sin embargo facilitan el acceso a un diferente modo de percibir e interpretar nuestra realidad.