Hay cosas que deben ser dichas suficientes veces…
Sigmund Freud
Debemos recordar que la esperanza es una de las formas de la memoria, pues nos habla de nuestros logros y fracasos, nuestros límites y posibilidades, nuestros sueños y realidades, nuestros deseos y fantasías. Cuando se acepta la posibilidad de olvidar, deviene no sólo la repetición sino el acto de resignar valores que hacen a nuestra condición humana. Recordar no es una actividad que nos lleve meramente al recuerdo fáctico, sino al recuerdo de las razones por las cuales esos valores no forman parte de nuestra cultura.
En este sentido la vida se significa en el ser humano al ligarse a algún proyecto que lo temporalice como pasado a superar y futuro a realizar. Esta necesidad de creer, propia de los seres humanos, solamente puede sostenerse en una esperanza.
Es cierto que, como manifestó Spinoza, mientras el ser humano deposite sus deseos, esperanzas y miedos en cosas inciertas, más tenderá a imaginar poderes absolutos que le salvarán la vida. No existe esperanza sin miedo, ni miedo sin esperanza. Ambos son expresión de la inseguridad y la incertidumbre, aunque en una cultura donde predomina el miedo, la esperanza es necesaria para construir una democracia basada en una distribución equitativa de los bienes materiales y no materiales. Para ello tenemos que recuperar las huellas de la memoria.
Cómo todos los 24 de marzo seguimos recordando a los 30.000 desaparecidos durante la dictadura cívico militar instaurada en 1976. A partir de una investigación (Las huellas de la memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la Argentina de los ´60 y ´70, Enrique Carpintero y Alejandro Vainer) podemos decir que los trabajadores de la Salud Mental desaparecidos suman 110, entre los que se cuentan 21 asistentes sociales, 14 psicopedagogos, 9 psiquiatras, 60 psicólogos y 6 de profesión no aclarada. Por género, es mayoritaria la composición femenina, y por edad (información escasamente proporcionada), es mayoritaria la de jóvenes menores de 35 años. La búsqueda de información sobre personas desaparecidas en el área de la Salud Mental incluye a las siguientes categorías profesionales: asistentes sociales, licenciados en Ciencias de la Educación, psicoanalistas, psicólogos y psiquiatras. Se aclara en la investigación que probablemente desaparecidos que figuran en listas de “profesionales de la salud” como “médicos”, sin ser aclarada su especialidad, hayan ejercido como psiquiatras o psicoanalistas. También se establece que no se encuentran datos bajo la figura de psicoanalistas, pero se infiere que el psicoanálisis constituía la orientación predominante de psicólogos y no pocos psiquiatras.
Consejo de Redacción de la revista y la editorial Topia
Los desaparecidos de la Salud Mental
Este texto se basa en la conferencia en el panel: “Las huellas de la memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la Argentina de los '60 y ‘70”, que se desarrolló en la Universidad Autónoma de Entre Ríos, en el marco de la Semana de la Memoria, Paraná, Entre Ríos, el 22 de marzo de 2005. Agradezco la invitación de Angelina Uzin Olleros para dicho encuentro.
Homenaje a los 110 trabajadores de salud mental desaparecidos (Juan Carlos Volnovich)